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Funciones ejecutivas en niños con Trastorno del Espectro Autista


Enviado por   •  29 de Noviembre de 2015  •  Trabajo  •  3.181 Palabras (13 Páginas)  •  213 Visitas

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“FUNCIONES EJECUTIVAS EN LAS PERSONAS CON TRASTORNO DEL ESPECTRO AUTISTA”

INTRODUCCIÓN

Probablemente el autismo ha existido siempre. Sin embargo, sólo a partir de la descripción que realiza Kanner de once niños que pasan por su consulta, se reconoce el autismo como entidad. Casi al mismo tiempo, a comienzos de 1.944, Asperger identifica un grupo de cuatro niños con características similares.

Como todas las personas, cada individuo con Trastorno del Espectro Autista es diferente de cualquier otro, por lo que sería oportuno considerar las características que las describen de modo general, y no como una definición exacta.

Desde la décima edición (1992) de la ICD (Clasificación Internacional de Enfermedades) publicada por la Organización Mundial de la Salud, y la tercera (1.980) y tercera revisada (1987) y la cuarta (1994) del DSM se habla como en la actualidad, de que hay un espectro de trastornos autistas y que son trastornos del desarrollo, no “psicosis” como se los clasificaba anteriormente. El término que se utilizaba en ambos sistemas de clasificación para mencionarlos es “trastornos generalizados del desarrollo”.    

Actualmente, tanto el Autismo Clásico como otros diagnósticos similares, se incluyen en los denominados  Trastornos del Espectro Autista (TEA).

El DSM- IV (1994), divide los Trastornos del Espectro Autista en seis grupos:

  • Trastorno autista
  • Trastorno de Asperger
  • Trastorno desintegrativo de la infancia
  • Síndrome de Rett
  • TGD-NE
  • Autismo atípico

Se conoce que en el DSM – V se quita al Síndrome de Rett de esta clasificación.        

El cuadro clínico de cada tipo de trastorno del espectro autista se compone de un gran número de rasgos.

        Lorna Wing[1] describe la tríada de deficiencias sociales; de la comunicación y de la imaginación, y la conducta repetitiva, que son cruciales para el diagnóstico:

  • Deficiencias en la interacción Social: Se presentan de diferentes formas, por lo que la autora, agrupa las variedades en cuatro grupos principales:
  • El grupo aislado: Se comportan como si los demás no existieran. No muestran interés o sentimientos si el otro sufre o está triste.

Los niños pequeños con trastornos autistas del grupo aislado son indiferentes hacia sus compañeros de juego, de grupo o de la escuela infantil, o bien se alarman entre ellos. Los adultos que continúan siendo aislados, ni tienen interés por sus iguales.

  • El grupo pasivo: Estos niños o adultos, no están completamente apartados de los demás. Aceptan las aproximaciones sociales y no se alejan, pero no inician la interacción social. En general, estas personas son las que menos problemas de conducta tienen

 entre todos los que tienen cualquier trastorno del espectro autista.

  • El grupo pasivo pero “extraño”: Las personas de este grupo, realizan aproximaciones activas a otras personas, normalmente a los cuidadores más que a sus compañeros de la misma edad, pero lo hacen de una forma peculiar, unidireccional, para pedir algo o para continuar una y otra vez con las cosas que les interesan.
  • El gripo hiperformal, pedante: Este patrón de conducta, no se observa hasta el final de la adolescencia y en la vida adulta. Se desarrolla en los que son más capaces y tienen un buen nivel de lenguaje. Son excesivamente educados y formales en su conducta.

  • Deficiencias en la comunicación: Su lenguaje puede ser deficiente o no. El problema está en el modo en que utilizan cualquier lenguaje que hayan desarrollado.

Algunos niños, tal vez uno de cada cuatro o cinco  entre todos los que tienen trastornos del espectro autista, no hablan nunca, y permanecen mudos toda la vida.

El resto, desarrolla el habla, aunque muchos comienzan después de lo normal y con varias dificultades que a veces conservan hasta la vida adulta.

El nivel de comprensión varía de forma tan amplia como el uso del habla. Algunos niños o adultos no comprenden el lenguaje hablado y no responden cuando se les habla.

Presentan como característica esencial una interpretación literal, por lo que no reaccionan de buena manera a las bromas o al doble sentido.

  • Deficiencias en la imaginación: Los niños con trastornos autistas no desarrollan los juegos imitativos sociales y las actividades imaginativas del mismo modo que los demás niños.

Tienen una comprensión limitada o nula de las emociones de los demás.

Relacionada a esta deficiencia de la imaginación, está la conducta autista  de repetir actividades estereotipadas. Repiten por su falta de imaginación y creatividad, actividades que les generan placer, como pueden ser: tocar, oler, golpear etc. diversas superficies, mirar fijamente luces o cosas brillantes, mover las manos, aletear, etc.

Así como también tienen rutinas repetitivas elaboradas que ellos mismos inventan.

No existen evidencias en la literatura médica para suponer que las estereotipias constituyen conductas de autoestimulación; por lo tanto podrían asociarse también con el nivel de ansiedad o tipos de conducta obsesivo- compulsiva.

EVALUACIÓN COGNITIVA DE LAS PERSONAS CON TEA

Hay mucha evidencia experimental para hablar de que las personas que  pertenecen a los Trastornos del Espectro Autista sufren un déficit cognitivo que afecta su percepción del mundo, una capacidad deteriorada para ver cosas desde el punto de vista de otras personas y poca conciencia de los estados mentales de los demás. Esto se conoce como “Teoría de la mente”, Este concepto, se refiere a la capacidad humana de atribuir estados mentales (creencias, deseos, intenciones, emociones, etc) a los otros y a uno mismo. Poseer esta habilidad, implica ser capaz de “leer” los contenidos de la propia mente y la de los otros. La dificultad en la lectura mentalista se plantea como una de las características cognitivas centrales del espectro autista.  

        El patrón más frecuente del funcionamiento cognitivo en el autismo muestra capacidades verbales disminuidas, con mejores capacidades no verbales. Con este patrón cognitivo, cuando las capacidades verbales son superiores a las visuoespaciales, se empobrece el pronóstico para logros escolares, competencia conductual y funcionamiento independiente como adulto.

        Las capacidades de los niños autistas varían desde una deficiencia mental profunda hasta capacidades superiores. A veces puede coexistir el retraso mental con la presencia de un talento excepcional.

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