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LA EDUCACION


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2011  •  1.727 Palabras (7 Páginas)  •  382 Visitas

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Metamorfosis

ARGUMENTO

Una mañana, Gregorio Samsa despierta convertido en un extraño insecto. La sorpresa y el desconcierto no le impiden pensar en sus responsabilidades. El es un vendedor viajero, debe concurrir al trabajo, debe atender a su familia, compuesta por padre, madre y Greta, hermana menor, ¿Que pasa? ¿Qué dirá su jefe? ¿Cómo reaccionarán sus familiares? «El tren sale a las siete y son las seis y media, ya no lo alcanzaré», Llama su madre a la puerta preocupada porque no sa1e se le une la hermana. Ensaya algunos movimientos para bajar de la cama, pero no lo consigue. Llaman a la puerta de calle. «Debe ser alguien del almacén», Era el gerente en persona que venía a conminarlo. Gregorio trata de bajar y cae sobre la alfombra produciendo un ruido que alarma a todos. EI gerente le grita a través de la puerta y Samsa ensaya una explicación larga y sesuda, pero sólo produce un ruido que aumenta el susto de lo que están tras la puerta, «Es una voz de animal» exclama el gerente. «Anda por un médico» dice la madre a Greta, «Bus.ca un cerrajero» ordena a la cocinera.

Gregario trata de abrir la puerta haciendo grandes esfuerzos con sus patas pegajosas y su mandíbula poderosa. «Escuchen, está tratando de abrir la puerta» hace notar el gerente, al fin se abre y el, colgado de la llave cae al suelo. Entra el gerente primero y da un grito de horror, la madre, tras él, cae desplomada, el padre amenaza con el puño y sale para echarse a llorar. Gregario trata de hablar, recuperar su trabajo y habla sobre el viaje inminente: «En seguida recojo el muestrario y me voy de viaje.. me dejarán viajar ¿Verdad? uno puede tener un bajón momentáneo, pero.. « El gerente, sin oírlo, había dado media vuelta y lo contemplaba asqueado desde la puerta sin atinar a salir. Gregario trata de alcanzarlo para darle explicaciones y da unos pasos con sus innumerables patas y se coloca frente a su madre que reaccionaba recién de su desvanecimiento. «¡Socorro! ¡Por el amor de Dios!» exclama y se desploma nuevamente, el gerente sin quitarle los ojos se va. El padre, ante la huida del gerente que significaba la pérdida del trabajo de Gregario, toma el bastón de éste y un periódico y haciendo ruido con golpes y gritos lo hace retroceder hasta su habitación.

Gregorio no puede dar el giro necesario y lo hace penosamente para llegar a la puerta maltrecho y estrujándose trataba de pasar pero no podía, su padre le da un empujoncito con el bastón y así lo introduce en su cuarto y cierra la puerta.

Gregorio durmió pasta que uno ruidos muy leves lo despertaron. Las antenas le resultan muy útiles, descubrió una llaga en un costado y que una de sus muchas patas estaba sin vida. Avanzó y encontró un plato con leche y trocitos de pan, pretendió comer, pero no, pudo. la leche no le gustó nada.

Era su hermana quien había puesto ese plato y quien se ocupó de la limpieza, cuidado y alimentación de Gregorio, pero él debía esconderse debajo del sofá cada vez que ella entraba. Con el correr de los días se fue acostumbrando a la situación, en la medida de lo posible. «Vaya, hoy sí que ha comido todo» comentaba a veces.

Gregorio estaba atento a todo lo que sucedía en la casa, apenas sentía algún ruido corría y miraba por debajo de la puerta. Casi siempre hablaban de él. Se enteró de que nadie quería quedarse solo en casa; que la criada se había marchado y que la madre y Greta cocinaban juntas. Que el padre tenía unos ahorros que servían ahora para subsistir; que había un buen recuerdo que él, de su trabajo y su aporte a la casa que ahora era la gran pérdida. Sólo Greta, su hermana, permanecía fiel a él, Gregorio pensaba siempre (aun en estas circunstancias) que cuando todo pase, la enviaría a estudiar violín al conservatorio que era lo que ella más deseaba. Sus padres sólo recibían noticias a través de ella y Gregorio hacía grandes esfuerzos por levantar la cabeza para oír lo que hablaban.

-¿Qué estará haciendo ahora? -decía el padre al producirse algún ruido en la pieza, y continuaban conversando. El padre informó que tenía dinero de los saldos de lo que daba Gregorio y que él guardaba ganando intereses. Gregorio aprobaba con un movimiento de cabeza. Cuando la conversación derivaba a la falta de dinero, que los fondos se agotarían o que había que economizar, Gregorio se retiraba de la puerta para no escuchar y acercaba una silla a la ventana para ver el exterior. Greta que observó este detalle, dejaba ya la silla cerca a la ventana y entreabría una hoja de ésta.

Ahora, la hermana no entraba como antes, lo hacía corriendo hacia la ventana y abriéndola de par en par y respiraba muy agitada como si se estuviera asfixiando.

Dos semanas después, sucedió algo inesperado. Gregario había aprendido a trepar por las paredes y caminar por el techo y su hermana lo noto por el rastro de baba que dejaba al subir. y con el afán de ayudarle pensó en retirar los muebles que estorbaran. Llamó a su madre para que la

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