Literatura Infantil
Enviado por giisanchez • 20 de Abril de 2013 • 2.170 Palabras (9 Páginas) • 392 Visitas
LITERATURA INFALTIL DE POETAS
ARGENTINOS Y LATINOAMERICANOS
AUTORES:
-BENEDETTI MARIO,
-BASH ADELA,
LENGUA Y LITERATURA Y SU DIDÁCTICA
2º AÑO 1ª DIVISIÓN
-MAGISTERIO-
2012
Prólogo
GRATITUD
Cada vez que me cruzo en la calle con un noble viejo, a quien tiemblan las piernas y abate de la vida el peso, inefable impresión de ternura en el alma siento: le saludo, y su mano arrugada con cariño estrecho.
A veces, alguno, ignorando la causa del hecho, pregunta curioso: « ¿Es acaso de usted algún deudo?»
«Algo más, -le respondo orgulloso- ese noble viejo a quien amo y saludo, ése ha sido mi primer maestro».
Autor: Eduardo Vega Rodríguez
LOS RATONES
Juntáronse los ratones para librarse del gato; y después de largo rato de disputas y opiniones, dijeron que acertarían, en ponerle un cascabel, que andando el gato con él, librarse mejor podrían.
Salió un ratón barbicano,
colilargo, hociquirromo y encrespando el grueso lomo, dijo al senado romano, después de hablar culto un rato:
¿Quién de todos ha de ser el que se atreva a poner ese cascabel al Gato.
Autor: Lope de Vega.
En un trozo de papel
En un trozo de papel
con un simple lapicero
yo tracé una escalerita,
tachonada de luceros.
Hermosas estrellas de oro.
De plata no había ninguna.
Yo quería una escalera
para subir a la Luna.
Para a subir a la Luna
y secarle sus ojitos,
no me valen los luceros,
como humildes peldañitos.
¿Será porque son dorados
en un cielo azul añil?
Sólo sé que no me sirven
para llegar hasta allí.
Estrellitas y luceros,
pintados con mucho amor,
¡quiero subir a la Luna
y llenarla de color!
Autor: Benedetti Mario
Mariposa
Mariposa del aire,
qué hermosa eres,
mariposa del aire
dorada y verde.
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
No te quieres parar,
pararte no quieres.
Mariposa del aire
dorada y verde.
Luz de candil,
mariposa del aire,
¡quédate ahí, ahí, ahí!...
¡Quédate ahí!
Mariposa, ¿estás ahí?
Autor: Benedetti Mario
Balada del tiempo perdido
"Yo dormía pero mi corazón velaba..."
Cantares
Como a sus vanas hojas
el tiempo me perdía.
Clavada a la madera de otro sueño
volaban sobre mí noches y días.
Poblándome de una
nostalgia distraída,
la tierra, el mar, me entraban en los ojos
y por ociosas lágrimas salían.
Cuántos papeles ciegos
en la tarde vacía.
Qué multitud de imágenes miradas
como a través de una mortal llovizna.
Entorpecidas sombras
en vez de manos mías,
de tanto enajenarse en los espejos,
todo lo que tocaba se moría.
Memorias y esperanzas
callaban su agonía:
un porfiado presente demoraba
siempre las mismas ramas amarillas.
Qué tiempo sin sentido
el que mi amor perdía.
Qué lamentable primavera inútil
haciendo en vano flores que se olvidan.
Pero mi corazón
velaba y no sabía.
Recuperada su pasión secreta
ahora enamorado resucita.
Y el tiempo que hoy me guarda
entre sus hojas vivas
es un tiempo feliz desde hace tantos
sueños que nacerán en la vigilia.
Elena Walhs.
EL JUEGO
Paso, pasito, pisotón.
Corre, corre
que te pillo.
En la acera
juega el niño
y en la fuente,
el jilguero.
Paso, pasito, pisotón
quieto, quieto
que te veo.
En la plaza
saltan los niños
y en el agua
los luceros.
Paso, pasito, pisotón,
tú y yo
somos uno,
somos dos.
Balada triste
Era el otoño y era la llovizna,
la inicial certidumbre del poniente.
Mis pasos desandaban su tristeza
mientras sobre la tierra conmovida
era el otoño y era la llovizna
En el transcurso de las avenidas
todos los pájaros
muerto,
y las hojas llovían cautamente
sobre la hierba, cerca de mi sangre,
en el transcurso de las avenidas.
¿Qué llanto conocí, qué desconsuelo
bajo los árboles deshabitados?
Cuando en la fuente se reconocía
un cielo de palomas lejanísimas
qué llanto conocí, qué desconsuelo.
Oh muros de mi sed, aquellos muros
que no sé si existieron a mi lado;
bebí en ellos soledad de siglos,
luz funeraria, fríos alusivos.
Oh muros de mi sed, aquellos muros.
Triste ejercicio el de invadir la niebla
por ámbitos inciertos, declinando.
Atravesé desconocidos puentes
en el amanecer de los faroles.
Triste ejercicio el de invadir la niebla.
Todos los pájaros habían muerto
en el transcurso de las avenidas.
Qué llanto conocí, qué desconsuelo:
era el otoño y era la llovizna,
todos los pájaros habían muerto.
Elena Walhs.
El viaje
Sólo quiero tu casa de ternura,
vivir en su calor.
Eres el mar y la orilla segura
porque el único viaje es el amor.
Reconocer tu alma, qué aventura
de mágico sabor.
Allí tendré profundidad y altura
porque el único viaje es el amor.
Besos
...