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Desarrollo Psicologico Y Procesos Educativos


Enviado por   •  11 de Octubre de 2012  •  2.460 Palabras (10 Páginas)  •  811 Visitas

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Desarrollo psicológico y procesos educativos

Jesús Palacios, César Coll y Álvaro Marchesi

• Del desarrollo necesario al desarrollo mediado

La reflexión sobre las relaciones entre el desarrollo psicológico y la educación debe iniciarse retomando la discusión del capítulo 1 en torno a la distinción entre lo abierto y la cerrado en el código genético. Si quien esto lee recuerda el sentido de lo que allí se escribió sobre estos temas, estará de acuerdo en que el papel de la educación vendrá en gran parte determinado por el grado de apertura del código genético. Veámoslo por la vía negativa: si en una determinada especie la mayor parte de los comportamientos individuales aparecen desde el principio genéticamcnte programados (como fruto de la evolución de esa especie), de manera tal que el aprendizaje cumpla un papel mínimo, el comportamiento de los miembros de esa especie será bastante insensible a los efectos de la experiencia; o será sensible sólo para permitir aquellas pocas adaptaciones al entorno que sean imprescindibles para sobrevivir. Diremos entonces que el desarrollo de esa especie está fuertemente canalizado y podremos predecir con muy poco margen de error cuál será el comportamiento de cada uno de sus miembros en diferentes circunstancias.

Estos comportamientos que están así programados pueden ser muy simples o muy complejos. De esta forma, ocurre que el comportamiento de las moscas es mucho menos complejo que el de las abejas, que dominan unas destrezas de comúnicación a través de la forma y el sentido del vuelo, unas técnicas de obtención de alimento, unas habilidades en la construcción de celdillas, y una complejidad en la organización de su vida colectiva, que son muy superiores a las habilidades o destrezas de las moscas corrientes. Más simple o más complejo, sin embargo, el desarrollo y el comportamiento de las moscas y abejas están rigurosamente prefijados en el código genético que de la evolución de la especie respectiva le llega a cada uno de los individuos que la componen.

A medida que aumenta la complejidad de las especies (y tal complejidad encuentra reflejo en el desarrollo cerebral) podemos observar cómo se va atenuando la rigidez de la herencia, lo que se manifiesta por la mayor apertura al aprendizaje. Según ascendemos en la escala animal, en efecto, la plasticidad gana sitio a lo estereotipado. Cuanto más complejo sea un organismo, menos podemos predecir a priori su comportamiento, al contrario de lo que ocurre con los organismos simples. Lo mismo sucede con el desarrollo: muy predecible en los organismos simples, resulta mucho menos previsible en los organismos complejos. Con la complejidad del sistema nervioso se atenúa el rigor de la herencia y, en consecuencia, aumenta la plasticidad del comportamiento y del desarrollo, es decir, aumentan el papel y la importancia de los procesos de aprendizaje.

En la especie humana, con un nivel considerable de desarrollo cerebral, la plasticidad y la capacidad de adaptación al medio son las características más sobresalientes del comportamiento y del desarrollo. Pero no sólo nuestro código genético presenta un mayor grado de “apertura” con relación al de otras especies animales, sino que además Los humanos somos la única especie conocida capaz de generar una cultura y de transmitirla a las generaciones posteriores. Con ser importante, la diferencia esencial entre el comportamiento y el desarrollo de los miembros de la especie humana, y el comportamiento y el desarrollo de otras especies animales, no reside únicamente en la mayor apertura al aprendizaje de los primeros. Lo que diferencia verdaderamente a unos de otros es que, en el caso de los humanos, esta capacidad de aprendizaje trasciende a los miembros individuales de la especie, de tal manera que los aprendizajes realizados por una determinada generación pueden transmitirse a las siguientes debidamente organizados bajo un formato cultural. De este modo, el comportamiento y el desarrollo de los seres humanos no sólo se caracterizan por la mayor apertura al aprendizaje que les posibilita su código genético, sino por el hecho de que esta capacidad se inscribe en un marco social y cultural adquiriendo así un cierto carácter acumulativo. Junto a la herencia biológica, cabe entonces hablar de una herencia cultural como factor condicionante del comportamiento y del desarrollo humanos.

Ocurre así que el comportamiento de la abeja puede predecirse sobre la sola base del conocimiento de que pertenece a la especie de las abejas. Situados ante una abeja que se dispone a colaborar en la construcción del panal, no se nos ocurre preguntarnos en qué escuela de arquitectura se habrá formado ni en qué estilo arquitectónico construirá su habitáculo, pues las abejas vienen al mundo con todos los aprendizajes hechos miles de años atrás en la escuela de la filogénesis. Las cosas cambian situados ante un ser humano que planifica una construcción: las distancias son enormes entre el constructor de las taulas de Menorca, el de las iglesias románicas de Tahull, los alarifes de la mezquita de Cordoba, los urbanistas del Madrid de Carlos III, y el modernismo colorista y sorprendente de Gaudí. Al igual que las abejas, los seres humanos hablan el lenguaje de su especie, pero, a diferencia de ellas, este lenguaje es además el de su grupo cultural y el de su época histórica. Mientras que las abejas tienen un desarrollo y un comportamiento necesarios que no pueden producirse de manera diferente a como lo hacen, los seres humanos tenemos un desarrollo y un comportamiento mediados, histórica y culturalmcnte condicionados.

Todo lo anterior significa que en nosotros, los seres humanos, el aprendizaje juega un papel crucial para llevar a una u otra concreción todas las posibilidades abiertas por el código genético de nuestra especie. Pero mientras que todos estamos de acuerdo en esta afirmación, los puntos de vista varían a la hora de explicar exactamente cuál es el papel de la educación y cómo realiza su influencia. Lo que esto significa es que no hay una teoría unitaria para explicar las relaciones entre desarrollo y educación, en gran parte porque, como se vio en el capítulo 1, no hay una teoría unitaria del desarrollo.

• Canalización del desarrollo e influencias educativas

En el capítulo 1, además de la referencia a la distinción entre lo cerrado y lo abierto en el código genético, se aludía a la canalización del desarrollo, llamando la atención sobre la existencia de fuertes regularidades y semejanzas en el calendario evolutivo de todos los miembros de la especie humana. Allí se decía que los seres humanos somos más parecidos los unos a los otros cuanto más pequeños somos y que los primeros tramos del desarrollo están más cerrados por nuestro código genético que los posteriores.

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