Cadena de abastecimiento vinicola

Cadena de abastecimiento - Empresa Vinícola

Katherine Gamboa Yáñez

Empresas de todas las industrias deben tomar más atención a su cadena de abastecimiento para lograr reducir costos, mejorar tiempos, optimizar procesos y ser más competitivos en el mercado, sin embargo, cuando se trata de empresas que se dedican a la fabricación y distribución de productos perecibles, como en el caso de vinícolas, la cadena de abastecimiento se vuelve vital para que la empresa pueda seguir con vida, y claramente aún más vital para que pueda sobre salir entre sus competidores.

Las empresas vinícolas en su mayoría tienen sus propios viñedos donde cultivan sus propias uvas, y luego las deben aplastar para iniciar así un proceso químico propio del tipo de uva, que dará lugar un producto semi-procesado llamado mosto. Una vez que la uva se ha transformado en mosto, se traslada a una planta de procesamiento donde se verifica su calidad sanitaria, sus niveles de azúcar y acidez, así como otras propiedades, para asegurarse que cumplan con la calidad deseada, luego el mosto pasa por tres procesamientos más: el despalillado, el estrujado y la evacuación de raspones; para luego ser retirado a depósitos donde se permitirá su fermentación por los próximos 6 a 10 días, dependiendo de la cepa de uva que se está utilizando (CBG, 2014).

Luego de su maceración y fermentación, se des encuba el producto, que hasta el momento es denominado vino yema, y luego de prensarlo, se convierte en el producto final: el vino, que debe ser almacenado de preferencia en barriles con tapón de corcho, a una temperatura media de 15 grados centígrados y en un ambiente sin humedad ni olores fuertes.  Una vez que cumplen con su proceso de maduración, se filtra el contenido para proceder con su embotellamiento comercial y así puedan ser distribuidos a los mayoristas, minoristas, y en casos de vinícolas más artesanales, de sus consumidores finales.

Por tanto, se identifican como procesos clave, el cultivo de los viñedos, la cosecha de las uvas, el transporte de las uvas para ser prensadas y convertidas en mosto, el transporte del mosto para los almacenes donde realizan el proceso de fermentación y maduración, y finalmente una vez que se embotella el vino, el transporte mediante sus distribuidores.

Si bien es cierto las misiones o prioridades competitivas pueden variar de organización a organización, incluso si se encuentran en la misma industria, en las vinícolas como la hacienda Falernia, resaltan mucho más la calidad superior y consistentes, la innovación y aplicación de tecnología en sus procesos productivos y la responsabilidad social empresarial (Falerina, 2016). Por ello, empresas como Falernia, producen en sus propios viñedos y se encargan de todo el proceso de producción.

Asimismo, entre las principales decisiones de software que deben tomar las vinícolas se encuentran tener un buen proceso de control de calidad y una buena alianza con los distribuidores, sobre todo alianzas con supermercados y venta al consumidor final, donde el “display” del producto juega un rol muy importante y donde los clientes suelen buscar asesoría o recomendaciones de los productos a comprar, ya que existe una oferta muy amplia del producto.

Por otro lado, entre las decisiones principales de hardware de la empresa, muchas están optando por invertir en tecnología y maquinaria necesaria para optimizar los procesos de maduración y embotellamiento; así como también están centrados en automatizar los procesos logísticos de recolección de uva y transporte del mosto.

Una vez que las empresas vinícolas tienen bien definido su proceso de cadena de abastecimiento, y sus factores claves de éxito, los cuales están alineados a su estrategia corporativa, es de suma importancia que completen el ciclo midiendo el desempeño y resultado de cada etapa de la cadena, y luego también de los resultados globales operativos.

Los indicadores de medición son parte de una cadena de abastecimiento eficiente, éstos miden si el desempeño de la vinícola está logrando los objetivos que se ha propuesto y en el caso de esta industria, las empresas deben medir si la cosecha de uva, en cantidad, fue la proyectada para la temporada, de cuánto fue la merma cuando las uvas se transforman en mosto, el tiempo que tarda el transporte de la materia prima a los almacenes, cuánta de la producción inicial entra al proceso de maduración y cuántos litros salen de producto final. Además, se debe calcular los costos reales totales, y los costos en cada etapa; los ingresos por las ventas, la utilidad operativa, la utilidad neta y cuánto es el retorno de inversión para el accionista y el valor de la empresa en el mercado. Periódicamente, además, se debe tener en cuenta en rendimiento de los activos fijos, y qué tan eficiente fue la organización, es decir cuántos recursos utilizó para cumplir o no sus objetivos.

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