La Adiccion
Enviado por Marina1969 • 20 de Mayo de 2015 • 2.392 Palabras (10 Páginas) • 175 Visitas
UNIVERSIDAD TECNOLOGICA CENTROAMERICANA
Teoría Económica
Dr. Guillermo Enrique Matamoros
ENSAYO
“LA ADICCIÓN”
Integrantes:
Karen Yeniseth Carrillo 11453010
Marina Suyapa Zelaya 11453011
Ludin Sulay Andrade 11453012
Daisy Rodimy Matute 51453005
Kenny Zelaya 11453073
ENSAYO SOBRE EL TEMA LA ADICCIÓN
En base al análisis de libro de Paul A. Samuelson y las ilustraciones brindadas en clase de Teoría Económica, nos hemos dado cuenta de la importancia de la economía, de conceptos que desconocíamos y de la importancia que estos tienen en nuestro diario vivir como ser: El Producto Interno Bruto (PIB), Inflación, empleo, ingresos, inversiones, exportaciones, microeconomía, macroeconomía, etc., en base a los temas que se expusieron en clase, el grupo selecciono varios de ellos de los cuales se señalan: La Macroeconomía, El Producto Interno Bruto, La Adicción, Impuestos de los Combustibles, etc., de los cuales se seleccionó el tema LA ADICCIÓN para elaborar nuestro ensayo.
Estudiar las adicciones supone enfrentarse a preguntas fundamentales sobre el comportamiento humano. ¿Actuamos siempre de manera racional, conscientes de la relación entre los costos y los beneficios de nuestra conducta, como lo postulan algunos economistas, o actuamos por impulso, de acuerdo con decisiones y condicionantes impredecibles? De la respuesta dependen las políticas públicas en la materia. La economía se encarga de analizar los grandes procesos macroeconómicos de un país, el comportamiento y los factores determinantes de las principales variables reales (por ejemplo, empleo, producción) y monetarias (por ejemplo, inflación y tipo de cambio), pero también una parte muy importante de la economía se dedica a analizar el comportamiento humano.
Dentro de este campo, gracias al influyente trabajo del Premio Nobel Gary Becker ha habido una importante actividad intelectual encaminada a entender cómo toman los individuos sus decisiones personales en temas como la inversión en educación, la salud, la fertilidad, el matrimonio, inclusive la participación en actividades delictivas y el suicidio. Dentro de este campo se ha analizado el tema de las adicciones: al alcohol, el tabaco y otras drogas, como la marihuana, la cocaína y sus derivados, sin excluir las adicciones al trabajo, la comida, el ejercicio, la televisión, la religión, por mencionar las más importantes.
En términos teóricos y empíricos, el análisis económico de las adicciones ha evolucionado continuamente desde los años ochenta. En este apartado pretendemos, por un lado, hacer una revisión de las teorías económicas más influyentes sobre las adicciones e ilustrar las principales conclusiones de dichas teorías, con base en la información que proporciona el reporte de la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 (ENA 2008); y, por el otro, reflexionar a partir de esta información sobre las políticas públicas apropiadas para manejar las adicciones en el caso de Honduras. A diferentes interpretaciones de las adicciones se asocian diferentes políticas públicas, con impactos significativos en su éxito y por ende en el bienestar de las personas. Un conocimiento más integral de la problemática de las adicciones debe llevarnos a mejorar las acciones de la sociedad y de las autoridades.
LAS TEORÍAS ECONÓMICAS SOBRE LAS ADICCIONES
La literatura económica sobre las adicciones puede clasificarse en dos grandes grupos: aquella que parte de un modelo de comportamiento racional y aquella que toma como base los modelos no racionales. Los modelos de comportamiento racional suponen que los individuos tienen un plan consistente para maximizar su bienestar a lo largo de toda la vida. Los modelos racionales han sido ampliamente utilizados no sólo para entender el comportamiento humano, sino también para identificar los factores determinantes y pronosticar las tasas de crecimiento económico de los países. Los modelos no racionales argumentan que las decisiones de las personas son fundamentalmente impulsivas.
En los modelos de corte racional se distinguen adicciones no dañinas y adicciones dañinas. Las adicciones dañinas suponen la presencia de dos condiciones: (1) reforzamiento –mientras más se consume el bien o se realiza la actividad, más se quiere consumir el bien o realizar la actividad y (2) tolerancia –mientras más se consume el bien o se realiza la actividad, menor es el bienestar futuro que proporciona el mismo nivel de consumo o de actividad. En las adicciones no dañinas el primer elemento está presente, pero no el segundo. Entre más se consume o se realiza una actividad, más se desea hacerlo en el futuro, pero el bienestar de realizar la actividad o consumir el bien no disminuye con el tiempo. Adicciones dañinas típicas son las adicciones al tabaco, el alcohol, las drogas, mientras que adicciones no dañinas pueden ser las que tienen que ver con la religión, el ejercicio, el trabajo. En este ensayo analizaremos principalmente las adicciones dañinas. Para simplificar, hablaremos de sustancias adictivas.
La tesis básica que enfatizan estos modelos es que el individuo, en su plan de consumo, balancea los beneficios de corto plazo que genera el consumo de una sustancia adictiva con los costos de largo plazo asociados a este consumo: una menor satisfacción en general o problemas de salud y longevidad. En su plan, el individuo decide un nivel de consumo de la sustancia adictiva, pero si ese consumo rebasa un límite, el individuo cae en la adicción.
La adicción es una decisión racional del individuo quien, consciente del consumo creciente que hace del bien adictivo y de los costos asociados, tomando en cuenta la información presente y futura y suponiendo que sus preferencias no cambian en el tiempo, decide un plan de consumo del bien adictivo. Así, el nivel óptimo de consumo balancea los beneficios de corto plazo con los costos de largo plazo. De acuerdo con el modelo, puede haber individuos adictos e individuos no adictos según el balance que se logre entre esos dos elementos: en general, los no adictos son los que valoran el futuro, mientras que los adictos le dan mayor peso al bienestar presente que generan las sustancias adictivas. El modelo también concluye que las malas experiencias pueden llevar a una mayor adicción y que las buenas experiencias pueden llevar a dejar el consumo del bien adictivo, pues en ambos casos cambia el balance entre presente y futuro.
Este modelo ha recibido múltiples críticas desde diferentes disciplinas. El mayor cuestionamiento que se le hace es: ¿cómo podemos creer que una persona adicta es felizmente adicta? Felizmente
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