Practica intercultural.
Enviado por teresadiazgarcia • 1 de Junio de 2016 • Trabajo • 1.559 Palabras (7 Páginas) • 241 Visitas
La autora, llevó adelante una investigación sobre los usos y significados de las lenguas: Castellano y Guaraní, en la que se reconoce la existencia de hablantes en de la lengua vernácula en una institución escolar. Muchos de ellos son niños, los cuales durante las clases permanecen en silencio. Este hecho, se ve totalmente naturalizado, debido que se cree que los estudiantes de zona rural son tímidos y hablan poco, al mismo tiempo que se supone que no se practica otra lengua que no sea el castellano.
Sarmiento impulsó aquel famoso lema “Civilización o Barbarie”, a partir de la misma se debía segregarse a todo aquel/llo que se dictamina como diferente y subalterno en términos sociales, culturales y lingüísticos. Gandulfo pone al descubierto las ideologías en juego en la invisibilización de la lengua.
La oficialización de la lengua guaraní a partir de la ley 5598/04 no garantiza que la situación social de estas personas hablantes del guaraní cambie. Gandulfo expone que alfabetizar no evitará el fracaso escolar, suponerlo ocultaría cuestiones de desigualdad y de privación social más profunda que no puede resolverse exclusivamente en el aula. Aunque la escuela debe dar respuestas desde su lugar a esta situación.
En el marco del planteamiento de estrategias se sugiere algunos parámetros a tener en cuenta desde la gestión gubernamental, donde se incluyan estas realidades para el desarrollo de programas educativos. Entre las sugerencias, aparece, por ejemplo, la revisión de programas de capacitación en lengua guaraní, con un discurso que insinúa la ausencia total de esta lengua en la comunidad.
En el libro se reconoce una prohibición social del uso del guaraní en distintos ámbitos sociales, en los que se incluye la escuela. Para el entendimiento del mismo, se realizó un rastreo histórico; es así que se expone que la primera reglamentación escrita acerca tal prohibición data del siglo XVIII. La primera ley nacional surge en respuesta a una necesidad de viabilizar la constitución del Estado Nacional, mediante un proceso de homogenización con la persecución de la conformación de una identidad Nacional. Para que ese objetivo se lleve a cabo, era necesario que todos los ciudadanos hablen una sola lengua, el castellano. El sistema educativo sería una llave para poder llevar adelante este proceso de homogeneización de una población altamente heterogénea.
La ley federal de educación en el año 1997 oficializó el guaraní en todos los niveles del sistema educativo, ya que pone en evidencia la existencia de “otra lengua”, pero también conlleva en su enunciación las marcas de la invisibilización.
En el año 2003 es cuando se comienza a utilizar el guaraní en el aula, pero a pesar de ello los niños les respondían a los docentes en castellano. Luego los intercambios comienzan a ser más fluidos. El problema surge cuando dichos niños de primer grado tienen que aprender a leer y a escribir, aquí es cuando se pone en cuestión la alfabetización en dicho contexto intercultural. Los actos escolares fueron otro ámbito en el que se comenzó a utilizar el guaraní.
Hasta aquí el uso del guaraní se hacía de manera oral únicamente, ni las maestras ni los tutores los escribían. Por lo general se traducía en simultaneo un texto del castellano al guaraní. Se puede decir que el guaraní se estaba utilizando como vía para transmitir un contenido, sin embargo, la perspectiva de enseñanza seguía siendo la tradicional[1].
El guaraní se hablaba únicamente de manera privada y escondida entre pares. Esto no se producía únicamente en el ámbito escolar sino también familiar.
El cambio de código lingüístico se va a ir dando paulatinamente con la iniciativa de la institución de llevar adelante una nueva forma de interrelacionarse con los alumnos. Lo que no será para nada agradable, en un primer momento, por el hecho de que todo proceso de cambio se va realizando sistemáticamente, de acuerdo a este caso con las competencias de cada hablante. Para luego ser utilizado en ámbitos públicos, es decir fuera de la casa, como dentro y fuera del ámbito institucional.
Todo lo anteriormente expuesto, conllevo a un proceso tanto de resistencia como de naturalización e incorporación de una cierta construcción sociolingüística. Acorde a los cambios que se venían produciendo, debido a la incorporación del guaraní en la escuela, ocasiono en un principio la resistencia de sus hablantes por una autonegación derivada de una cuestión histórica; mediante las estrategias institucionales a largo plazo, lograron ir naturalizando el uso de la lengua materna, como forma de construcción no solo sociolingüística sino sobre todo institucional ya que al hablar del cambio donde más va a influir el mismo es en el ámbito escolar.
Queremos hacer hincapié en que no todo docente se preocuparía y ocuparía del tema en cuestión, que es la necesidad de entender esos silencios, esos vacíos, en esas miradas de cada chico correntino, en consecuencia de no entender el lenguaje de sus maestros se encierran más y más en su cultura, su lenguaje, lo que lleva a que luego se produzca un tema tan polémico e importante como es el fracaso escolar que concluyen luego a una deserción escolar paulatina.
Al tener en cuenta las diversas dimensiones[2] que se ponen en juego en la práctica docente, focalizaremos en la Dimensión Institucional: El grupo docente, preocupados por la prohibición del guaraní en la escuela y la imposición del castellano, en la primer etapa de investigación, se resistía a que se tome a la escuela como homogeneizadora de una población con una situación lingüística diferente a los casos típicos de lengua indígena. Ya que como expresa la autora del libro no se puede hablar de bilingüismo, debido a que el guaraní no es considerado una lengua indígena. Desde el ámbito institucional se tomó la iniciativa, con el apoyo legal de la promulgación de la Ley Provincial 5598/04 en la Provincia de Corrientes, de implementar al guaraní en la escuela.
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