Procesal mercantil
Enviado por MrMailoz76 . • 31 de Agosto de 2020 • Apuntes • 1.975 Palabras (8 Páginas) • 173 Visitas
Para valorizar la importancia del tema, es necesario primera mente definir el derecho procesal, que no es otra cosa que el conjunto de verdades, principios y doctrinas cuyo objeto es el proceso jurisdiccional y las instituciones jurídicas relacionadas directamente con él. No se espante el lector por esta definición un tanto pedantesca. Por proceso jurisdiccional se entiende lo que vulgarmente se llaman juicios del orden civil, del penal, del administrativo o del laboral, etc.
Salta a la vista su trascendencia social y política, porque mediante el proceso, el Estado cumple la función de administrar justicia sin la que las sociedades humanas no pueden subsistir ni menos progresar.
De su debido funcionamiento depende en no poca extensión, la vida económica de las naciones, ya que si se permite a los particulares violar impunemente los contratos que han celebrado para producir y distribuir riquezas, si no se castiga a los delincuentes que cometen delitos contra la propiedad, tales con el robo, el fraude, la quiebra fraudulenta, etc., la economía sufrirá necesariamente en su desarrollo , hasta el punto de que es imposible calcular los daños que padece el crédito mercantil si los tribunales civiles no administran pronta y eficaz justicia. Se dio el caso, en los de la ciudad de México, que un litigio sobre el pago de una letra de cambio por valor no mayor de $ 1,300.00 duró más de veintidós años, aunque esto parezca increíble. Intervine en el juicio cuando el acreedor desesperado por tan larga espera y cansado de hacer gastos mucho mayores que el importe de la letra solicitó mis servicios profesionales en el vigésimo año de la lucha en que estaba empeñado.
Otro tanto puede decirse del impacto que recibe la moral social e instituciones tan importantes como la familia, cuando los tribunales no estén a la altura de la misión que deben realizar. Hemos sido testigos de que algunas de las llamadas auto viudas han sido puestas en libertad en muy poco tiempo después de haber mandado a la otra vida con un certero balazo, a su cara mitad; asesinatos cometidos por millonarios o políticos también han quedado impunes, porque a los homicidas ha sido fácil corromper a jueces penales y a magistrados complacientes. Esta clase de escandalosas transgresiones a la ley, fomentan la criminalidad social, el bandidaje, el poco respeto a la palabra empeñada, el uso de la violencia o de la fuerza, con desprecio absoluto de la ley y de la justicia, todo lo cual pone de manifiesto la gran importancia del derecho procesal que apunta o debe apuntar en última instancia a lograr que el Estado administre cumplida justicia. Fácilmente pronunciamos esta última palabra sin darnos cuenta de lo que significa y de su importancia social, e incluso metafísica. Con objeto de subrayarlas me permito transcribir los conceptos que sobre ella escribió mi padre el Jurisconsulto Jacinto Pallares, en su obra 'Prolegómenos del Derecho Mexicano". Cuando lo hizo, el sentimiento de lo justo era muy hondo y la sensibilidad moral del pueblo mexicano no estaba tan embotada como lo está ahora: maestros y discípulos legos en la ciencia del derecho y jurisperitos notables, creían en la Justicia , la contemplaban como una cosa santa , de filiación divina y los mismos criminales y delincuentes sentían en lo profundo de su conciencia que al haber violado sus mandatos, se habían convertido enemigos de la sociedad y merecían el condigno castigo. Como después de la Revolución hemos visto que la Justicia no sólo se ha vendido, sino que se ha malbaratado en algunas ocasiones escandalosamente, la atmósfera moral que respiramos ha cambiado y ya no se toman a lo serio los imperativos de la diosa Themis. Muchos se burlan de ella y la desprecian; otros no creen en que exista, y afirman que hay que buscarla en el cielo porque aquí en la tierra no es posible encontrarla y de esta manera impera el escepticismo y la derrota de los valores morales.
Este largo paréntesis lo he escrito para justificar el estilo grandilocuente; romántico, impregnado de acentos líricos, de la apología que de la Justicia hizo mi padre, estilo que ahora parecerá anacrónico por los cambios que ha sufrido la conciencia colectiva, pero que tuvo su razón de ser cuando los Prolegómenos vieron la luz. En ellos leemos: “El apostolado del derecho, es pues, el más alto, el más noble, el más sublime de los apostolados. La palabra Justicia -es la palabra más santa que ha salido de los labios humanos- la misión de la Justicia , en el seno de las inmensas y exuberantes, colectividades humanas, es la misión más sublime, porque la Justicia , distribuyendo la armonía, la conciliación, el equilibrio, el concierto divino del orden en el seno de las fuerzas morales e intelectuales que luchan y se debaten en la evolución de las sociedades, que es la suprema evolución de la naturaleza , distribuye la vida, sostiene la armonía y encauza las energías de la humanidad en el surco eterno del progreso."
Reconocida, por tanto, la importancia del derecho procesal, hay que agregar, que no será una disciplina útil e idónea para la realización de sus propios fines, si no se aparta de los senderos que a últimas fechas ha seguido, de los métodos que ha empleado, de las discusiones pedantescas que tienen entre sí los jurisconsultos. Al escribir estas líneas quiero denunciar los excesos de conceptualismo infecundo que aparta de la realidad social, las sutilezas bizantinas a que dan lugar cuestiones sin trascendencia en la vida colectiva, los falsos problemas que prohíjan eminentes procesalistas, el estilo literario que predomina en muchos de sus libros, de fatigosa lectura y que de haber sido escritos con mayor rigor científico, sin desarrollos y exposiciones inútiles, r educirían su volumen a la mitad o tal vez a menos del que tienen .
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