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Instinto y Aprendizaje: determinantes de la conducta


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2015  •  Ensayo  •  2.065 Palabras (9 Páginas)  •  350 Visitas

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Instinto y Aprendizaje: determinantes de la conducta

Podemos definir a la conducta simplemente como la respuesta de un organismo al medio ambiente. Toda forma de conducta, sea simple o compleja, es una reacción a los estímulos.

La conducta de muchos animales es muy compleja y difícil de interpretar. La respuesta de un animal a una situación dada está limitada por su estructura física y por el grado de desarrollo de su sistema nervioso. Su conducta está regida en gran parte por los procesos evolutivos que ha formado la especie a la cual pertenece. El hombre, en comparación con los animales, es en extremo adaptable y puede variar sus respuestas para entrar en relación con una variedad de estímulos mucho mayor.

Este trabajo tiene como objetivo presentar las características de la conducta según el instinto y el aprendizaje estableciendo la relación entre estas.

Una controversia surgió hace poco sobre la medida en que las características, rasgos y patrones particulares de la conducta están determinadas genéticamente ó se aprenden; simplemente no se puede desconocer la base genética, pero mientras muchos patrones y tendencias de la conducta son fijos, muchos otros se modifican por la influencia del ambiente. Pautas innatas de la conducta implican un importante grado de determinación genética. Sin embargo, los genes no producen la conducta en forma directa, sino que su acción consiste sólo en determinar la síntesis de proteínas. Las influencias ambientales, sin embargo, son necesarias para provocar patrones innatos de la conducta, éstas pueden ser externas, internas ó ambas.

Un concepto más específico de la conducta es el de la etología, ciencia que estudia la conducta de los organismos en su medio ambiente; en donde la conducta de un organismo puede analizarse como conjunto de las secuencias motoras relativamente fijas que, a través de la selección natural son operadas por estímulos específicos en los ambientes externos e internos del organismo.

Tinbergen define al instinto como un mecanismo nervioso, jerárquicamente organizado, sensible a determinados estímulos (tanto externos como internos) que lo cargan, desencadenan y dirigen, y que responde a tales estímulos con movimientos coordinados que contribuyen a la eficacia biológica del individuo y de su especie. En esencia, el comportamiento instintivo no debe nada a la experiencia aunque a veces puede modificarse por el aprendizaje de alguna forma. El comportamiento instintivo es innato, es decir, ya está presente al nacer el organismo.

Si bien el instinto se refiere a ciertas clases de respuestas innatas, éstas contienen varios aspectos específicos: los patrones fijos de acción y orientación, que son patrones de conducta precisos e identificables que son innatos y característicos de una especie determinada, que cuando se acoplan con movimientos de orientación, forman los patrones instintivos. Un patrón instintivo complejo se puede ejemplificar con un halcón cazador que es motivado por el hambre a comenzar su fase de búsqueda apetitiva. Donde cada fase instintiva de la caza provoca un creciente esquema estereotipado hasta que finaliza en un acto consumatorio que provoca un grado de satisfacción, es decir, en aliviar el hambre. En cuanto a la conducta apetitiva y consumatoria, por lo general, los estados apetitivos de la conducta son variables y no estereotipados, mientras que los estados consumatorios de la conducta son fijos. La conducta consumatoria puede incluir la realización de uno ó más patrones fijos de acción.

Los liberadores son señales específicas del ambiente que desencadenan en el animal una conducta instintiva y aunque no se conoce el mecanismo exacto por el cual funcionen los liberadores existe una teoría que establece que hay ciertos centros nerviosos llamados mecanismos innatos de liberación, que cuando se estimulan mediante impulsos iniciados por la percepción de un liberador, disparan una cadena de procesos neuromusculares.

La acumulación de energía para llevar a cabo un patrón instintivo se llama energía específica de acción y, a medida que se acumula, el umbral para su liberación se hace más bajo; en ausencia de un liberador específico la energía puede descargarse por sí misma finalmente, produciendo una conducta de vacío.

La jerarquía de conductas para definir los diferentes niveles de un patrón instintivo propuesta por Tinbergen, señala que se necesitan estímulos cada vez más específicos para liberar el siguiente nivel, en orden ascendente, de un patrón instintivo en una escala de jerarquías y según esta teoría, la energía de un instinto pasa de los centros altos a los bajos y esto solo ocurre cuando desaparecen los inhibidores para cada acción en particular, es decir la conducta cambia de un nivel a otro inferior.

En muchos aspectos, el instinto es la característica más importante de la conducta animal. Para la gran mayoría de animales, el instinto es el único componente importante de su conducta. En cuanto a los demás, si bien el instinto no es el único componente, es por mucho el de mayor importancia. Sin embargo, incluso en animales relativamente inferiores, el instinto puede ser a veces modificado por la experiencia. Un ejemplo de esto lo constituyen algunos pájaros cantores que se alimentan instintivamente de insectos. Cuando estos encuentran por primera vez insectos que disponen de mecanismos defensivos eficientes, como aguijones o sabores desagradables, y que presentan a la vez una coloración de advertencia, estos insectos son tratados al principio como alimento. Sin embargo, una vez que el pájaro ha experimentado el mecanismo de defensa de los insectos no se alimentará más de éstos. Es decir, el instinto de alimentación desencadenado por la vista de un insecto se ha inhibido en ciertos aspectos gracias a la experiencia, es decir, el ave ha aprendido a evitar ese tipo de alimento.

Generalmente la conducta adaptativa está conformada por componentes innatos y aprendidos. Parte de estos componentes son la recompensa y el refuerzo. El refuerzo se define como el resultado de una acción que aumenta la probabilidad de que se repita la acción, mientras que la recompensa es considerada como algo “bueno” que se gana mediante la realización de una acción. El término bueno en este contexto se refiere a que el acto cumpla o satisfaga una necesidad, por lo tanto, tal acto es reforzado de tal manera que quizá se repetirá cuando se presente de nuevo la misma necesidad. “Bueno”, además ha sido definido como impulso (por ejemplo el impulso que se tiene de

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