LA RELACIÓN ALUMNO MAESTRO

NATURALEZA DEL DIALOGO EDUCATIVO:

El carácter asimétrico del dialogo educativo es inherente a la situación sin embargo la disimetría a veces toma tales proporciones que el dialogo – es decir, el encuentro de sujetos que se escuchan, que se saben retirar en el momento oportuno o intervenir para aportar su contribución, para perseguir el mismo fin no es ya posible.

En pocas palabras se resume en 2 esquemas: la patología del dialogo asimétrico, o bien la función y el fin están mal asumidos, la frecuente en nuestra época. Padres inmaduros, maestros incompetentes están abrumados por las tareas y reaccionan con la negligencia que se quiere indulgente, la huida que se quiere estratégica, la ineficacia agresiva o desordenada.

El error del educador seria negarse a asumir su función o a desnaturalizarla por exceso de poder o prolongarla cuando ya no es útil, porque su acción es temporal, esta ahí para hacer franquear una etapa y después desaparecer. El niño, el adolescente sigue su camino, bien sea con otro guía o bien de una manera autónoma.

En resumen, el dialogo en la situación pedagógica presenta un carácter asimétrico, que resulta de la naturaleza de las funciones asumidas por cada uno de los interlocutores y de la dimensión temporal abierta hacia el futuro; el enseñante desencadena el proceso educativo y actúa según la percepción que tiene del porvenir del alumno. Aun cuando tenga por objetivo emancipar al niño y ayudarle a construir su itinerario personal, sigue siendo el protagonista de la situación.

LA NOCION DE TRANSACCION EDUCATIVA:

(Estados Unidos 1960), pocos psicólogos han tratado de trazar el cuadro de la economía psicológica de la interacción social. Han invertido en los objetivos eventuales “benéficos” y que están determinados por un punto de equilibrio final equitativo entre las partes implicadas en la TRANSACCIÓN.

LA TRANSACCIÓN EDUCATIVA, EL GRUPO DE LA CLASE Y EL ALUMNO:

L. Bradford miembro del (NTL) National Training Laboratories, ha consagrado al estudio más especifico de la transacción educativa, sobretodo al examen de equilibrio que supone entre los participantes, variable según las percepciones que tienen de sus deseos y de sus aportaciones respectivas.

J. C. Filloux ha presentado un análisis muy completo de los trabajos de Bradford, los recursos del enseñado residen en un saber adquirido, sus experiencias personales, y varían en función de las representaciones que se hace de sus necesidades de aprender, de desarrollarse, de cambiar, de lo que espera de la vida en clase, de la ayuda que puede recibir.

La transacción educativa, tal y como nos la presente Bradford, se aproxima al sentido etimológico de la palabra, permitiendo llevar a buen fin una operación, el aprendizaje del alumno, en el presente caso, otra aproximación de la transacción, tomada en este sentido, y comprendiendo la idea de negociación, es posible en términos de contenidos de rol a asumir por el enseñante y por los alumnos.

La transacción educativa y el grupo de la clase L. Bradford, estudia la relación pedagógica en términos de percepción y de utilización de los recursos de cada uno, determinados por su aportación personal en el grupo. J. Dawey, el medio escolar debe permitir al niño vivir la experiencia de la vida social y de sentirse responsable en el grupo. Entonces el enseñante tiene por tarea organizar las condiciones de trabajo de manera tal que cada alumno pueda vivir su propia experiencia social. C. Freinet, enmarca dos modos de transacción, transacción en el interior del grupo de clase, por la institución de un consejo de cooperativa, que conduce la vida del grupo y las relaciones fundamentales, transacción entre el enseñante y el alumno por el contrato de trabajo establecido regularmente en común para fijar los objetivos alcanzados.

La transacción educativa y el alumno. La motivación del niño para realizar un determinado aprendizaje varía en función de las informaciones que él recoge sobre el mismo y sobre los demás. En el transcurso de las interacciones por las evaluaciones efectuadas sobre él, cada alumno llega a delimitar lo que los enseñantes, los demás alumnos, sus padres, esperan de él en un área de aprendizaje. Brookover y Erickson, citan el caso de alumnos que esperan

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