Discursos Y Politización De La ética: Direcciones Que Ha Tomado.
Enviado por Saitem99999 • 15 de Junio de 2014 • 1.546 Palabras (7 Páginas) • 198 Visitas
Los pensamientos de los seres humanos siempre son influenciados por su entorno social, el modo en que estos se configuran y en que patrones y normas deben ser coherentes en comportamientos y líneas lógicas de pensamiento, son determinantes en su actuar como sujetos sociales, en su ética. En esta lógica, también lo son los juicios de lo “bueno” y “malo”, estos son configurados, creados y reproducidos por los seres humanos. Estos son propios y cambiantes en contextos culturales diversos, no obstante, siempre convergen en un punto en común, la toma de conciencia que los humanos se necesitan unos ha otros para así, converger en un bien común para todos. Solo con la voluntad de mencionar elementos relevantes al tratar esta relación para el presente trabajo es importante comprender ¿En que condiciones inventó el hombre estos juicios de valor que se expresan en las palabras bueno y maligno? ¿Y que valor tienen ellos mismos? Pues bien, sin ser esta la interrogante en la que girará el presente documento, se hace necesario darle una precisa respuesta, para así evocar la reflexión del presente ensayo a la problemática que le atañe.
Para el presente ensayo, se ha decidido enfocar el análisis con el uso “Žižek, Z. En defensa de la intolerancia”, donde los tópicos de la tolerancia y multiculturalismo son puestos bajo tela de juicio, en lo que puede ser una puesta en contraste de lo “bueno” y “malo”, y cómo esto, tiene repercusiones en los discursos de ética (no obviando así, el fin primero de “En defensa de la intolerancia”, el cual va dirigido a la política), además de esto, al filosofo alemán F.Nietzsche en “La Genealogía de la Moral”, donde el autor, expone y analiza desde un punto de vista filológico la construcción y nacimiento de lo bueno y lo malo. Como previamente se había mencionado, y a la par se ha generado y planteado una interrogante, es importante señalar la óptica que se tendrá para el trato de esta interrogante junto con elementos que le atañen, para ello debemos situarnos en los parámetros de “lo bueno” y “lo malo”, y analizar el como estos afectarán y construirán la problemática central. Sí bien, dentro de culturas determinadas hay construcciones sociales de lo bueno y lo malo, estas han llegado a relativizarse dadas las condiciones actuales (ya sea por discursos multiculturalistas de tolerancia e inclusión, o bien por consecuencias de la globalización), es por esto que existe la tendencia a creer que los discursos ético/morales son relativos al contexto, no obstante, y como ya a sido mencionado, hay puntos en común que hacen que, pueda hablarse de un universal.
Dentro de esta línea, es donde se crean los conceptos de “lo bueno” y “lo malo”, dicho esto, cabe destacar que, no existen hechos intrínsecamente malos o buenos, son solo hechos, la calificación y estimación de estos son construidos en la realidad que atañe a las sociedades. Ahora bien, el origen del concepto “bueno” es una cuestión esencialmente política, y remite a su vez al origen de la palabra griega utilizada para designar a los miembros de la clase social que detentaba el poder económico, político y religioso en las comunidades griegas anteriores al siglo V: Los “Aristoi”, cuyo significado es el de “los mejores” (Piénsese en Aristocracia, que literalmente significa “el gobierno de los mejores”)
“…Fueron los buenos, es decir, los nobles, los poderosos, los hombres de una posición social superior y de levados sentimientos quienes se sintieron y se valoraron a si mismos y también a sus propias acciones como buenas, o sea como algo perteneciente a la primera jerarquía, y por oposición a todo lo bajo, despreciable, vulgar y bastardo.
Partiendo de este sentimiento de distancia es como se arrogaron el derecho y la prerrogativa de crear valores…”. .-Nietzsche, Friedrich. La genealogía de la moral. Editorial Gradifco.
Es precisamente desde este “sentimiento de distancia” donde Nietzsche sitúa el origen de los valores y la creación de los mismos, es decir, de principios en base a los cuales se “valora”, se “juzga”, se “aprecia” la realidad y todo lo que en ella hay, incluyendo al mismo sujeto que realiza la valoración: El hombre.
¿Cómo se valoraron a si mismos los primeros hombres que acuñaron el concepto de bueno? ¿Cuál es el sentido originario que tuvo en un principio dicha valoración? Para Nietzsche, el sentido de la expresión bueno está ligado en su nacimiento a un acto de creación activo, a una autovaloración positiva, afirmativa, vital:
“…Reviste no poco interés el comprobar que en las palabras y raíces que designan lo bueno se expresa todavía, de las más variadas formas, el matíz básico por el cual los nobles se consideran a sí mismos precisamente hombres de una calidad superior. Es cierto que, quizá en la mayoría de los casos, para atribuirse un nombre, estos se basaban sólo en la superioridad de su poder (y por eso se llamaban ‘los poderosos’, ‘los señores’, ‘los que mandan’).”. .-Nietzsche, Friedrich. La genealogía
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