QUÉ APLICABILIDAD TIENE LA INTERVENCIÓN CON NIÑOS Y ADOLESCENTES EN LA PRÁCTICA TERAPÉUTICA CONTEMPORÁNEA

¿QUÉ APLICABILIDAD TIENE LA INTERVENCIÓN CON NIÑOS Y ADOLESCENTES EN LA PRÁCTICA TERAPÉUTICA CONTEMPORÁNEA?

La sociedad actual en la que estamos viviendo, se encuentra inmersa en una serie  de cambios constantes en todos sus ámbitos, como lo son: la economía, la política, la salud, la tecnología, la familia y la educación.

Estas dos últimas son los ejes, que guían el camino de un ser humano, por un lado la familia es aquella que forma e inculca los valores y principios en un niño, desde que es bebé, también es esta dónde el niño aprenderá a socializar; la escuela, se encarga del desarrollo educativo, que le brindará herramientas, para desenvolverse a lo largo de su vida.

La familia es el lugar dónde se debe brindar al niño y/ o adolescente el amor, cuidado, apoyo, respeto, comunicación, etc., para evitar futuras repercusiones psicológicas en este. Pero  muy a menudo esto no sucede así, ya que hoy día se le ha delegado esa responsabilidad a la escuela, a otros familiares, amigos o a las TIC. “Los niños y jóvenes de nuestra sociedad no sólo reciben influencias del contexto familiar, sino que a medida que van creciendo aumentan las influencias de otros contextos como los iguales, la escuela, los medios de comunicación, etc. “(Muñoz, 2005).

Muchos niños y adolescentes, se enfrentan día a día a una sociedad, que aparte de mantener un ritmo acelerado, no los escuchan, no son tolerantes con ellos. De igual forma gran cantidad de  niños y adolescentes  se afrontan diariamente a situaciones desfavorables, como pobreza, inseguridad, falta de servicios.

“Para ser competentes, los padres no sólo deben garantizar la correcta alimentación de los niños para asegurar su crecimiento y prevenir la desnutrición, sino que también les deben aportar experiencias sensoriales, emocionales y afectivas que les permitan construir un vínculo seguro y percibir, al mismo tiempo, el mundo familiar y social como un espacio seguro. Esta experiencia dará la base de seguridad al niño para poder afrontar los desafíos del crecimiento y adaptarse a los diferentes cambios de su entorno” (Sallés, Gar, 2011, 31).

LA INTERVENCIÓN

La intervención surge, para ayudar al paciente a enfrentar  y trabajar junto con el terapeuta, las diferentes problemáticas a las  que se enfrenta en su vida diaria, en el caso de los niños y adolescentes, se tiene que formar una alianza terapéutica, acompañada de los padres de familia o la persona responsable del menor de edad, para que pueda contribuir de manera favorable el avance de la psicoterapia infantil y se puedan obtener buenos resultados. Por medio del apoyo que brinden tanto al menor como al terapeuta.

Hay 4 tipos de tareas que se pueden desarrollar con padres: a) El trabajo destinado a apoyar la continuidad de la psicoterapia con el niño, b) el trabajo relativo a aspectos del funcionamiento familiar que resultan difíciles para los padres (comportamientos, modos de vincularse, circunstancias externas como duelos o enfermedades), c) la intervención cuando los padres explicitan problemas relativos a la pareja o a la familia en su conjunto, d) la intervención personal con uno o ambos progenitores (Rustin, 2003). 

No siempre se ha manejado un tipo de intervención psicoterapéutica infantil, los primeros estudios que se hicieron con niños y adolescentes difieren mucho, de la intervención contemporánea, que se brinda hoy en día, como ya se explicó líneas atrás, hay que considerar distintos factores que intervienen en el tratamiento como lo son: la edad y el contexto sociocultural del menor y su propio núcleo familiar.

“El papel que se les ha atribuido a los padres en las intervenciones en clínicas de niños ha evolucionado a lo largo del tiempo. La progresiva comprensión de los procesos psíquicos y los avances en la investigación han guiado dicha intervención. El psicoanálisis de niños ha propiciado un conocimiento de su desarrollo emocional, aunque les ha otorgado un lugar secundario a los padres (Gammill, 2003). La teoría sistémica (Minuchin, 1977) y la concepción grupal familiar (Pichon Riviere, 1985) han aportado claves importantes para el conocimiento del funcionamiento familiar y han privilegiado el papel de los padres en la terapia, priorizando el abordaje familiar frente a la intervención individual.”

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