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La Madurez


Enviado por   •  11 de Enero de 2014  •  1.678 Palabras (7 Páginas)  •  267 Visitas

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Trabajo de psicología:

1) ¿Qué es la madurez?

2) ¿Qué es la madurez psicología?

3) Describir las características de una persona madura.

4) Describir las características de un adolescente maduro.

1) el juicio prudente o sensato; y la edad de un individuo que disfruta plenamente de sus capacidades y que todavía no alcanzó la ancianidad.

La madurez, en los seres humanos, puede asociarse a un nivel biológico con el desarrollo y el pleno funcionamiento de los órganos sexuales.

En concreto cuando hablamos de madurez emocional nos estamos refiriendo al hecho de que una persona en cuestión cuenta con un pensamiento y una conducta, tanto sobre sí misma como sobre el resto del entorno, que indiscutiblemente la alejan de cualquier tipo de actitud que se pueda definir como infantil.

2) La madurez psicológica por su parte engloba dentro de sí muchas dimensiones, entre las cuales, la afectiva y la sexual. La madurez afectiva y la sexual no se identifican plenamente entre sí, aunque comparte áreas comunes. Con una imagen de la geometría, el círculo mayor sería el de la madurez psicológica, dentro de la cual estarían englobadas, entre otras, la madurez afectiva y la sexual como dos círculos menores secantes entre sí.

La madurez psicológica es un terreno complicado y deficientemente estudiado. Sin embargo, hay una convergencia entre los estudiosos al señalar algunos de sus caracteres mayores.

a) La capacidad de percibirse correctamente a sí mismo, con sus posibilidades y limitaciones. La ensoñación y el automenosprecio no son compatibles con la madurez. La madurez reclama una gran aproximación entre el «yo ideal» y el «yo real».

b) La persona madura tiene un proyecto vital en torno al cual gira. Este proyecto engloba su vida afectiva y su vida laboral. El sujeto invierte en él un gran «capital afectivo»; pero es consciente del alcance limitado de su realización («las personas y las cosas son como son»).

3) 1. Objetividad: una persona madura tiene conciencia de sus defectos y sus virtudes; de sus aciertos y errores. Sabe tomar en cuenta la opinión de los demás para corregirse y tener un conocimiento más objetivo de sí mismo.

2. Autonomía: es una virtud por medio de la cual se tiene independencia, se actúa con iniciativa propia. Se aprende a romper –en su parte sana- con el llamado “cordón umbilical” paterno. Se valora y se agradece la formación de los padres, pero a la vez, una persona madura comprende que para llegar a su plenitud, requiere de autonomía propia.

3. Capacidad de amar: cuando una personalidad llega a su madurez tiene la facultad de entregarse hacia los demás; de amar a una persona y unirse en matrimonio para toda la vida; se tiene la potencialidad de servir de por vida y trabajar por el bien del prójimo y de la sociedad.

4. Sentido de responsabilidad: una persona centrada en su vida, es la que no necesita que la estén “empujando” o recordando -una y otra vez- cuáles son sus deberes como universitario, como profesionista, como madre o como padre de familia. Conoce cuáles son sus responsabilidades y las cumple por iniciativa propia, además con gusto y dedicación, realizando con eficacia su trabajo.

5. Visión amplia: implica tener una vivencia panorámica de la vida y de las personas. Sabe captar las distintas facetas de la realidad y se aboca al logro de metas en el campo profesional, familiar, personal, religioso, económico, político, estético, etcétera.

6. Sentido ético: es cuando se sabe distinguir lo que es bueno y lo que es malo y actuar en consecuencia. No relativiza las cosas a su conveniencia y procura siempre hacer el bien y evitar el mal.

7. Capacidad de reflexión: en una sociedad del vértigo y de las prisas, parecería que nadie tiene tiempo de sentarse a pensar y reflexionar sobre sus propios actos. Es una característica fundamental la capacidad de tener introspección y conocernos más a nosotros mismos.

8. Sentido de humor: una persona madura sabe ver los problemas en su justa dimensión. Tiene la capacidad de no perder la alegría ante las dificultades, e incluso, saberse reír de sí mismo, cuando se tienden a dramatizar determinados hechos y a perder la objetividad.

9. Capacidad de entablar amistades profundas: un hombre maduro valora en mucho sus amistades. No son lazos superficiales, pasajeros. Tampoco instrumentaliza las relaciones y las reduce a unos vínculos de “te doy ahora, para que me des mañana”. Busca que sus amigos, como el buen vino, mejoren con el tiempo y esas amistades se suelen prolongar por toda la vida.

10. Seguridad y flexibilidad: una personalidad madura es la que tiene firmes convicciones y actúa con coherencia. Es congruente entre lo que piensa y cómo actúa en su vida diaria. Sin embargo, sabe ser flexible cuando las circunstancias así lo requieran, con el suficiente criterio. No se resiste a los cambios de planes ni de proyectos, por ejemplo.

11. Manejo de la frustración: una parte importante es sacarle la “punta positiva” a los errores y equivocaciones, de tal manera que se conviertan en lecciones de vida, en aprendizaje, en experiencia. Quien “se hunde y desmorona” ante sus desaciertos, no es una persona madura.

12. Por último, manejarse por objetivos. Una persona centrada en su vida, sabe cuáles son sus metas personales, familiares y profesionales a corto, mediano y largo plazo. Con plena libertad, se fija sus planes de vida y va dando pasos firmes hacia esos objetivos.

4) habrá madurez en la adolescencia cuando el joven ejercita las virtudes propias de la madurez del modo adecuado a su edad. En cambio la inmadurez típica de estas edades consiste en reclamar derechos de adulto en lo que todavía es joven,

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