Miedo A La Libertad
Enviado por lizyt • 21 de Febrero de 2014 • 1.309 Palabras (6 Páginas) • 290 Visitas
MIEDO A LA LIBERTAD.
Erich Fromm.
MECANISMOS DE EVASION
Los problemas psicológicos sin conocer su sustrato cultural y social, tampoco pueden estudiarse los fenómenos sociales sin el conocimiento de los mecanismos psicológicos subyacentes.
El psicoanálisis no satisface del todo la norma que durante muchos años constituyó el ideal de la psicología académica se trata de un método completamente empírico fundado en la cuidadosa observación de los pensamientos, sueños y fantasías individuales, luego de haber sido liberados de la censura, sólo una teoría psicológica que utilice el concepto de fuerza inconsciente puede penetrar en las oscuras racionalizaciones que hallamos al analizar al individuo o la cultura.
Todo grupo consta de individuos y nada más que de individuos
El término normal si es capaz de cumplir con el papel social que le toca desempeñar dentro de la sociedad dada, puede trabajar según las pautas requeridas por la sociedad a que pertenece es decir, está en condiciones de fundar una familia (uno es regido por las necesidades sociales, el otro por las normas y valores referentes a la existencia individual).
Una sociedad puede ser llamada neurótica cuando sus miembros ven mutilada la expansión de su personalidad.
1. El autoritarismo
Tendencias masoquistas: están constituidas por los sentimientos de inferioridad, impotencia e insignificancia individual.
La dependencia de tipo masoquista es concebida como amor o lealtad, los sentimientos de inferioridad como la expresión adecuada de defectos lealmente existentes, y los propios sufrimientos como si fueran debidos a circunstancias inmodificables.
Tendencias masoquistas
• La primera se dirige al sometimiento de los otros
• La segunda esta constituida por el impulso tendente no sólo a mandar de manera tan autoritaria sobre los demás, sino también a explotarles, a robarles, a sacarles las entrañas
• El tercer tipo de tendencia sádica lo constituye el deseo de hacer sufrir a los demás o el de verlos sufrir.
Tendencias sádicas: son en general menos conscientes y más racionalizadas que los impulsos masoquistas carácter reactivo que se expresan bajo forma de exagerada bondad o exagerada preocupación para con los demás.
El sádico necesita de la persona sobre la cual domina y la necesita imprescindiblemente, puesto que sus propios sentimientos de fuerza se arraigan en el hecho de que él es el dominador de alguien.
Hobbes postuló como inclinación general de la humanidad el apetito de poder no posee ningún carácter demoníaco, sino que constituye una consecuencia perfectamente racional del deseo humano de placer y seguridad.
En la perversión masoquista el individuo experimenta una excitación sexual al sufrir el dolor que otra persona le inflige.
En la perversión sádica hallamos, en cambio, la satisfacción derivante del acto de infligir tales sufrimientos: castigar físicamente a otras personas, atarlas con cuerdas o cadenas, humillarlas por la acción o la palabra.
Freud
pensaba que el sadomasoquismo es fundamentalmente un fenómeno sexual, supuso que el sadomasoquismo es un «impulso parcial».
Prestó una creciente atención a la importancia de aquellos fenómenos que él mismo denominara masoquismo moral, es decir, la tendencia hacia el sufrimiento psíquico (y no físico).
El masoquismo es esencialmente el producto del llamado instinto de muerte.
Si el hombre dejara —según Freud— de mezclar la destructividad con el instinto sexual, sólo le quedaría esta alternativa: destruirse a sí mismo o destruir a los otros.
Alfred Adler situó no las denomina sadomasoquismo, sino sentimientos de inferioridad y voluntad de poder. Adler ve solamente el aspecto racional de tales fenómenos. Mientras nosotros hablamos de tendencias irracionales a disminuirse o a hacerse pequeño, él considera los sentimientos de inferioridad en tanto constituyen una reacción adecuada frente a una inferioridad objetivamente existente, como, por ejemplo los defectos orgánicos o la situación genérica de desvalidez del niño.
No alcanza a ver más allá de las motivaciones racionales y utilitarias de la conducta humana.
Reich se basa en el concepto freudiano originario de la libido, este autor señala que el fin último del masoquista consiste
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