ANALISIS DE LIBRO Invitación a ser maestro
Enviado por Gloria Perez • 15 de Septiembre de 2021 • Síntesis • 2.394 Palabras (10 Páginas) • 137 Visitas
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La Nueva Educación
ANALISIS
Gloria Pérez Salcedo
Universidad de Cuautitlán Izcalli
Maestría Grupo: TE-M-2481
Contexto Nacional en Educación
C. a D. Mayel González Yammel Jazmín.
Abril 22 de 2021
Invitación a ser maestro
Podemos hacerles que participen en la sociedad para que nos ayuden a cambiar las cosas. Y para eso también hemos de ofrecerles herramientas. Que sepan cómo expresar una emoción o un pensamiento, que conozcan cómo defender un argumento o aceptar las equivocaciones. Que consigan ser seres resilientes y que esa flexibilidad los transforme en personas más sociales, para poder luchar así por escapar de la individualidad y el egoísmo que, sin darnos cuenta, se convierten muchas veces en parte de nuestra vida.
En la infancia aprendemos por curiosidad, una curiosidad innata que nos acompaña a lo largo de nuestra vida, pero que muchos dejan de lado conforme crecen. No hay más. En las escuelas nos empeñamos en enseñarles en lugar de invitarles a aprender. Estimular esa curiosidad a diario debería ser obligatorio para todos aquellos que quieran ser maestros.
Recordemos que si existe algo que le gusta a un niño es sentirse investigador. Aprovechemos para que nos enseñen cosas que desconocemos. Los niños pueden sorprendernos, dejémosles espacio para que den un paso adelante.
Por eso, precisamente, entre todos hemos de colocar la educación en el lugar que merece.
VIAJE EN EL TIEMPO. LA INFLUENCIA DE LOS MAESTROS
Es recordar alguna anécdota vivida y a mi en lo personal se me queda grabado el de la época de secundaria en donde los maestros me dejaron un recuerdo sobre la participación en una obra de teatro y sacamos el primer lugar a nivel distrito, y de premio participamos en Guanajuato, además de unos días de conocer este estado maravilloso.
UN MAESTRO APRENDE DE LOS QUE TIENE A SU ALREDEDOR
Cada día que vayamos a la escuela debemos hacerlo con ese entusiasmo, y vivir con pasión el regalo de ejercer esta profesión, cuando soy consciente de que voy a hablar con gente que en poco tiempo tendrá en sus manos a cientos de niños siento una satisfacción indescriptible.
GLOBAL TEACHER PRIZE: EL PREMIO A LOS MAESTROS
Me siento afortunado por formar parte de este huracán que ha removido los cimientos de la educación. Cada día recibo cientos de mensajes de padres, madres, maestros en los que me expresan que ellos también apuestan por este tipo de enseñanza, una educación que, sobre todo, se basa en el factor humano, algo que muchas veces cae en el olvido.
Yo no hago nada extraordinario: solo me divierto en clase.
Yo me siento un maestro entre tantos que fue invitado a la fiesta del cambio y que ve lo que sucede desde una posición privilegiada en un momento que probablemente recordaremos durante años. Que se hable de educación en positivo: ése es el verdadero premio. Otra de las recompensas que este premio trae de la mano es el hecho de que mucha gente, muchos maestros en España y en muchas partes del mundo, van a sentirse valorados porque nunca han descuidado el factor humano en su trabajo. Y quizá donde antes la gente decía «qué cosas tan raras hacen éstos en clase», ahora se aprecie esa labor en su justo valor, pues coloca a los niños en el centro de importancia. Tocará que madres y padres que se mostraban reacios a esa metodología hasta entonces «curiosa» apoyen sin reservas a estos maestros locos que se empeñaban en trabajar más la empatía y la sensibilidad de sus hijos.
Los maestros somos unos privilegiados porque cada día tenemos la oportunidad de sumergirnos en una piscina infinita de imaginación, de ilusión y de inspiración de la cual todos y cada uno de nosotros se nutre. Con las historias que cuentan los niños se podrían escribir libros de éxito.
Somos, pues, grandes privilegiados. Pero no se nos debe olvidar que tenemos una gran responsabilidad. Cada día debemos estimular su creatividad, aguijonear su curiosidad. Sacarlos de programa y sorprenderles. Pero tampoco podemos relegar la tarea de enseñarles sobre empatía, sensibilidad y respeto. Si yo pudiera hacer una pizza gigantesca sobre educación, la base, la masa, sería el respeto, y encima de ella iría todo lo demás. Emplear tiempo para hablar sobre respeto, empatía, sensibilidad, tolerancia... no está reñido con los buenos resultados. De hecho, sucede lo contrario. Cuando uno se siente a gusto, cuando uno se pone en el lugar de los demás o cuando tiene empatía y ayuda a otro porque ve que está sufriendo por algo, los resultados empiezan a fluir enseguida. Se educa en cooperación y no en competitividad.
La tarea de educar también para el esfuerzo constituye el pilar necesario a la hora de dotarles de herramientas para que los niños sean más felices en el futuro. Encontraremos piedras en el camino, pero compartir el mundo de los niños nos ayuda a entender que nada es imposible. Se deja de aprender cuando dejas de sentir curiosidad por las cosas que tienes a tu alrededor. Por lo tanto, nuestra misión, en cada uno de los días que estemos con los niños, es esforzarnos por estimular esa curiosidad.
Un maestro debe...
– Invitar al compromiso social de los alumnos: hacerles conscientes de que ellos pueden hacer un mundo mejor. – Estimular el respeto al medio y a los seres que lo comparten con nosotros. – Tener autoconocimiento. No puedes enseñar a un niño si no te conoces a ti mismo. – Estimular cada día la creatividad y la curiosidad, así que ha de ser curioso y creativo. – Aprender a gestionar sus emociones y así podrá guiar a los alumnos para que sepan gestionar las suyas. – Contagiar actitud. Será ejemplo para cientos de niños. – Trabajar juntamente con niños, padres y madres y administraciones locales. – Ser un individuo tecnológico. A estas alturas nadie debería dudarlo. – Tener la mente abierta y estar preparado para encontrar cosas maravillosas a su alrededor. Y como maestros, seamos conscientes de que de nuestra profesión salen todas las demás; seamos conscientes de que vamos a ser inspiración para cientos y cientos de niños, vamos a ser su modelo. Además, nuestra actitud, la forma de ver las cosas y cómo les conduzcamos a la hora de sentir y vivir toda experiencia en nuestra compañía les marcará para siempre.
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