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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA – “EL NIÑO SALVAJE DE AVEYRON”


Enviado por   •  18 de Junio de 2014  •  Ensayo  •  1.682 Palabras (7 Páginas)  •  1.827 Visitas

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PSICOLOGÍA EVOLUTIVA – “EL NIÑO SALVAJE DE AVEYRON”

Ubicación espacial y temporal

La historia del “niño salvaje de Aveyron” nos permite ver, la importancia crucial que tiene la sociedad para la formación de las personas. El 18 de Enero de 1800, un niño desnudo, con la cara y las manos llenas de cicatrices, apareció en las afueras de Saint-Sernin en la escasamente poblada provincia de Aveyron en la parte sur central de Francia. El chico, que sólo medía 1.35mts. Aproximadamente de estatura, pero aparentaba tener 12 años, había sido visto varias veces durante los dos años y medio anteriores, trepando los árboles, corriendo en cuatro pies, bebiendo en los arroyos y buscando afanosamente bellotas y raíces. Había sido capturado dos veces, pero había escapado.

Caracteres físicos, sociales y psicológicos del niño

Su pelo era espinoso y andaba como un animal. Vivía completamente desnudo, su cuerpo estaba cubierto de cicatrices, tenía las uñas como garras y únicamente se expresaba con gruñidos. En el bosque se alimentaba exclusivamente de castañas, bellotas y raíces. Se cree que vivió allí durante siete u ocho años, en total aislamiento. Cuando lo hallaron tenía alrededor de once o doce años de edad.

Se puede percibir el efecto que produce en las personas la completa ausencia de relaciones sociales. Sólo a partir de la relación con otros seres humanos un hombre puede convertirse en una persona. La falta de contacto social, el aislamiento, convirtió a este niño en un salvaje.

La falta de lenguaje, su caminar casi a cuatro patas, el comer y beber como un animal también intereso a los científicos franceses de aquella época (siglo XVIII), entre ellos un médico joven de sólo veinticuatro años, el Dr. Jean Itard, que trabajaba en un instituto de sordomudos. Entusiasmado con la idea de intentar convertir al salvaje en persona, consiguió que le confiaran el niño para educarlo. El Dr. Itard estaba muy interesado en ofrecerle una casa al salvaje de Aveyron, porque pensaba que, como el niño había vivido alejado de todo contacto humano, los signos exteriores de retraso mental que presentaba no se debían a una deficiencia biológica sino a una insuficiencia intelectual.

Itard observó que el desarrollo de los sentidos de Víctor estaban invertidos en relación con la mayoría de los seres humanos; el olfato parecía más desarrollado, le seguían, el gusto, la vista, el oído y por último el tacto.

Víctor era insensible a toda clase de afecto a tal extremo que, a pesar de los malos tratos que recibió en el Instituto al cual había sido remitido antes de vivir con el Dr. Itard, jamás había llorado. Víctor tuvo que aprender todo desde el principio, inclusive enderezar sus piernas, ya que muchas cosas las hacía en cuatro patas. Poco a poco se hizo sensible a la temperatura y comprendió la utilidad de andar vestido, acepto usar zapatos y aprendió a vestirse sólo.

Los paseos por el campo hacían muy feliz a Víctor. Tenía una notable preferencia por el agua. La manera de beberla parecía indicar que encontraba en ello uno de los mayores placeres.

El Dr. Itard se entregó a una intensa lucha cotidiana, para intentar convertir a este ser culturalmente indigente, en un muchacho capaz de afectos, de sensibilidad, comunicación e inteligencia.

La primera medida adoptada por el médico fue ponerle un nombre. A partir del momento en que comenzó a vivir en su casa, el niño salvaje pasó a llamarse Víctor.

La preocupación fundamental del doctor se centraba en la total falta de lenguaje que padecía Víctor, estaba interesado en explicar porque, “el salvaje” no hablaba. Se dedicó pacientemente a observar las conductas de Víctor y concentró sus esfuerzos en educarlo y principalmente enseñarle el lenguaje.

Víctor era un chico muy dañado. Las cicatrices que tenía en el cuerpo eran signos de lucha, probablemente mordeduras de animales con los que se había enfrentado; pero en la garganta presentaba una cicatriz muy profunda, que parecía haber sido realizada con un instrumento cortante. ¿Lo hirieron a propósito? Lo que se supone es que al pegársele las hojas y el polvo, la herida curó espontáneamente.

Víctor no sabe hablar porque nadie se dirigió a él de esa manera. Vivió con los animales en el bosque. Para aprender a hablar no sólo es necesario poseer ciertas características biológicas indispensables. El habla es un aprendizaje fundamentalmente cultural.

Si no crecemos inmersos en una cultura, no adquirimos el lenguaje. La capacidad de hablar, de usar símbolos, es una característica únicamente humana que requiere ser aprendida de otros seres humanos, a una edad muy temprana.

Víctor nunca adquirió el lenguaje, a pesar de la falta de éste, la experiencia de Itard con Víctor, confirmó que la naturaleza nos proporciona los órganos necesarios para hablar, para comer, para caminar, etc... pero que el lenguaje, los hábitos alimentarios, la posición erecta, el caminar son elementos culturales que sólo adquirimos en la interacción social, en la convivencia cotidiana con otras personas.

Esta historia evidencia que, si ciertos aprendizajes no se logran a una determinada edad, luego es imposible adquirirlos, como le ocurrió a Víctor con el lenguaje. A pesar de no haberlo adquirido Víctor

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