Dificultades de aprendizaje. Trastornos del Lenguaje
Enviado por Kari2729 • 1 de Diciembre de 2018 • Trabajo • 2.777 Palabras (12 Páginas) • 257 Visitas
CAPÍTULO I. Dificultades de aprendizaje.
- Desarrollo Histórico de las Dificultades de Aprendizaje.
Para analizar las dificultades de aprendizaje y entender su concepción actual se deberá revisar su desarrollo histórico, para ello analizaremos la propuesta de Wiederholt (1974), si bien este autor denomina 3 fases para la comprensión de las dificultades de aprendizaje:
Fase de fundamentos, en esta etapa se hace referencia a un largo periodo ya que va desde 1800 a la Segunda Guerra Mundial, lapso en el cual se llevan a cabo los trabajos pioneros que en la mitad del siglo XX dan como resultado la primera aparición del concepto de dificultades de aprendizaje, además de iniciar con una teorización aunque de inicio sólo era especulativa y sin intentos de comprobación empírica.
Durante este período la investigación se centró en el campo de la medicina puesto que se analizaron a adultos con lesiones cerebrales en tres ámbitos diferenciados: trastorno del lenguaje hablado, trastorno del lenguaje escrito y el trastorno de las funciones perceptivo-motrices.
- Trastornos de Lenguaje Oral: Gall, Broca y Wernicke.
El pionero de este campo es Franz Josep Gall (siglo XIX). La influencia que tuvo los trabajos de Gall sobre los trastornos del lenguaje determina que se debían a un déficit en los procesos neurológicos básicos y quien introduce el criterio de exclusión en su diagnóstico diferencial, ya que sostiene que no debía hablarse de afasia cuando el trastorno en cuestión se presenta con un déficit intelectual. A su vez formula la teoría del localizacionismo donde los trastornos específicos estarían producidos por lesiones cerebrales localizadas en ciertas zonas del cerebro, a lo que más tarde Brouillard, Broca o Wernicke desarrollan que cada función psicológica depende de una zona cerebral específica. (D.Glez, 2001).
- Trastornos del Lenguaje Escrito: Hinshelwood y Orton
Para este trastorno encontramos a Dejerine, quien es el primero en describir un caso de alexia[1] (paciente que tras una lesión cerebral pierde la capacidad de leer y escribir, pero que conservaba plenamente sus capacidades de expresión y comprensión orales, dando como resultado que tales procesos no son coincidentes).
Posteriormente Hinshelwood habla de un “síndrome de ceguera congénita para las palabras”, condición en la cual con una visión normal, el paciente se muestra incapaz de interpretar los signos escritos. Consideraba que este trastorno se manifestaba evolutivamente a lo largo de la niñez, localizado en el hemisferio izquierdo a lo cual recomendaba una práctica intensa de la lectura y en la ejercitación de la memoria visual.
Por su parte Samuel Orton realiza una crítica a Hinshelwood a la expresión “ceguera congénita para las palabras” ya que establece que esta problemática no se debe a una lesión cerebral, sino a problemas en la organización cerebral[2] por lo cual debería llamarse neologismo estrefosimbolia[3], este trastorno era de naturaleza hereditaria y estaba determinado por la localización del daño cerebral que por el tamaño de la zona afectada.
Ante estos estudios surge una investigadora del campo de la educación Grace Fernald, quien realiza un enfoque metodológico para reducir la lectura y la escritura en personas con dificultades de aprendizaje, dicho enfoque estimula simultáneamente varios canales sensoriales como son el visual, auditivo, kinestésico y táctil.
Para concluir con la etapa de fundamentos encontramos a Kurt Goldstein (1920-1940) quien hace una revisión de todos los estudios que hasta el momento se habían realizado a personas con lesión cerebral, oponiéndose a la teoría localizacionista y en especial a la idea de que existen problemas específicos de la lectura, la escritura y el lenguaje hablado a consecuencia de una lesión cerebral ya que siempre existían características comunes, como la meticulosidad, la perseverancia y la confusión perceptiva en los casos descritos y observados por el mismo.
Fase de Transición, se caracteriza por consolidar las teorías, los sistemas de evaluación y tratamiento de las Dificultades de Aprendizaje.
- Área de los trastornos del lenguaje hablado.
Para esta área los investigadores se centraban en desarrollar modelos neuro-psicológicos que pudiesen explicar que procesos cerebrales están en el origen de cada trastorno y sobre todo de las funciones psicológicas como lo son la atención, la memoria y la percepción.
Por ejemplo, Osgood y Wepman elaboran modelos teóricos que satisfacen las necesidades de los procesos psicolinguisticos que hacen factible la comprensión y expresión del lenguaje. Como seguimiento a esta actividad Wepman formula Test de Discriminación Auditiva y de la Afasia para evaluar el funcionamiento psico-lingüístico.
También se desarrolla un Test para la evaluación de las dificultades de aprendizaje llamado I.T.P.A (Ilinois Test of Psycho-Linguistic Aptitudes), a partir de un modelo clínico sobre el funcionamiento Psicolingüístico.
- Área de los trastornos del lenguaje escrito.
Dentro de esta área se desarrollan métodos lecto-escritores correctivo basado en el desarrollo de las estructuras del lenguaje oral y en la estimulación multisensorial[4].
Dentro de la misma línea Romalda Spalding crea un sistema correctivo de la lecto-escritura denominado Métodos Fónicos integrados. Por último es indispensable resaltar que este tipo de metodologías se siguen implementando hasta nuestros días.
- Área de los trastornos perceptivo-motores.
En esta etapa destaca Laura Lehtinen, quien desarrolla diversas estrategias correctivas dirigidas a los sujetos que presentaban el síndrome de Strauss, estos métodos se centraban en la manipulación y control del entorno del aprendizaje y en la enseñanza explícita del autocontrol del paciente.
Al mismo tiempo se puede observar a William Cruickshank aplicar el método de Strauss-Lehtinen a niños con trastornos de aprendizaje sin retardo intelectual, quien a su vez es defensor del síndrome específico de Disfunción Cerebral Mínima, el cual en su opinión es el responsable de los trastornos de aprendizaje en individuos no retardados intelectualmente.
Por ultimo encontramos a Newell C. Kephart, quien generaliza la hipótesis sobre el retraso endógeno de Strauss, sosteniendo que las funciones perceptivo-motrices es la base de todo aprendizaje escolar, de modo que el tratamiento debía basarse en la mejora sistémica de cada función.
Por su parte Kephart defendía la idea de que los problemas de aprendizaje no se debían a una lesión o difusión neurológica, sino a un retardo en el desarrollo de las funciones cerebrales que ocasionaba una evolución lenta en las funciones perceptivo-motrices. (D. Glez, 2001)
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