DANIEL GOLEMAN
Enviado por GIO88 • 24 de Octubre de 2012 • 5.244 Palabras (21 Páginas) • 745 Visitas
ESTRUCTURA.
Personalmente considero que referido a la estructura del libro podríamos hablar de tres partes diferenciadas del libro que nos ocupa.
Una primera parte que englobaría la parte primera (el celebro emocional) donde se realiza una prospección de los resultados de los hallazgos referidos a la estructura emocional del celebro donde se nos muestra que, el hombre siendo el animal racional por excelencia puede dejarse llevar por los impulsos emocionales más irracionales. Con esta primera parte donde en primera instancia se realiza un estudio de casos reales que pueden ser sorprendentes (el caso de los Crabtree), se nos lleva a la conclusión primera de que estos impulsos emocionales pueden ser controlados y cual es el camino más efectivo, y lo que es aun más importante lo que es la posibilidad de modelar los hábitos emocionales. *La segunda parte claramente diferenciada sigue una línea lógica donde encargan la adaptación de datos neurológicos en lo que denominamos inteligencia emocional que amplia el modelo y se otorga a las emociones un papel central en las aptitudes principales y las diferencias originales que fomentan, por tanto, aunque la genética pueda determinar nuestro temperamento, el ritmo de las emociones es tan manejable que no se podría predecir nuestro destino partiendo de nuestro carácter o lo que es lo mismo este no determina nuestro futuro. Esta parte estaría formada por la capítulos del libro II al IV.
Un tercera parte formada por él capitulo V que podría resumirse en el concepto “ aprender a ser, aprender a aprender”. De que modo el no saber encauzar la inteligencia emocional, aunque más que encauzar seria controlar las deficiencias emocionales pueden acarrear un incremento de las posibilidades de lo que podríamos llamar peligros.
Estos van desde el abuso de las drogas, la depresión, violencia... esta parte expresamente documentada se convierte en una de las principales a veces nexo de unión o ampliación de conceptos anteriores.
Si bien la mayor ampliación se realiza en los apéndices, siendo uno de los más relevantes el apéndice F relativo a los resultados del aprendizaje social y emocional.
LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
Una visión de la naturaleza humana que pasa por alto el valor de las emociones es lamentablemente miope. La preponderancia dada hasta ahora al aspecto racional del hombre (Homo Sapiens) resulta engañosa, dadas las evidencias que otorga tanto la experiencia como los estudios científicos respecto del lugar que ocupan las emociones en la vida.
Daniel Goleman, psicólogo norteamericano, bajo el término de "Inteligencia Emocional" recoge el pensamiento de numerosos científicos del comportamiento humano que cuestionan el valor de la inteligencia racional como predictor de éxito en las tareas concretas de la vida, en los diversos ámbitos de la familia, los negocios, la toma de decisiones, el desempeño profesional, etc. Citando numerosos estudios Goleman concluye que el Coeficiente Intelectual no es un buen predictor del desempeño exitoso. La inteligencia pura no garantiza un buen manejo de las vicisitudes que se presentan y que es necesario enfrentar para tener éxito en la vida.
La Inteligencia Académica tiene poco que ver con la vida emocional, las personas más inteligentes pueden hundirse en los peligros de pasiones desenfrenadas o impulsos incontrolables. Existen otros factores como la capacidad de motivarse y persistir frente a decepciones, controlar el impulso, regular el humor, evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de pensar, mostrar empatía, etc., que constituyen un tipo de Inteligencia distinta a la Racional y que influyen más significativamente en el desempeño en la vida.
El concepto de "Inteligencia Emocional" enfatiza el papel preponderante que ejercen las emociones dentro del funcionamiento psicológico de una persona cuando ésta se ve enfrentada a momentos difíciles y tareas importantes: los peligros, las pérdidas dolorosas, la persistencia hacia una meta a pesar de los fracasos, el enfrentar riesgos, los conflictos con un compañero en el trabajo. En todas estas situaciones hay una involucración emocional que puede resultar en una acción que culmine de modo exitoso o bien interferir negativamente en el desempeño final. Cada emoción ofrece una disposición definida a la acción, de manera que el repertorio emocional de la persona y su forma de operar influirá decisivamente en el éxito o fracaso que obtenga en las tareas que emprenda.
Este conjunto de habilidades de carácter socio-emocional es lo que Goleman definió como Inteligencia Emocional. Esta puede dividirse en dos áreas:
Inteligencia Intra-personal: Capacidad de formar un modelo realista y preciso de uno mismo, teniendo acceso a los propios sentimientos, y usarlos como guías en la conducta.
Inteligencia Inter-personal: Capacidad de comprender a los demás; qué los motiva, cómo operan, cómo relacionarse adecuadamente. Capacidad de reconocer y reaccionar ante el humor, el temperamento y las emociones de los otros.
El Cerebro Emocional.
Sobre La Inteligencia Emocional
El planteo de D. Goleman, un típico producto de la psicología norteamericana, propone a la inteligencia emocional como un importante factor de 'éxito', y básicamente consiste en la capacidad - aprendible- para conocer, controlar e inducir emociones y estados de ánimo, tanto en uno mísmo como en los demás.
Daniel Goleman viene investigando desde hace años la cuestión de lo que él llama 'inteligencia emocional'. Ex-catedrático de Harvard y columnista de psicología y neurología del "Times" de Nueva York, ha publicado en 1995 un libro que ha resultado un best-seller en nuestro medio, titulado precisamente "La inteligencia emocional", expresión que nos sugiere dos cuestiones:
1) Aparentemente habría otra inteligencia, además de la inteligencia convencional o propiamente dicha que todos conocemos, y que siempre la hemos relacionado con el conocer y manejar ideas. La inteligencia emocional guarda relación, en cambio, con el conocimiento y el manejo de las emociones.
2) Tal vez buena parte del impacto comercial de la expresión "inteligencia emocional" se deba al llamativo contraste que sugiere entre las esferas racional y afectiva, o entre "el cerebro y el corazón".
Siempre hemos creído, en efecto, que cuando razonábamos bien lo hacíamos fríamente, y que cuando estábamos emocionalmente perturbados no podíamos razonar, con lo cual inteligencia y emoción resultaban
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