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El Sueño: Un Camino Para Estar Despierto.


Enviado por   •  21 de Enero de 2013  •  1.626 Palabras (7 Páginas)  •  466 Visitas

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El sueño: el verdadero camino para estar despierto.

Soñar es una de esas funciones humanas que pertenecen por entero a la experiencia subjetiva: no hay manera de estudiar el sueño en sí mismo con métodos objetivos, ni de hacer una ciencia de ello. Puede medirse la actividad cerebral que se genera durante el sueño, pero, el sueño como tal pertenece a lo intangible.

Existe una fisiología del sueño. Ahí se pueden describir algunos procesos que están involucrados en el acto de soñar. Voy a señalarlos brevemente. También señalaré algunas de las teorías que nos hablan de lo que es un sueño. Dentro de ellas hablaré de los tipos de sueños que existen. Pero lo que más me interesa es el punto en el que se menciona cómo se puede trabajar con ellos: aprender de ellos.

Entonces, empezaré por la parte de la Fisiología.

El dormir es un proceso biológico que consiste en una baja de la actividad somática y una serie de cambios en la actividad eléctrica cerebral. Tiene ciclos y cada uno consta de dos principales estados: uno llamado MOR o sueño paradójico y el otro no MOR o sueño profundo. El MOR (Movimiento Ocular Rápido) se caracteriza por una gran actividad cerebral, incluso parecida a la de la vigilia. A pesar de esa actividad resulta muy difícil despertarse desde este estado, por eso es que se llama “sueño paradójico”. Lo más importante de este estado es que es justo en él es que soñamos.

En el sueño no MOR no hay movimiento ocular ni tampoco actividad onírica. Este estado se divide en cuatro fases que van desde el adormecimiento, el sueño ligero, la transición hacia el sueño profundo y el llamado sueño Delta, que es el que propiamente es el sueño profundo.

Los sueños se producen entonces en los estados de MOR que suceden más o menos cada 90 minutos mientras se está dormido. Todo mundo sueña. Es necesario para la salud. Los estados oníricos pueden durar diferentes tiempos, pero una vez terminados el individuo regresa al estado no MOR y vuelve a empezar el ciclo.

Existen teorías del sueño que pretenden reducirlo a una mera condición fisiológica (p.ej. la teoría de la Restauración que afirma que el sueño sólo sirve para restaurar procesos cerebrales a través de una estimulación de proteínas), pero las que me resultan más interesantes son aquellas de índole mental, psicológica e incluso espiritual. En estos casos se encuentran las teorías de Freud, Jung, Perls, Navarro y De León.

Para Freud los sueños son el lenguaje del inconsciente. “El sueño es una realización del deseo que burla la vigilancia del superego, es una representación en la que todos los protagonistas son aspectos del soñante” nos dice Solares (2003). Según Freud los sueños son interpretables desde la razón. Los sueños pueden reducirse a unos pocos tipos básicos y son de índole simbólica. Las causas de su simbolismo provienen de la represión y satisfacción de deseos nos dice Jung (1964).

Justamente hablando de Jung, su teoría tiene diferencias con la de Freud. Para él los sueños no son pensamientos racionales sino imágenes simbólicas, llamadas por él “arquetipos”. Estos arquetipos son símbolos universales y contienen las experiencias de toda la humanidad, nos dice Navarro (2007). Y añade: “los sueños sirven para integrar los aspectos más profundos de la propia personalidad en los niveles individual, interpersonal y cósmico”.

En el caso de Perls, su teoría habla de que los sueños son un mensaje existencial de uno mismo para uno mismo, nos dice Araceli Barrio Paredes (2007), “un sueño es una proyección condensada de nuestra experiencia”; “se explica como un intento para completar la Gestalt o configuración inacabada”. De acuerdo a Perls, cuando un sueño se entiende bien, se experimentan estados de gozo y bienestar emocional equiparables a las “experiencias cumbre” de las que nos habla Maslow.

En la opinión de Navarro (2007) con los sueños “más que comunicarnos con un inconsciente aprovechamos nuestras potencialidades genéticas y llegamos a niveles superiores de conciencia basados en nuestra creciente integración psicocorporal”. Para él los sueños “constituyen un puente entre las partes menos conscientes de la personalidad y los ámbitos de conciencia más plena”.

Para el Dr. De León, el ser humano es un flujo energético que se manifiesta en distintos niveles de realidad a través de diferentes cuerpos. Tenemos entonces el cuerpo físico, el de vitalidad, el doble, el alma y el Espíritu. Cada una de estas estructuras tiene conciencia y cubre varios niveles de energía e interactúa con los otros cuerpos para dar la totalidad de la experiencia humana. El doble actúa en una dimensión energética distinta a la del cuerpo físico. De acuerdo a De León (2003), es conocido como el cuerpo de los sueños, ya que a través del lenguaje simbólico de éstos se comunica con el

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