EDUCACION

INFORME A LA UNESCO DE LA COMISIÓN INTERNACIONAL SOBRE LA EDUCACIÓN PARA EL SIGLO

XXI, PRESIDIDA POR JACQUES DELORS

LAURUS, VOL. 14, NÚM. 26, ENERO-ABRIL, 2008, PP. 136-167

UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR

México es conocido hoy por el subdesarrollo económico, impunidad, corrupción, violencia e inseguridad, se ha dicho también que esto es debido a las deficiencias existentes en la educación, y es muy cierto, sin embargo las autoridades y la misma sociedad civil le atribuye la responsabilidad educativa a los docentes, sin embargo con el paso del tiempo la responsabilidad educativa es también de las autoridades que dirigen esta nación al no establecer reformas a corto y largo plazo que representen un verdadero cambio en la educación, que se debe hacer un ajuste estratégico de inversión de recursos para construir y reconstituir las instituciones educativas, invertir en la investigación y desarrollo tecnológico, preocuparse por impulsar a los actores inmersos en el sector educativo y sobre, todo voltear los ojos hacia la población más vulnerable en todos los rincones de nuestro país.

La educación de México es también responsabilidad de la sociedad, empezando por la familia que es de donde el individuo percibe su realidad y adopta conductas que le permiten desenvolverse en la sociedad, y es la misma persona después, quien se hará cargo de su propia educación, quien se convertirá en autodidacta y en una persona que busca estar en un interminable proceso de aprendizaje. Es necesario “darse cuenta” que en esta aldea global no hay igualdad de oportunidad para quienes no están en una búsqueda continua de conocimientos y saberes.

También los medios de comunicación deben tener responsabilidad social en el manejo de la información, si bien es cierto que el individuo es quien debería tener el criterio suficiente para categorizar y seleccionar la información que recibe, no es secreto que los medios de comunicación tienen un gran propósito: vender. Y en esa línea existe carencia de contenidos, sería ideal que se comprometieran y con sus consumidores y aprovecharan los grandes alcances que tienen en la conciencia del público.

Los docentes también nos hemos sentidos muchas veces olvidados, no hay auténtica empatía con las autoridades, sindicatos ni con la misma sociedad, pues al dejarnos el peso de la responsabilidad educativa de toda una nación, hemos adoptado una actitud a la defensiva, donde hay una gran resistencia al cambio por la incertidumbre política y social que impera en México. Al mismo tiempo el mismo docente responsabiliza de la ineficiencia educativa a los demás actores involucrados, como al Gobierno, a las autoridades y normatividad que rigen la educación en México, al estudiante y su contexto familiar; entonces el docente se excluye y se siente conforme con su labor, labor que se traduce simplemente en el cumplimiento de sus responsabilidades explícitas y básicas para percibir un sueldo.

Entonces caemos en la famosa frase de: “pasarnos la bolita”, mientras no haya conciencia de responsabilidades, sin darnos cuenta así de las deficiencias, lo que trae consigo la falta de medidas necesarias para realizar un trabajo efectivo y así seguiremos en el mismo camino el cual lleva a dar vueltas en círculos y jamás hacia adelante.

En los años 90, las personas vivíamos en la incertidumbre y temor de ser parte de la globalización, hasta la fecha aún hay quien no sabe a ciencia cierta a que se refiere el término o lo qué es. Veíamos la globalización como algo externo a la cual teníamos derecho de aceptarla o rechazarla, más adelante a principios del año 2000, empezaron a surgir movimientos globalifóbicos, donde miles de jóvenes en todo el mundo trataban de hacerse escuchar para evitar algo que ya estaba sobre nosotros. El avance acelerado de la tecnología y la ciencia en el mundo traía consigo la globalización, era algo ya imparable, y sin darnos cuenta, ya estábamos inmersos en ella. Específicamente en México, fue el internet quien nos llevo a la aldea global, ni siquiera las reformas políticas ni económicas lograron introducirnos a este fenómeno, tanto como la web. Con ella los mexicanos conocimos un mundo desconocido, descubrimos cosas que ni la misma escuela nos había podido enseñar, porque ahora ya no nos percibimos como parte de una nación, nos percibimos como ciudadanos del mundo. Donde lo que se diga, haga y deje de hacer, tendrá la posibilidad de hacer eco a nivel internacional. Donde muchas mentiras quedan al descubierto y donde también muchas verdades desgraciadamente se deterioran.

La inmediatez de los procedimientos está generando también que nos volvamos superficiales

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