ANÁLISIS DE LA EFICACIA DE LA ATENCIÓN PLENA COMO TERAPIA PARA TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Mamuba16Documentos de Investigación2 de Abril de 2016
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ANÁLISIS DE LA EFICACIA DE LA ATENCIÓN PLENA COMO TERAPIA PARA TRASTORNOS DE ANSIEDAD
Tabla de Contenido
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
Objetivo General
Objetivos Específicos
JUSTIFICACIÓN
MARCO TEÓRICO
Mindfulness como terapia para tratar trastornos de ansiedad
CONCLUSIONES
RESUMEN
REFERENCIAS
INTRODUCCIÓN
La Ansiedad es una enfermedad que está avanzando de forma rápida y silenciosa, siendo hoy en día una de las causas más habituales del ausentismo laboral. Los términos como Estrés, Ansiedad y Depresión están a la orden del día, seguramente algún conocido, familiar incluso hasta nosotros mismos en algún momento de nuestras vidas la hemos padecido. La ansiedad es una sensación asociada al miedo que recorre nuestro cuerpo cuando nos sentimos en peligro y sentimos la necesidad de correr o escondernos. Esto es normal cuando estamos bajo la presión de luchar para salvar nuestra vida como un instinto natural de supervivencia, pero cuando sentimos esta misma sensación de acelere y nuestro corazón va a mil en un estado normal de nuestra vida diaria es algo para preocuparnos.
La ansiedad está considerada como un trastorno mental que en algunos casos va de la mano con otras enfermedades como la depresión que se desencadena en algún momento de la vida de un individuo que esté atravesando por alguna situación, problema, consumo o por alguna carga genética o presión que influye en la vida.
Según la definición de diccionario, “el concepto de Ansiedad tiene su origen en el término latino anxietas. Se trata de la condición de una persona que experimenta una conmoción, intranquilidad, nerviosismo o preocupación. Para la medicina, la ansiedad es el estado angustioso que puede aparecer junto a una neurosis u otro tipo de enfermedad y que no permite la relajación y el descanso del paciente”. (definición.de)
Los Trastornos de Ansiedad son considerados como unos de los problemas Psicológicos que afectan a una buena parte de la población a nivel mundial, por ser la más común y universal de las emociones. Se manifiesta con preocupación, sensación de angustia, desasosiego ante situaciones o acontecimientos futuros, es el sentir miedo y/o temor de un peligro inminente o presentimiento de que algo grave va a suceder, suele ir acompañado de síntomas físicos como temblores, sudoración, taquicardias, sensación de ahogo, dolor en el pecho, nudo en la garganta, estremecimiento, dolores en las articulaciones, indigestión entre otros, son los síntomas más frecuentes que se pueden ver reflejados en cualquier región corporal del ser humano.
En este trabajo nos proponemos recopilar información científica respecto a la ansiedad y observar las terapias y tratamientos utilizados como intervención de esta problemática de salud. Específicamente estaremos analizando las Terapias de Tercera Generación (TTG), para comprobar su efectividad para tratar los Trastornos de Ansiedad.
OBJETIVOS
Objetivo General
Analizar la efectividad y pertinencia de las Terapias de Tercera Generación utilizadas para tratar los diferentes trastornos de ansiedad.
Objetivos Específicos
Identificar las características particulares que determinan al trastorno de ansiedad.
Determinar el impacto social, laboral, familiar y psicológico del trastorno de ansiedad en la sociedad actual.
Estudiar y comparar las diferentes estrategias de intervención psicológica de tercera generación para el abordaje del trastorno de ansiedad.
JUSTIFICACIÓN
La Asociación Psiquiátrica Americana, citada por Llanos (2007), define los trastornos de ansiedad como una aprensión, tensión o dificultad que surge por la anticipación de un peligro cuya fuente es desconocida. En este estado patológico, la mente experimenta estados de dificultad por la previsión de situaciones infortunadas, de miedo, peligro o adversidad que en muchos casos no concluyen de esa manera, pero que producen un malestar emocional altamente perceptible para los demás. Este trastorno, a pesar de tener varias manifestaciones, tiene unos ejes comunes que permiten abordarlo desde una problemática central, por ser una patología altamente recurrente en este siglo, debido, quizás, a la transformación frenética de la sociedad que exige seres humanos más tensos, comprometidos y vinculados con un mayor de número de actividades familiares, personales, laborales y educativas; todas con retos y consideraciones que desestabilizan a la persona y crean un desequilibrio emocional que puede concluir en un claro trastorno de ansiedad.
Ahora bien, esta problemática de salud mental no sería tan necesaria desde el estudio y la reflexión, si no fuera por las cifras preocupantes que reveló la Organización Mundial de la Salud en el 2005 y que motivan el análisis del presente trabajo. Esas cifras van en tres direcciones: la primera es que el trastorno de ansiedad es la enfermedad más frecuente entre los adultos contemporáneos; la segunda, que puede aparecer desde muy temprana edad, sobre todo en adolescentes; y la tercera, que los posibles pacientes diagnosticados con trastorno de ansiedad son renuentes a reconocer su problemática y más aún a buscar ayuda para solucionarla. Cada uno de estos aspectos debe ser analizado de manera detallada porque permite reconocer unas dificultades en el estudio y tratamiento de esta enfermedad mental.
Según la OMS (2005), en los servicios de atención primaria prestados a la población adulta en el mundo, a un 12% se le diagnosticó alguno de los tipos de trastorno de ansiedad, una cifra bastante alta que puede ser el equivalente a la población que habita el continente americano. En América Latina y el Caribe, el porcentaje de prevalencia de esta enfermedad, alcanza un promedio del 3% del total de la población (OPS, 2006), que puede ser el equivalente una ciudad intermedia colombiana. No está de más considerar que en Colombia, por poner un ejemplo cercano, el estrés crónico, asociado a trastornos de ansiedad, es considerado por el Ministerio de Trabajo como uno de los riesgos laborales a los que se ven expuestos los trabajadores, hasta el punto de ser considerada por la opinión pública, como la epidemia del siglo XXI.
Diarios como El Espectador (2012), aseguran que el 38% de los empleados colombianos sufre de estrés y eso afecta la efectividad en el trabajo y el crecimiento de las empresas y la economía en general. Esto permite pensar que el trastorno de ansiedad no puede ser visto como una enfermedad aislada, minoritaria o que requiere una atención secundaria; por el contrario, el alto número de pacientes la debe ubicar en el centro de las investigaciones y reflexiones de la psicología, más allá de su simple apreciación, como un camino para buscar tratamientos eficientes que beneficien a la ciudadanía.
No menos preocupantes resultan las cifras de la OMS (2005), sobre las edades en las cuales empiezan a diagnosticarse los trastornos de ansiedad, siendo los 15 años la edad promedio de aparición. Una edad temprana, si se analiza la falta de madurez emocional y mental de los adolescentes que en esa etapa no tendrían los valores necesarios para sobrellevar una enfermedad de este tipo. Incluso, en otro estudio de la OMS (2001), sobre la prevención del suicidio, se aclara que una de las razones que llevan a los jóvenes a quitarse la vida, es el padecimiento de algún trastorno de ansiedad. Sin embargo, a pesar de su posible aparición temprana, es entre los 25 y los 45 años de edad que se presenta la mayor prevalencia, con un porcentaje mayor en las mujeres que en los hombres (OMS, 2005).
Esta información permite concluir que sin importar la aparición temprana, el trastorno de ansiedad es una enfermedad mental que puede aparecer en cualquier momento de la vida, afectando el equilibrio emocional de los jóvenes, pero también de los adultos, sin consideración por el género. A esto último, habría que adicionar una situación mucho más preocupante y es que las personas que son diagnosticadas con trastorno de ansiedad no son propensas a buscar ayuda psicológica, sino que prefieren sobrellevar su situación en el día a día, sin menosprecio de las afectaciones que ello le pueda causar a su vida personal, académica y laboral.
Por ejemplo, una persona con trastorno de ansiedad puede ver afectados sus procesos mentales, a la vez que puede ver distorsionada su percepción de la realidad, del entorno y de sí misma, afectando su capacidad de análisis y en general la funcionalidad de su ser como individuo (CENETEC, 2010). Esto podría diezmar su desempeño laboral o educativo, porque al ver distorsionada su realidad, respondería a sus propios niveles de percepción y no a los que de ella espera la compañía. Igual de fracturadas podrían verse sus relaciones personales, en la medida en que muchos de los síntomas que son visibles a las personas con trastorno de ansiedad, generan una mala percepción en el entorno social, por ejemplo, la tendencia al nerviosismo, la intranquilidad, la preocupación excesiva y desproporcionada, los miedos irracionales, las ideas catastróficas, entre otras.
Por lo tanto, en el propósito de analizar las estrategias de intervención psicológico que actualmente se utilizan para el tratamiento del trastorno de ansiedad, se podría revisar una posible causa por la que las personas no acudan a ayuda profesional. Esto, analizando punto por punto, el impacto que tienen en la vida personal, académica y laboral.
MARCO TEÓRICO
Hay momentos y circunstancias
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