El Valor De Educar
Enviado por chos • 19 de Junio de 2013 • 1.237 Palabras (5 Páginas) • 357 Visitas
Savater, Fernando, El valor de educar, Editorial Ariel, Barcelona, 2006.
“.. el aprendizaje a través de la comunicación con los semejantes y de la transmisión deliberada de pautas, técnicas, valores y recuerdos es proceso necesario para llegar a adquirir la plena estatura humana. Para ser hombre no basta con nacer, sino que hay también que aprender. p. 37
… para educar a otros es haber vivido antes que ellos, como señalamos en el capítulo anterior: lo primero para educar a otros es haber vivido en general –es posible y frecuente que un joven enseñe cosas a alguien de mayor edad-, sino haber vivido antes el conocimiento que desea transmitirse. p. 40
La institución educativa aparece cuando lo que ha de enseñarse es un saber científico, no meramente empírico y tradicional, como las matemáticas superiores, la astronomía o la gramática. Según las comunidades van evolucionando culturalmente, los conocimientos se van haciendo más abstractos y complejos, por lo que es difícil o imposible cualquier miembro del grupo los posea de modo suficiente para enseñarlos. p. 42
Bien, se enseña en todas partes y por parte de todos, a veces de modo espontáneo y otras con mayor formalidad, pero ¿qué es lo que puede enseñarse y debe aprenderse? Antes dijimos que la enseñanza nos revela por principio nuestra filiación simbólica con otros semejantes sin los que nuestra humanidad no llega a realizarse plenamente y la condición temporal en la que debemos de vivir, como parte de una tradición cognoscitiva que no empieza con cada uno de nosotros y que ha de sobrevivirnos. p. 44
Ya señalamos que toda educación humana es deliberada y coactiva [obligatoria, forzosa], no mera mímesis [imitación]: parece indicado por tanto precisar y sopesar los objetivos concretos que tal educación ha de proponerse. p. 44
… John Passmore establece entre capacidades abiertas y cerradas. La enseñanza nos adiestra en ciertas capacidades que podemos denominar <<cerradas>>, algunas estrictamente funcionales –como andar, vestirse o lavarse- y otras más sofisticadas, como leer, escribir, realizar cálculos matemáticos o manejar un ordenador. Lo característico de estas habilidades sumamente útiles y en muchos casos imprescindibles para la vida diaria es que pueden llegar a dominarse por completo de modo perfecto. Habrá quien se dé más maña en llevarlas a cabo o sea más rápido en su ejecución, pero una vez que se ha aprendido su secreto, que se les ha cogido el truco, ya nos e puede ir de modo más significativo más allá. Cuando alguien llega a saber ponerlas en práctica, conoce cuanto hay que saber respecto ellas y no cabe más progreso o virtuosismo importante en su ejercicio posterior: una vez que se aprende a leer, contar o lavarse los dientes, se puede ya leer, contar o lavarse los dientes del todo. p. 48
Las capacidades <<abiertas>>, en cambio, son de dominio gradual y en cierto modo infinito. Algunas son elementales y universales, como hablar o razonar, y otras sin duda optativas, como escribir poesía, pintar o componer música. En los comienzos de su aprendizaje, las capacidades abiertas se apoyan también sobre <<trucos>>, como las cerradas, y ocasionalmente incluso parten de competencias cerradas (v. gr.: antes de escribir poesía, hay que saber leer y escribir). Pero su característica es que nunca pueden ser dominadas de forma perfecta, que su pleno dominio jamás se alcanza, que cada individuo desarrolla interminablemente su conocimiento de ellas sin que nunca pueda decirse que ya no puede ir de modo relevante más allá. pp. 48-49
Otra diferencia: el ejercicio repetido y rutinario de las capacidades cerradas las hace más fáciles,
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