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Elaboración De Cartas Descriptivas


Enviado por   •  22 de Enero de 2014  •  24.102 Palabras (97 Páginas)  •  342 Visitas

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Elaboracion de Cartas Descriptivas:

Guia para preparar el prograna de un curso

Gago Huguet Antonio

Mexico. Edit. Trillas, 1978

INTRODUCCIÓN

Este texto es el complemento del publicado con el titulo de modelos de Sistematización del proceso de enseñanza-aprendizaje. El propósito de ambos consiste en lograr que los profesores planeen y organicen en forma efectiva su participación en el proceso educativo. Hablar de efectividad es referirse a un guiso que incluye muchos ingredientes: racionalidad, viabilidad, utilidad, claridad, etc.

Dicho en forma llana, sin la formalidad de un enunciado de objetivos, lo que se pretende en estas paginas es motivar y orientar al profesor para que elabore mejores programas o cartas descriptivas de los cursos que imparte esta pretensión, independientemente de los comentarios o reacciones de asombro que pueda provocar, obedece a una necesidad todavía por satisfacer en las instituciones de enseñanza superior; necesidad tan evidente que en ciertos casos la carencia es no solo de programas bien hechos, sino de todo aquello que se parezca a una guía o elemento rector de las funciones y tareas del profesor y sus alumnos, a fin de lograr determinado aprendizaje. De acuerdo, también yo creo, ante ciertos programas que serian mejor que no hubiera nada: asimismo, pienso que lo ideal seria tener tal clase de profesores en cada grupo de cada universidad que ningún programa fuera necesario. Pero este no es un libro de ficción.

Probablemente el elector sea de los que opina que la inclusión de estos asuntos en un progr4ama de formación de profesores es un exceso, ya que por lo general el maestro, al hacerse cargo de un grupo, se encuentra con una situación ya decidida: “aquí tiene el programa, no olvide que es el oficial; por favor entregue las calificaciones tres días después del examen. “ Y adelante con los farolees, En efecto, no debe extrañarnos el desinterés de muchos profesores para elaborar el programa de un curso, sobre todo cuando se respiran aires burocráticos. Pero sabemos que el asunto no concluye ahí y que no todos los maestros se conforman con cumplir las demás posiciones administrativas; lo probable es que se genere una situación caracterizada por la multiplicidad de actitudes, reacciones y formas de proceder. Algunos profesores dirán que si a todo y luego harán las cosas como ellos quieran, para bien o para mal; otros expondrán de inmediato sugerencias o demandas para modificar el programa en vigor, y en este grupo están desde los que presentan nuevas alternativas funda¬mentadas en argumentos razonables, hasta los que, pancarta en mano, organizan un paro; habrá otros más que realicen las actividades que fija el programa, con la certeza de que algo no funciona del todo bien, pero en espera de que "alguien" haga algo al respecto. El lector puede agregar otras formas de reaccionar que tienen los profesores ante la programación de los cursos, pues habrá tratado con representantes de la amplia gama de posibilidades que ofrece su topología, misma que se alimenta de las características: de los maestros en tanto que son seres humanos, más que del ejercido de su profesión. Ésta sólo proporciona el matiz circunstancial.

Entre los profesores, como en cualquier otro gremio, existen los que actúan conociendo el asunto que tratan y los que lo hacen con base en opiniones, creencias o suposiciones; existen los que participan con espontaneidad -con conocimientos o sin ellos- y los que prefieren ver pasar y dejar hacer- sean capaces o inexpertos; existen también los que buscan sólo su beneficio y los que atienden los programas de su comunidad, sean aptos o ineptos y ya sea que participen condicional o incondicionalmente. En estas circunstancias, se justifica nuestra pre¬tensión de que el profesor. que participe en este curso reciba entrenamiento para la elaboración dc programas o cartas descriptivas.

Esto se justifica porque. no es conveniente para el proceso educativo que los profesores acepten pasivamente el programa que han de realizar. Y aquí hay que aclarar que lo inconveniente es la pasividad, y no la aceptación. Se justifica porque la participación de los profesores cii la programación de los cursos debe ser mayoritaria y no reducida a unos cuantos entusiastas u obligados, que luego son acusados de ineficiencia, parcialidad, imposición, etc., por quienes, en posición de francotirador, prefieren tirar contra lo que se mueve que moverse ellos mismos, Se justifica porque no basta la mera participación de los profesores, sino que ésta debe apoyarse en información y conocimientos específicos, más que en opiniones, costumbres o intereses personales. Por último, se justifica que el profesor sepa programar cursos porque, independiente¬mente de que no participe en tales tareas (por no querer o no poder) y aun suponiendo que cuente con un programa adecuado, su desempeño como docente será más efectivo si cuenta con ese entrenamiento.

En síntesis. los principios y procedimientos de la programación de cursos resulta útiles al profesor ya sea para crear programas, para modificar los existentes o para aceptarlos ; para asumir cualquier posición con la convicción de estar haciéndose con conocimiento de causa. A esto hay que agregar que para la ANUIES el contenido del Programa Nacional de Formación de Profesores se extiende, por las condiciones de desarrollo y diversificación que ha alcanzado la docencia, basta el campo de ciertos trabajos específicos, como la planeación, la evaluación, el estudio de problemas de comunicación y la interpretación socioeconómica de la educación, todos tilos orientados a estimular la búsqueda de la innova¬ción que caracteriza a la educación continua.

Dicho esto, ¿qué puede esperar el lector del estudio de este texto? Ya lo dijimos antes: puede esperar el logro de un aprendizaje que le permitirá superar la calidad de su actuación como docente. Así de obvio es el asunto.

No es ocioso recordar al lector que no pretendemos con este texto ofrecerle el único modo correcto de hacer la carta descriptiva de un curso si así fuera revelábamos Ignorancia y pedantería El procedimiento y las recomendaciones para programar que proponemos cons¬tituyen un modelo, que si bien corrige el simplismo con que aún se efectúa esta función, es en realidad una síntesis más extensa de otros prolijamente apuntalados desde el punto de vista técnico. Drumheller, Kapfer, Tyler y otros autores publicaron obras muy sólidas al respecto y la Comisión de Nuevos Métodos de Enseñanza* de la UNAM hace tiempo que emplea un modelo excelente; sin embargo, son trabajos de difusión reducida y destinados a personas que pretenden especializarse realmente. Nuestro

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