La Autoridad Pedagógica
Enviado por candymattar • 23 de Julio de 2014 • 998 Palabras (4 Páginas) • 198 Visitas
RECREAR LA AUTORIDAD PEDAGOGICA
Stella Maldonado
Desde el Estado se asesino, se violó, se torturó, se apropio de niños/as y hurgo se destruyó el patrimonio producido por el trabajo de varias generaciones. Recordemos que se llegó al extremo, en democracia, de hacer volar una ciudad (Rio Tercero, Córdoba) para ocultar las pruebas del contrabando de armas. Cuando llega a traspasar esos límites, está muy dificultada la posibilidad de que la sociedad de conjunto y cada sujeto, le reconozcan al Estado la AUTORIDAD necesaria para hacer que se cumplan las normas sin recurrir a la represión.
Esta autoridad estatal perdida tiene su correlato y su reflejo en la pérdida de autoridad paterna y en general, de todo lo instituido, incluyendo por supuesto a la escuela y a la autoridad de cada docente.
La necesaria asimetría entre adultos y niños y adolescentes queda sumamente desdibujada, muchas veces porque las adolescencias se han alargado, sobre todo en las clases medias y altas, y la infancia se ha acortado en términos sociales y culturales, particularmente en las clases populares. Hoy tenemos en nuestras escuelas secundarias, muchos profesores y preceptores que afectivamente aún son adolescentes y se relacionan con los estudiantes como pares. Existe hoy una brecha científico-tecnológica, comunicacional y epistemológica entre generaciones.
Coexisten en nuestras escuelas maestros y profesores que nacieron cuando todavía no había televisores en las casas, con estudiantes que son contemporáneos de la masificación de la Internet. No es suficiente entregar netbooks a los estudiantes (aunque es una muy buena medida democratizar el acceso a la informática), es imprescindible trabajar desde la formación de base y en servicio el uso pedagógico-didáctico de la herramienta.
En el caso específico de la pérdida de autoridad pedagógica, hay una incidencia además de las políticas educativas neoliberales que condenaron a los trabajadores de la educación a ser objeto de reformas y no sujetos de las transformaciones, desautorizados en sus saberes y sus prácticas.
Hubo un docente, el de la escuela de la modernidad homogeneizante que disciplinaba incluyendo en el marco de la movilidad social ascendente, que tenía una palabra muy autorizada; hoy su palabra está muy devaluada y carente de performatividad.
Los chicos/as que filman sus actos violentos y humillantes entre pares y hacia (¿con?) los profesores/as para subirlos a Internet, no son autónomos, no se afirman oponiéndose al adulto, sólo gritan mírennos, aquí estamos, sólo existimos si otros ven nuestra imagen en una pantalla.
¿Qué hace falta para reponer la autoridad perdida, para reautorizar-se?
Para que los estudiantes de todos los niveles le reconozcan al docente la autoridad suficiente para trasmitir conocimiento significativo, hay que producir importantes cambios en la organización del trabajo, en la organización escolar y en el vínculo de la escuela con el contexto social y cultural en el que está inserta.
Cambios en la organización del trabajo
Hay cuestiones que son del orden de las condiciones de trabajo, que desde las organizaciones sindicales docentes se seguirán peleando pero que tienen
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