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ETHOS


Enviado por   •  2 de Septiembre de 2021  •  Resumen  •  1.059 Palabras (5 Páginas)  •  71 Visitas

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Ethos

Daniela Mata Montañez

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Una persona lalala es alguien que no escucha y que es sorda por convicción. Actualmente es lo que menos necesitamos, vivimos en una sociedad donde la comunicación es escasa y es lo que más tenemos que reforzar. Si aprendiéramos a comunicar con dimensión (comunicar con relación) la mayoría de nuestros problemas podrían ser solucionados. Y como dice en la lectura, transmitir un dato no es comunicar. Cuando enviamos un mensaje a otra persona , lo único que estamos haciendo es emitiendo mensajes que nadie escucha. Para que una comunicación tenga frutos es necesario sobrepasar las capas de ruido que puedan existir para lograr llamar la atención de las personas sin la necesidad de una atención superficial, que pasa en la mayoría de los casos. Para poder transmitir un mensaje correctamente, necesitamos de una buena relación previa y de dimensiones físicas, sociales y psicológicas de las personas. Esta es la diferencia entre lo que es una relación y una interacción en la comunicación. Para lograr una buena comunicación es necesario cumplir con tres pasos y seguirlos de forma secuencial. Una comunicación asertiva no puede empezar sin una relación, es la base de todo. Ese es el primer paso y es así porque en una relación hay confianza y sin ella no hay comunicación. Pero no todas las relaciones son iguales, existen cinco tipos. La autoridad difusa es la cual viene de la percepción de la otra persona para así decidir si tenerle confianza o no. La segunda es la formal o jerárquica que refiere a la autoridad de algún individuo y el uso de ella, responde la pregunta ¿por qué puedo?. Este tipo necesita de la proximidad de las personas en su entorno natural, frecuencia en el contacto de las personas, duración de los encuentros y finalmente la intensidad de satisfacción en las necesidades psicológicas del interlocutor. La tercera autoridad es la de la admiración, porque uno como persona escucha a las personas a las que admira, responde ¿por qué tengo?. La cuarta es la técnica, significa tener confianza en la propia experiencia y la de los demás, responde ¿por què se?. La moral es el quinto tipo de autoridad, este es el carácter de la persona al hablar y comunicarse con los demás, responde ¿por qué soy?. Todas estas relaciones pueden ser complementarias o también pueden funcionar de manera independiente.  Ethos es una palabra proveniente de los griegos, que se define como autoridad o carácter. Una regla de oro de la comunicación es que no es importante lo que se dice, sino quién lo dice. Esto se debe a que por naturalidad el ser humano escucha a quienes confía y con los que tiene una relación. Para dar entrada a un discurso es difícil crear una conexión con la audiencia, por lo que se necesitan de otro recursos. El más sencillo y con mayor impacto es contar historias. Estas muestran quienes somos en realidad y dan a conocer nuestras emociones. Las historias informan, pero también inspiran y nos hacen identificarnos con quienes nos escuchan. Las mejores historias son las propias y reales, pero en un discurso podemos echar a volar nuestra imaginación y podemos contar historias ajenas hasta historias ficticias. El ethos se constituye por cuatro pilares fundamentales los cuales son: la imagen propia de una persona (nuestra imagen exterior refleja nuestro interior). Nuestra imagen se tiene que adaptar a la situación, tenemos que prever quienes somos, como somos, que dia es, a donde vamos y con quienes. La primera impresión tarda solamente siete segundos. Esto no solo se trata de cómo nos vemos, también cómo somos con las demás personas. Una sonrisa o un buen apretón de manos puede marcar la diferencia. La reputación (percepción que otras personas tienen de uno mismo), esta puede basarse en el trabajo, estudio, dedicación, presencia y fama; pero se crea con comunicación, ya que finalmente es una percepción de los demás. En la reputación vale más las relaciones interpersonales que los logros personales.El tercer pilar son los contactos (para crear relaciones debemos tenerlas). Estos nos pueden servir de catalizadores para acelerar el proceso de confianza entre personas. Normalmente las personas de influencia mantienen un hábito para crear, crecer y mantener relaciones. Esto significa tratar a todos con respeto e interés sin buscar algo a cambio. Y por último y no menos importante, la congruencia (que tu reputación y tu realidad sean las mismas). Todos podemos equivocarnos y eso no significa que seamos incongruentes, solamente imperfectos. Las mentiras y las exageraciones son las incongruencias. El ethos al hablar en público comienza desde el momento en que entras a la habitación y la primera impresión importa mucho, pero no es cierto que jamás se olvida. Es en la primera impresión donde intuimos si la persona es una amenaza, si podemos confiar en ella y su nivel de jerarquía en nuestro entorno. Lo primero que debemos de hacer es quitarnos los nervios de la mejor manera que nos funcione a nosotros, después tenemos que entrar a la habitación cuando nos corresponde, caminar con seguridad y dominar la situación, tenemos que observar a todo el público antes de empezar a hablar y finalmente tómate el tiempo necesario antes de comenzar con la primera palabra. Para el ethos en el entorno familiar es necesario poner de nuestra parte y depositar nuestro esfuerzo en la relación llamada presencia. Para que una comunicación funcione es necesario implementar la regla del 80-20. Se habla el 20 para escuchar el 80. Así entras a las dimensiones de tu interlocutor antes de él entrar a las tuyas. En la familia es necesaria la presencia, escucha y el ejemplo. Finalmente en la empresa existen dos conceptos fundamentales que son la cultura y la reputación. En ese ámbito es importante no comunicar lo que se dice o hace, sino lo que somos como persona. Una falla en la cultura de la empresa no es de los empleados, más bien es de los líderes. La cultura es la que comunica hacia adentro y hacia afuera lo que es tu negocio. Es una apuesta donde ambos tienen que poner de su parte, y es un riesgo, pero es algo que puede traer grandes frutos y te puede ayudar a crecer. Así podemos concluir que el ethos es el arma más poderosa en la oratoria y en cualquier ámbito de la vida en general.

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