CÓMO GERTRUDIS ENSEÑA A SUS HIJOS

Materia: Pedagogía

Aula nº 163

Profesora:

Fecha de entrega: 15-11-2012

Obra reseñada: “Cómo enseña Gertrudis a sus hijos”. PESTALOZZI. Traducción del Alemán de Lorenzo Luzuriaga. ESPASA- CALPE, S.A. Edición de 1932. (Obtenido de la Biblioteca Pedagógica Domingo F. Sarmiento. Santa Fe)

CÓMO GERTRUDIS ENSEÑA A SUS HIJOS

La obra analizada data del año 1801 y surge en respuesta a la educación  que J. E. Pestalozzi, ve como empobrecida y embrutecida.

La modalidad que adopta el autor es el estilo epistolar, y esto más allá de ser una moda de la época, tiene una connotación sentimental y familiar, la cotidianeidad con la que escribe van configurando su método “No me abriga mi alma ninguna pretensión, amigo…Cuando digo que hay un mecanismo cuyos efectos son la necesidad física, no quiero expresar con ello que he desenvuelto en toda su extensión las leyes de este mecanismo, y cuando digo que hay en la instrucción un proceso intelectual puro, tampoco quiero manifestar que he expuesto en su mayor perfección las leyes de este proceso…” (Carta undécima, p 227)

Pestalozzi deja entrever una vida llena de incomprensiones, él sentía el rechazo social y la necesidad de “enseñar a los mendigos a vivir como hombres” , ya que ve un pueblo embrutecido y degradado, “ no quería ni quiero enseñar al mundo ningún arte ni ninguna ciencia…pero quería y quiero facilitar en general al pueblo el estudio de los puntos iniciales de todas las artes y de todas las ciencias y abrir a las fuerzas de los pobres y de los débiles del país, abandonadas y entregadas al embrutecimiento…”        (Carta séptima. P. 150). Cuando habla de débiles, no solo se refiere a los huérfanos que tenía a su cargo, sino a la sociedad en general inmersa  en una educación memorística, árida e intelectualista. Su propuesta se basa sobre todo en el MÉTODO INTUITIVO, tesis que desarrolla y fundamenta a lo largo de toda la obra, y con más detenimiento en la carta sexta “…nuestra educación…es suprimir la confusión que reina en esa intuiciones, separar los objetos entre sí, volver a reunir en sus representación los semejantes y relacionados, percibirlos así claramente, y después, esta claridad completa, elevarlos a conceptos exactos…” (Carta sexta. P. 124)

Él mismo utiliza la intuición como forma de aprendizaje y la experiencia como fundamento de su teoría.

Su método se establecía en la educación del cerebro, del corazón y de las manos, si ideal de formación comprendía la agricultura, la industria y el comercio.

Concibe a la enseñanza como el arte de tender la mano a esa tendencia natural hacia su propio desarrollo, este arte reposa esencialmente en los medios de poner en relación y armonía.

“El arte ha de convertir, pues, en una ley invariable de la educación el partir de esos tres simples fundamentos (número, forma y lenguaje) y llegar con esto:

1. a enseñar a los niños a considerar cada uno de los objetos que se lleva a su conciencia como una unidad…
2. a hacerles conocer la forma de cada uno de los objetos, es decir, su medida y proporción.
3. A enseñarles a conocer, tan pronto como sea posible, la extensión total de palabras y nombres de todos los objetos que les son familiares.

Y así como la instrucción de los niños de partir de estos tres puntos fundamentales…los primeros esfuerzos del arte han de encaminarse a dar sencillez, generalidad y armonía más grandes posibles a estos tres puntos iniciales de la instrucción” (carta sexta. P. 127)

SU CONCEPCIÓN SOBRE INFANCIA

“¿Qué haría tú si quisieras enseñar a un solo niño la entera extensión de aquellos conocimientos y prácticas que necesita imprescindiblemente para lograr el íntimo contento de sí mismo mediante una buena dirección de sus disposiciones más esenciales? (carta duodécima. P. 234)

A lo largo del texto, Pestalozzi, habla de los niños como personas que necesitan una dirección psicológica para obtener una intuición razonable de todas las cosas; desarrolla su concepción de infancia desde la experiencia cotidiana con niños, él mismo argumenta que aprendía a la par de ellos, a conocer la relación natural que debe establecerse entre el conocimiento real y el conocimiento de las palabras, a través de la fuerza afectiva de la intuición y de la conciencia sólida de los objetos que los rodeaban.

Él, al igual que su amigo Krüsi, no habían tenido una formación profesional como maestros “pero él (Krüsi) gustaba del trato con los niños y esperaba que ese cargo pudiera ser un medio de adquirir la educación y los conocimientos…” (Carta segunda p 63).”… ¡Quiero llegar a ser maestro de escuela!...desde entonces sostengo una lucha que me impulsa, aun contra mi voluntad, a llenar vacíos de mi insuficiencia interior…” (Carta primera p.26) No solo que no se avergonzaba de su condición, sino que sostenía que el maestro debe aprender a la par de sus alumnos para ver cómo se aprende.

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