- PEDAGOGÍA GENERAL DERIVADA DEL FIN DE LA EDUCACIÓN
Enviado por KikaMed • 29 de Marzo de 2014 • 1.941 Palabras (8 Páginas) • 3.139 Visitas
Introducción
“Hacer pedagogía, pues, no es hacer hombre sino construir un circulo visual, establecer fronteras y límites en el pensamiento, construir proposiciones sobre objetos, describir procesos, explicar fenómenos, si se le es concedido, mientras la vida, la voluntad, y las decisiones siguen su curso.”
Herbart abarca en los tres libros de su obra lo importante que es la formación del hombre y su perfeccionamiento. Para Herbart, el pensamiento es importante, ya que las decisiones y el manejo de sus conocimientos depende de ello. Es indispensable ver que la voluntad puede cambiar la perspectiva de ver muchas cosas, haciendo que la decisión que tengamos no sea la correcta. Es muy importante establecer límites claros para poder usar nuestro pensamiento de manera correcta.
En el trabajo hablaremos con más detalle del carácter y sus características. Herbart nos habla de lo importante que es la disciplina en la educación. Herbart no la ve como represión sino como una herramienta para que el hombre se domine a sí mismo y pueda moldear su voluntad y su carácter. Herbart basa su pedagogía con la metafísica guiándose por la misión de esta que es librar de dificultades a la experiencia para llevarla a la perfecta comprensión. Esta misión de la metafísica se complementa de manera satisfactoria con la misión de la pedagogía, ya que esta busca el perfeccionamiento del hombre y esta puede llevarse al facilitar la comprensión de las experiencias al igual que las dos misiones necesitan de una metodología para ser completadas.
El fin supremo de la educación es la moralidad, conforme al método que parece aquí necesario. Toda sociedad tiene un método educativo de acuerdo a sus necesidades, pero es importante recordar que se necesita una reflexión interna y un interés para que el aprendizaje de manera exitosa
El primer libro contiene dos breves capítulos. El primero sobre el “gobierno de los niños”, y el segundo sobre “la educación propiamente dicha”. El gobierno de los niños, según Compayré (1996, pp. 56-58) corresponde a lo que es la disciplina. Para Herbart, los niños nacen con una maldad o “impetuosidad” que debe de ser sometida por medio de esta disciplina con el fin de forjar el carácter y la voluntad del individuo.
La formación del “gobierno de los niños” debe ser coartado por: la vigilancia (para supervisar), la amenaza (para forzar), la autoridad (para ejercer el mando), y el amor (para obtener respeto). Todas estas deberán estar medidas y restringidas para no exagerar en su aplicación y degenerar las bondades que pueden proporcionar.
Ya en el segundo capítulo, de “la educación propiamente dicha”, Herbart empieza el capítulo advirtiendo a los docentes que ‘no eduquen en exceso’. Esta advertencia se debe a que al tratar de educar en demasía, los alumnos pueden llegar perder el amor por el estudio por la violencia que la imposición de la educación genera
Después, Herbart crea toda una disertación compleja acerca del fin de la educación en cuanto a su simplicidad y multiplicidad. De entre sus reflexiones, vale bien la pena rescatar que considera dos tipos de fines del discípulo, el primero es el “fin posible” (lo que el discípulo por medio de su propia decisión desea llegar a ser) y el “fon necesario” (que indica el fin último que el discípulo debe alcanzar, este fin es la moralidad). Herbart llega a la conclusión de que el fin de la educación es uno, pero que el interés que debe de existir por ella debe de ser múltiple. Así es como comienza con su tesis sobre la “multiplicidad de los intereses”.
Es en esta multiplicidad de intereses en donde Herbart sostiene que es por medio de ella que se le da fuerza al carácter y a la moralidad por medio del interés múltiple por disciplinas y la elección de un oficio.
Otra controversia que se propone a resolver Herbart es el tema de la educación para el individuo o la educación para el colectivo, señalando que “la representación más pura y más perfecta de la humanidad mostrará siempre al mismo tiempo un individuo particular (…), la individualidad ha de resaltar para que el ejemplar no parezca insignificante junto a la especie misma y no se desvanezca como una cosa indiferente” (1983, p. 51) deduce que es necesaria la educación individual pero para que éste sea productivo a la sociedad.
Uno de los temas más alabador o mejor dicho, reconocidos sobre este autor es, el interés. Tema cuya introducción se encuentra en este primer libro por medio de la afirmación que reza que el interés múltiple debe de ser potenciado gracias a la instrucción del profesor. Por último termina reiterando la trascendencia de una educación inicial basada en la disciplina para que después está el ‘espíritu’ llegue preparado con un ánimo receptivo de la educación de las ciencias.
En el segundo libro Herbart comienza aclarándonos el concepto de multiplicidad para así poder explicar de dónde debe de surgir la multiplicidad de intereses. Para él, es inconcebible que la multiplicidad de intereses surja de algo que no sea la moralidad. Todo interés debe de surgir con esta base.
Acto seguido Herbart nos propone su sistematización de la educación comprendida por la concentración y la reflexión. La concentración comprende a la claridad y asociación de ideas, mientras que la reflexión busca crear primero un sistema que sea formado con base en la asociación de las ideas. Ya creado este sistema buscará crear un método que culminará con la aplicación de lo aprendido por medio de la acción.
Una vez concluida la exposición de su sistematización, regresa al tópico del interés, abordándolo con la intensión de señalar qué tipo de interés es correcto. Herbart señala que cuando el interés se combina con el deseo, surge un sentimiento humano que se manifiesta en el exterior. Sin embargo Herbart aclara que: el deseo es una proyección de satisfacción futura y el interés es un sustantivo que evoca al presente.
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