Buena reputacion
Enviado por Bruno Lezcano • 30 de Diciembre de 2019 • Síntesis • 979 Palabras (4 Páginas) • 185 Visitas
¿Quieres lograr una buena reputación?
Vamos al libro de Proverbios 3:1-4 NTV: “Hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado; guarda mis mandatos en tu corazón. 2 Si así lo haces, vivirás muchos años, y tu vida te dará satisfacción. 3 ¡Nunca permitas que la lealtad ni la bondad te abandonen! Átalas alrededor de tu cuello como un recordatorio. Escríbelas en lo profundo de tu corazón. 4 Entonces tendrás tanto el favor de Dios como el de la gente, y lograrás una buena reputación”
Introducción:
Para lograr una buena reputación debemos manifestar bondad amorosa y verdad
El Rey Salomón abre el tercer capítulo de Proverbios con estas palabras: “Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas, y que tu corazón obedezca mis mandamientos, porque te añadirán muchos días, años de vida y paz.” (Proverbios 3:1,2). Como Salomón escribió este libro por inspiración divina, este consejo viene en realidad de Jehová Dios y se dirige a nosotros. En este pasaje se nos recomienda a obrar de acuerdo con los consejos de Dios —su ley, o enseñanza, así como sus mandamientos—, que están recogidos en la Biblia. En tal caso, tendremos una buena y larga vida, llena de paz y satisfacción. En efecto, incluso ahora disfrutaremos de una vida pacífica y no iremos tras nada que nos exponga al peligro de sufrir una muerte prematura, como suele suceder a los malhechores. Además, abrigaremos la esperanza de tener vida eterna en un pacífico nuevo mundo (Proverbios 2:21,22).
Salomón continúa diciendo: “Que el amor leal y la fidelidad no te abandonen. Átalos a tu cuello; escríbelos en la tablilla de tu corazón; entonces, a los ojos de Dios y del hombre, conseguirás aprobación y la fama de ser muy perspicaz” (Proverbios 3:3,4).
Examinemos el amor fiel. Ese amor que a pesar de las circunstancias adversas que lo puedan rodear, se podrá mantener de pie (1 Corintios 13:8). Y si algo necesitamos todos, en estos tiempos, tan difíciles, es demostrar y querer tener ese amor. Ya sea hacia nuestro cónyuge, nuestros hijos, padres o nuestros amigos. Ese amor fiel, ayudará a que el entendimiento y la comunicación sean cada día más intensos, más eficaces.
El que en nuestra vida se refleje a diario el fiel amor, es una garantía para quienes tratan con nosotros. Nada es tan confiable como el amor. El amor leal combina las características de la bondad y del amor. Es bondad, pues nos lleva a interesarnos por los demás y a ayudarlos con acciones y palabras consideradas. Y es amorosa, porque esa preocupación por su bienestar se debe a que los queremos, pues en su esencia y naturaleza, el amor es fiel, de otra manera no sería amor, sino un simple sentimiento, parecido o imitación, del amor como tal.
Si hacemos una encuesta, lo que más esperamos de los demás es que nos hablen con verdad. Jehová es verdad y espera que sus hijos se comuniquen con verdad. Cristo, la expresión de Dios dijo que él es la verdad (Juan 14:6). No hay peor cosa para alguien que sentirse engañado (Salmo 26:4) (Colosenses 2:4). Especialmente cuando ese alguien es el objeto de nuestro amor o cariño. ¡Cuántos sentimientos heridos! ¡Cuántas heridas sin sanar, por causa de una mentira o un engaño! (2 Timoteo 3:13).
El amor y la verdad deben ir juntos y deben ser una característica de nuestras relaciones interpersonales. Deben ser parte de nuestra personalidad, de nosotros mismos. Cuando se hayan personificado en nosotros, deberíamos buscar la forma de que se hagan externas, no meramente colgándolas en nuestro cuello, no, sino que en el trato diario, con otros, deben manifestarse naturalmente.
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