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Definición de la formulación clínica


Enviado por   •  17 de Marzo de 2024  •  Apuntes  •  3.672 Palabras (15 Páginas)  •  47 Visitas

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  1. DEFINICIÓN DE LA FORMULACIÓN CLÍNICA

La formulación clínica en el contexto de la terapia de conducta implica más que simplemente formular hipótesis; también implica la creación de un modelo causal que integra y relaciona estas hipótesis. Este modelo molar permite aplicar la comprensión del comportamiento a una variedad de contextos, desde la intervención individual hasta la modificación del comportamiento a nivel comunitario. La formulación clínica es fundamentalmente un intento de responder a la pregunta fundamental de la ciencia del comportamiento: ¿cuáles son las variables que determinan la conducta? Se distingue de otros enfoques terapéuticos por su enfoque en la metodología científica para establecer relaciones entre los datos observados y el marco teórico subyacente. En resumen, la formulación clínica representa la aplicación práctica de la investigación científica para comprender y abordar el comportamiento humano.

I.1. Metodología de la formulación clínica:

El conjunto de pasos o actividades que se requieren para realizar una formulación clínica son los mismos que utiliza el científico en el proceso de investigación, ambos buscando aumentar el conocimiento para tener un mayor control sobre fenómenos naturales. Sin embargo, difieren en el enfoque: mientras que el científico busca establecer influencias generales sobre muchas instancias o situaciones, el clínico busca desarrollar control sobre las variables que afectan el comportamiento de un paciente particular. Aunque están relacionados, la investigación y la práctica clínica tienen prioridades y criterios de toma de decisiones diferentes debido a las condiciones específicas de control en cada caso.

I.1.1 Fuentes de generación de hipótesis:

  • Observación y recogida de datos: el proceso de observación y recogida de datos es fundamental en cualquier investigación científica. Este proceso implica tomar decisiones sobre qué tipo de información se va a obtener, basándose en los supuestos teóricos sobre la relevancia de dicha información. Es común que en explicaciones de "sentido común", los datos observados se simplifiquen en rótulos o adjetivos generales, como "perezoso" o "egoísta", lo cual no proporciona una verdadera explicación del comportamiento. Es importante especificar las variables causales subyacentes para comprender y modificar el comportamiento de manera efectiva. Por lo tanto, los datos utilizados en la formulación deben ser específicos y se deben aplicar procedimientos sistemáticos para formular y verificar hipótesis. Estos datos pueden incluir conductas observadas, autoinformes y mediciones directas de los efectos de varios procesos.
  • Marco teórico: El marco teórico es una fuente de hipótesis para la formulación clínica, junto con la observación de datos conductuales. 

Algunos de los problemas que puede plantear la teoría como fuente de generación de hipótesis clínicas:

a). Hipótesis generadas por modelos teóricos no validados: el uso de teorías no validadas puede limitar la generación de hipótesis útiles y conducir a explicaciones parciales del comportamiento. Por ejemplo, explicar los ataques de pánico como resultado de brujería o interpretar el comportamiento de un secuestrador de aviones en términos psicoanalíticos pueden ofrecer explicaciones aparentemente plausibles, pero no científicamente verificables. Para que las hipótesis sean científicas, la teoría subyacente debe ser validable y verificable. Además, las formulaciones basadas en teorías no validadas tienden a ser generales y no proporcionan orientación para tratamientos diferenciales, lo que puede resultar en la aplicación de técnicas estándar independientemente de la naturaleza específica del problema del paciente.

b). Hipótesis generadas por modelos teóricos monosistémicos: en el contexto de formulaciones clínicas, se destacan las hipótesis generadas por modelos teóricos monosistémicos, los cuales buscan ofrecer explicaciones coherentes y organizadas para una diversidad de problemas clínicos. Se examinan ejemplos como la teoría biológica de la depresión, que atribuye el fenómeno a desórdenes metabólicos, y las formulaciones cognitivas, que centran la explicación en distorsiones cognitivas. Aunque estos enfoques han sido útiles en algunos casos, su limitación radica en su incapacidad para abordar la complejidad de los procesos causales subyacentes. Además, el riesgo de adoptar un enfoque basado en técnicas se resalta, donde el tratamiento se determina principalmente por la orientación teórica del terapeuta, en lugar de un análisis detallado de los procesos específicos que dan lugar a las quejas clínicas. Se enfatiza la importancia de que las teorías sean validadas y se ajusten a los hechos, en lugar de forzar los hechos para que se adapten a la teoría.

  • Formulación de hipótesis: el proceso de formulación de hipótesis consiste en un conjunto de operaciones inductivas a través de las cuales se infieren relaciones funcionales tentativas entre acontecimientos, relaciones que tienen un valor predictivo sobre el comportamiento futuro. La característica fundamental de las hipótesis clínicas así formuladas es que puedan someterse a comprobación empírica y tengan la posibilidad de falsarse.

  1. Hipótesis correlacionales: Observación de regularidades. Cuando se observan acontecimientos que suelen ocurrir de forma regular, es decir, que son predecibles en el tiempo, se generan hipótesis que describen variables asociadas o correlacionadas, como ocurre en el caso de los sistemas de clasificación.
  2. Hipótesis causales. En las relaciones funcionales causales, a diferencia de las anteriores, no solamente se observan regularidades, sino que se puede establecer la direccionalidad de la relación. Para que una relación funcional sea causal, se requiere que haya precedencia de la variable causal.
  • Validación de hipótesis: finalmente, puesto que las hipótesis son afirmaciones tentativas sobre relaciones entre eventos, una condición necesaria para que se cumpla el requisito de la metodología científica es que sean sometidas a verificación a través de contrastación empírica. Puesto que las hipótesis son descripciones sobre relaciones, por definición tienen un carácter predictivo. En consecuencia, la validación de las hipótesis consiste en diseñar las condiciones bajo las cuales puede (o no) cumplirse la predicción.

I.2. Modelos conductuales de formulación clínica:

    I.2.1 Formulaciones de análisis funcional: la triple relación de contingencia: este enfoque se centra en establecer relaciones entre estímulos antecedentes, sucesos conductuales y estímulos consecuentes para comprender y predecir el comportamiento. Implica la observación del comportamiento en ciertas condiciones, la formulación de hipótesis basadas en conocimientos científicos y la introducción de cambios sistemáticos para medir los efectos conductuales. Aunque útil para comprender y modificar conductas específicas en contextos controlados, el análisis funcional adolece de limitaciones en la explicación de fenómenos conductuales complejos y en la inclusión de factores históricos y contextuales. Se reconoce la necesidad de modelos más ecológicos que consideren factores distales en el tiempo y relaciones familiares en el análisis clínico. En resumen, mientras que el análisis funcional es valioso para entender conductas específicas, no es suficiente para abordar la complejidad de todos los fenómenos conductuales.

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