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Enviado por   •  23 de Septiembre de 2014  •  10.175 Palabras (41 Páginas)  •  138 Visitas

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MAGIA Y BRUJERÍA

Los conceptos Hechicería y Brujería designan un conjunto de creencias y acciones de naturaleza mágica que se consideran negativas desde los puntos de vista social, legal, ético ó teológico. Las definiciones de magia no suelen ser precisas y menos aún unívocas, el Diccionario de la Real Academia Española lo define así: Ciencia o arte que enseña a hacer cosas extraordinarias y admirables. Se distingue en esta definición la magia blanca o natural, que obra efectos extraordinarios por medio de causas naturales, de la magia negra, en la que se recurre al auxilio de espíritus malignos y donde encontraríamos la brujería y hechicería.

Pero esta definición nos enfrenta con una serie de interrogantes y problemas, no hay distinción entre magia y religión, y menos aún de magia y ciencia, además de a separación entre lo benéfico y maléfico así como de intervención o no de seres sobrenaturales.

Según Franco Cardini, quién se pregunte qué es la magia, o mejor aún, qué se entiende en las diversas culturas por dicho término (o sus equivalentes o derivados) debe en primer lugar, rendir cuentas a las ciencias humanas, especialmente con la Antropología Cultural, ciencias que, siguiendo con la opinión de Cardini, tienen considerable ventaja sobre los historiadores porque pueden comparar entre sí diversas series de mitos, ritos y usos, extraídos de culturas incluso extrañas recíprocamente como hacen los antropólogos. Un etnólogo, por ejemplo, puede dedicarse a indagar un mundo preciso y definido en el terreno espacio-temporal; el historiador no puede permitirse esta clase de lujos porque nunca una sociedad es completamente cerrada y todas las influencias exteriores, absorbidas y estratificadas, en cualquier caso deben ser identificadas y evaluadas constantemente, por esto hay que ser muy cuidadosos en cualquier estudio de este tipo.

Así, siguiendo con esta línea intentaremos definir el pensamiento mágico desde el punto de vista antropológico, quienes han prestado especial atención al estudio de este tema, intentando descubrir los principios en que la magia se fundamentaba, lo mismo que sus diferencias y relaciones con la religión y con la ciencia. Según Sir James George Frazer, el pensamiento mágico, universalmente extendido, anterior a la religión, consistía en la visión de la naturaleza como una serie de acontecimientos que ocurren en orden invariable y sin intervención de seres personales.

Así la magia se resolvería en un principio:

Que lo semejante produce lo semejante, o que los efectos semejan a sus causas (ley de semejanza), esto significa que el pensamiento mágico da por supuesto que en la naturaleza un hecho sigue a otro invariablemente, por lo tanto, hay una semejanza entre la concepción mágica del universo y la concepción científica.

“El defecto de la magia no está en su presunción general de una serie de fenómenos determinados en virtud de leyes, sino en su concepción por completo errónea de las leyes particulares que rigen esa serie... Los principios de asociación son excelentes por sí mismos. Correctamente aplicados, producen la ciencia, incorrectamente aplicados, producen la magia, hermana bastarda de la ciencia”. Así, la diferencia entre magia y ciencia sería la forma de apreciar ciertos fenómenos y las leyes que los rigen, donde científicos y magos llegarían a conclusiones distintas a partir del mismo hecho y la diferencia seria la aplicación del método científico.

Frazer, en su concepción evolucionista, postula que la magia “era una fase mas ruda de la de la mente humana, por la cual han pasado o están pasando todas las razas de la humanidad”, que siguiendo con su razonamiento, posteriormente pasarían hacia la religión y hacia la ciencia.

Entonces la magia seria considerada por los antropólogos como una pseudo - ciencia, a la que el hombre recurre en circunstancias adversas e imprevisibles, cuando resultan impotentes sus conocimientos y técnicas. La magia es un “arte especifico para fines específicos”, un conjunto de medios para lograr un fin determinado.

Hay que aclarar que la magia, actuando sobre la naturaleza, pertenece a una primitiva etapa prerreligiosa; es insostenible desde un punto de vista histórico, porque los antiguos no distinguen como nosotros, los conceptos de “Naturaleza, Divinidad y Humanidad, porque en las sociedades civilizadas la magia también existe y porque la separación entre mundo mágico y mundo religioso, como dos realidades necesariamente contrapuestas, es un valor característico de la civilización cristiana”.

Por otra parte aunque antropólogos e historiadores de las religiones han coincidido en considerar que la existencia de un pensamiento mágico-religioso es un fenómeno común a todas las civilizaciones, como dijimos en la introducción, son inaceptables las teorías generales que pretenden, a partir de un campo de observación generalmente limitado, extraer principios de validez universal. Igualmente hay que rechazar el uso de conceptos y términos si duda útiles para determinadas colectividades, pero que tienen un alcance y significación distintos en las sociedades europeas modernas.

MAGIA Y RELIGIÓN.

Si preguntásemos si las fuerzas que rigen al mundo son conscientes, o por el contrario, inconscientes e impersonales, para la magia y la ciencia la respuesta sería la segunda premisa, pero para la religión sería la primera, intentaremos explicar el porqué de ésta y otras diferencias.

En la magia, el poder del mago es controlado por el hombre mismo, que lo utiliza para provocar en el mundo resultados observables y empíricos. En la práctica de la religión, en cambio, la persona, tanto si es sacerdote como si es laico, no ejerce el mismo tipo de control sobre el poder que utiliza, se limita a suplicar a los espíritus o deidades, de quienes espera o confía que provoque los resultados deseados. Si fracasa, es porque el dios no se ha dignado satisfacer su petición. La magia es esencialmente utilitaria, a diferencia de la religión.

La separación entre magia y religión en el mundo antiguo es casi imposible, porque si bien no existe una visión maniqueísmo propiamente tal, no puede afirmarse que la magia actúa en la órbita del mal y la religión en la del bien, porque hay muchos ejemplos de dioses que obran mal y amparan malas acciones, mientras que la magia se practicaba en Grecia y Roma públicamente, además de tener sus propias deidades protectoras.

Como dijimos, el mago conjura y amenaza a las fuerzas sobrenaturales, en tanto que el sacerdote suplica, esta distinción se mantiene hasta hoy, pero en la Antigüedad como en la Edad Media, los ritos religiosos

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