TEORÍA DEL APEGO
Enviado por LOURDESESPIR • 20 de Abril de 2014 • 1.800 Palabras (8 Páginas) • 342 Visitas
TEORIA DEL APEGO
La teoría del apego, formulada por Bowlby, plantea que los humanos presentamos una predisposición biológica a desarrollar un sistema conductual y motivacional que promueve la proximidad con nuestros cuidadores. La relación de apego permitiría obtener protección y seguridad en situaciones de peligro y/o amenaza (Bartholomew y Horowitz, 1991; Bowlby, 1986; Lyddon y Sherry, 2001). La calidad del vínculo, la respuesta sensible y consistente de las figuras de apego a las necesidades del niño, será un factor determinante para el desarrollo de la personalidad y específicamente, para la generación de los patrones de relación interpersonal que perdurarán en la adolescencia y la edad adulta (Feeney y Noller, 2001; Lyddon y Sherry, 2001; Meyers, 1998; Rosenstein y Horowitz, 1996; Sherry, Lyddon y Henson, 2007).
Los tipos de apego infantil inicialmente descritos por Ainsworth y Bowlby (1991) han servido de base para desarrollar diferentes clasificaciones de apego adulto. Así, Bartholomew elabora una clasificación dimensional y prototípica del apego a partir de la percepción que una persona tiene de sí misma (self) y de los demás (Bartholomew 1990; Bartholomew y Horowitz, 1991). La combinación de una visión positiva o negativa de uno mismo y de los otros da como resultado cuatro estilos de apego: seguro, preocupado, temeroso y evitativo).
El estilo de apego seguro se caracteriza por el predominio de una valoración positiva de sí mismo y por la capacidad de percibir a los otros como personas en quien confiar, accesibles y sensibles a las propias necesidades.
La persona con estilo evitativo tiende a evitar la intimidad, tiene una visión positiva de sí mismo y desconfía de los demás, se muestra escéptica en las relaciones de proximidad y se protege poniendo distancia y sobrevalorando su necesidad de independencia (Bartholomew, 1990; Bartholomew y Horowitz, 1991). Por otro lado nos encontramos con los estilos preocupado y temeroso, que tienen una visión del self negativa.
El estilo preocupado tiende a devaluarse a sí mismo y a ensalzar a los otros, de manera que busca la aprobación y la valoración de los demás. Estas personas pueden confiar ciegamente, sin percibir defectos, limitaciones o riesgos, y son más vulnerables a la soledad y a la depresión.
Por último, las personas con estilo de apego temeroso tienen una visión negativa tanto del self como de los otros, se autodevalúan y tienden a permanecer en un estado de hipervigilancia defensiva y a establecer relaciones en las que se muestran reservadas y suspicaces. Buscan la relación y la proximidad pero con desconfianza y miedo a ser rechazados (Castillo y Medina, 2007).
Además de la clasificación prototípica y dimensional del apego, también es útil considerar la mayor o menor presencia de ansiedad y evitación en los diferentes tipos de apego. Los tipos de apego seguro y evitativo (visión positiva del self) experimentan menor ansiedad en las relaciones interpersonales, más confianza, mientras que la ansiedad, el miedo al rechazo, es mayor en los apegos preocupado y temeroso (visión negativa del self). Respecto a la evitación, en el apego seguro y en el preocupado (visión positiva de los demás) habría menos distancia interpersonal, se buscaría más la proximidad, mientras que en los estilos evitativo y temeroso (visión negativa de los demás) se preferirían relaciones con mayor distancia, menos íntimas.
En la adolescencia, los estilos de apego adquieren un protagonismo especial, ya que es un periodo evolutivo en el que se establecen vínculos intensos de amistad y de pareja. También se incrementa la capacidad reflexiva sobre uno mismo y los demás, lo que favorece que se revisen los vínculos establecidos con los progenitores o figuras sustitutivas (Allen, McElhaney, Kuperminc y Jodl, 2004; Allen, Moore, Kuperminc y Bell, 1998; Sánchez Queija y Oliva, 2003). Además, la relación entre apego y salud mental, como veremos a continuación, está sólidamente establecida.
Un apego seguro permite a la persona conseguir con facilidad proximidad, confianza y reciprocidad en las relaciones íntimas, relaciones más abiertas, productivas y flexibles, favoreciéndose así un funcionamiento psicosocial saludable (Allen et. al, 1998; McLewin y Muller, 2006). Los adolescentes y jóvenes en los que predomina un apego seguro tienden a ser más abiertos, autónomos y socialmente aceptados, presentan menos sintomatología depresiva, menos conductas delictivas y, en general, niveles más bajos de psicopatología (Allen et al., 1998; Allen, Porter, McFarland, McElhaney y Marsh,2007; Scott Brown y Wright, 2003).
Por el contrario, los apegos inseguros (temeroso, preocupado, evitativo) se asocian a mayor presencia de sintomatología ansiosa y depresiva, dificultades de relación y de adaptación y, en general, a un mayor riesgo de desarrollar trastornos psicopatológicos (Allen, Hauser y Borman-Spurrell, 1996; Fonagy 1996; Keskin y Çam, 2010; McLewin y Muller, 2006; Muller, Lemieux y Sicoli, 2001; Scott Brown y Wright, 2003; Soares y Dias, 2007).
Específicamente, el apego evitativo se relaciona con trastornos de conducta, abuso de sustancias,
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