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Sobre La Muerte Y Los Moribundos

anacgori23 de Enero de 2012

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Introducción

Mediante este libro la Doctora Elisabeth Kübler-Ross, plasma su trabajo de dos años y medio con pacientes terminales, busca conocer los procesos y reacciones psicológicas por las que atraviesa todo paciente durante su último periodo de vida, buscando la comprensión y la aceptación del proceso de muerte, intentando brindar un ambiente digno, de respeto y de paz para todo paciente terminal.

Capitulo 1

Sobre el miedo a la Muerte

Cuando se vuelve la vista atrás y se estudia las culturas de pueblos antiguos, se constata que la muerte siempre ha sido desagradable para el hombre y probablemente lo será por siempre. Desde el punto de vista de psiquiatría esto es muy comprensible, ya que en nuestro inconsciente, la muerte nunca es posible con respecto a nosotros mismos, solo podemos ser matados, nos es inconcebible morir por una causa natural o por vejez. Por lo tanto, la muerte de por si va asociada a un acto de maldad, es un acontecimiento aterrador, algo que exige pena y castigo.

El segundo hecho que se debe de tener en cuenta es que, en nuestro inconsciente no podemos distinguir entre un deseo y un hecho.

El niño enojado que desea que su madre caiga muerte por no haber satisfecho sus exigencias, quedara muy traumatizado por la muerte, a pesar de que este acontecimiento no sea muy próximo en el tiempo a sus deseos destructores. Siempre atribuirá toda o parte de culpa de la muerte de su madre, el niño reaccionara de la misma manera ante un divorcio, separación o abandono.

Cuando nos hacemos mayores y empezamos a darnos cuenta de que nuestra omnipotencia en realidad no existe, el miedo de haber contribuido a la muerte de un ser querido disminuye, al igual que la sensación de culpabilidad, sin embargo el miedo se mantiene atenuado solo mientras no se le provoque con demasiada fuerza.

El proceso de dolor siempre lleva consigo algo de ira y como a ninguno de nosotros nos gusta admitir su cólera respecto a una persona muerta, estas emociones a menudo son disfrazadas o reprimidas y prolongan el periodo de dolor o se manifiestan de otras maneras, es importante recalcar que no nos corresponde juzgar estos sentimientos, calificándolos de malos o vergonzosos, sino llegar a entender su verdadero significado y origen como manifestaciones de conducta humana.

La muerte es hasta la fecha un acontecimiento terrible y aterrador, y el miedo a la muerte es un miedo universal. Existen muchas razones por las que no se afronta la muerte con tranquilidad, uno de los hechos más importantes es que, hoy en día, morir es mas solitario, mecánico y deshumanizado, que en tiempos pasados en donde se le permitía al moribundo pasar sus últimos días en casa rodeado de un ambiente conocido y querido, con el acompañamiento de toda su familia, haciendo el proceso más fácil para el enfermo y la familia.

Hoy en día, el paciente es arrebatado de su ambiente familiar, para ser llevado a un mundo frio y despersonalizado, al hospital, donde en la mayoría de las ocasiones al encontrarse gravemente enfermo, se le trata como un persona sin derecho y sin poder opinar sobre su propia vida y su cuerpo, poco a poco es tratado como un objeto pasando por alto sus necesidades emocionales y su dignidad, ya que la mentalidad hoy en día, es preservar la vida, a costa de lo que sea, esto implica muchas veces no escuchar ni observar las verdaderas necesidades de los pacientes, que podrían estar suplicando a gritos, ¡ya déjenme descansar estoy listo para morir!.

La razón de un comportamiento tan mecánico y despersonalizado, podría ser un sentimiento de autodefensa, la concentración es los aspectos físicos y médicos, podría ser un intento desesperado de negar la muerte inminente, ya que esta es sumamente terrible y molesta para los seres humanos.

El paciente hay en día sufre mas, tal vez no físicamente pero si emocionalmente. Y sus necesidades siguen siendo las mismas a lo largo de los años, pero no nuestra capacidad para satisfacerlas.

Capitulo 2

Actitudes con respecto a la muerte y al moribundo.

Una mirada al futuro nos muestra una sociedad en la que cada vez se mantendrá en vida a mas y mas gente, con maquinas que sustituirán a órganos vitales y con computadoras que comprobaran de vez en cuando el funcionamiento fisiológico de la persona, puede que se hagan más populares otros centros donde los muertos son congelados y en espera del día en que la ciencia y la tecnología hayan avanzado lo suficiente para volverlos a la vida, todo esto en realidad muestra el grado fantástico de negación que necesitan las personas para evitar enfrentarse a la realidad de su muerte.

Cada hombre, solo podrá cambiar las cosas si es capaz de concebir su propia muerte. Esto no puede hacerse a nivel masivo, no puede hacerse a través de computadoras, tiene que hacerlo cada ser humano solo, si todos nosotros pudiéramos empezar a considerar la posibilidad de nuestra propia muerte, podríamos conseguir muchas cosas, las mas importante de las cuales sería el bienestar de los pacientes, de nuestras familiar, y por ultimo quizá de nuestra sociedad.

Si se enseñara a los estudiantes, el valor de la ciencia y de la tecnología al mismo tiempo que el arte y la ciencia de las relaciones interhumanas, del cuidado humano y total del paciente, esto sería un verdadero progreso. Si la ciencia y la tecnología no fueran mal utilizadas para aumentar la destrucción, para prolongar la vida en vez de hacerla más humana, si pudieran hacerse compatibles con la utilización del tiempo necesario para los contactos interpersonales a nivel individual, entonces podríamos crear verdaderamente una gran sociedad, finalmente lograríamos alcanzar la paz, nuestra paz interior y la paz de las naciones, si enfrentáramos a la realidad de la muerte y la aceptáramos.

Inicio del seminario interdisciplinar sobre la muerte y los moribundos. En 1965 cuatro estudiantes de teología pidieron ayuda a la Doctora Kübler-Ross para un proyecto de investigación sobre la muerte, decidieron que la mejor manera para hacerlo, era pedir a los enfermos terminales, que fueran los maestros. Al inicio tuvieron muchos impedimentos para poder realizar sus entrevistas, ya que las reacciones iníciales de los médicos era proteger a sus pacientes de tan “traumatizante experiencia”, con el paso del tiempo, y la persistencia de la doctora y su equipo de estudiantes, algunos médicos empezaron a autorizar las entrevista a sus pacientes, resultando estas de gran ayuda, no solo para el paciente terminal, sino también para todo el personal del hospital.

La conversación durante la entrevista discurre con facilidad y rapidez, se empieza por los datos personales, información general y se pasa luego a las preocupaciones personales. Después de cada sesión se estudia lo ocurrido, empezando por las propias reacciones del equipo, sin importar que sean inadecuadas o irracionales, se discute las diferentes respuestas, tanto emocionales como intelectuales, se intenta una comprensión psicodinámica de los que ha sido comunicado. Estudiando sus demostraciones de fortaleza y de debilidad, así como las del propio equipo a la hora de tratar al paciente y se concluye recomendando ciertas actitudes que se espera hagan más agradables los últimos días o las últimas semanas del paciente.

Uno de los puntos fundamentales, es la manera en que se le da la noticia (enfermedad

terminal) al paciente, esta reacción no solo depende únicamente de cómo se lo diga el médico, pero la manera de comunicar la mala noticia es un factor importante que a menudo se minusvalora y en el que se debe insistir más enseñanza de la medicina a los estudiante y en la supervisión de médicos jóvenes. Es importante que el médico examine primero su propia actitud hacia las enfermedades malignas y la muerte para poder hablar de estas cuestiones tan graves sin excesiva ansiedad.

Es un arte compartir esta noticia dolorosa con un paciente, cuanto más simple se hace, mas fácil suele ser para un paciente pensarlo mejor mas tarde, si no puede oírlo en ese mismo momento. Algo que señalaban los pacientes era la sensación de comprensión, esta contaba más que la trágica noticia, la garantía de que se buscaría hacer todo lo posible por combatir la enfermedad. Si la noticia es comunicada con comprensión, el paciente continuara teniendo confianza en el médico y tendrá tiempo para pasar por las diferentes reacciones que le permitirán afrontar su nueva y difícil situación vital.

Capitulo 3

Primera fase: negación y aislamiento

La negación funciona como un amortiguador después de una noticia inesperada e impresionante, permite recobrarse al paciente y con el tiempo, movilizar otras defensas, menos radicales.

Una negación angustiosa ante la presentación de un diagnostico, es mas típica del paciente que está informado prematura o bruscamente por alguien que no lo conoce bien o que lo hace rápidamente para “acabar de una vez”, sin tener en cuenta la disposición del paciente. La negación por lo menos la negación parcial, es habitual en casi todos los pacientes y no solo durante las primeras fases de la enfermedad o al enterarse de del diagnostico si no también mas delante de vez en cuando.

Generalmente la negación es una defensa provisional y pronto será sustituida por una aceptación parcial. La negación mantenida no siempre aumenta el dolor si se aguanta hasta el final, cosa que se considera muy poco común, ya que entre doscientos pacientes, tres intentaran negar la proximidad de su muerte hasta el último momento.

Mientras los otros ciento

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