VIA CRUCIS VOCACIONAL

VIA CRUCIS VOCACIONAL

PRIMERA ESTACIÓN: Jesús carga con la cruz. Te adoramos señor, y te bendecimos. Cristo, por la inmensa fatiga que te causó el peso de la cruz, te ruego por tus sacerdotes, dales fuerza, Señor, para que carguen su cruz y haz que la abracen con amor.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SEGUNDA ESTACIÓN: Jesús es condenado a muerte. Te adoramos señor, y te bendecimos. Cristo Jesús, por el dolor que causo a tu corazón esta injusta sentencia; te ruego ´por los sacerdotes, que son injustamente juzgados o calumniados.

 Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

TERCERA ESTACIÓN: Jesús cae por primera vez. Te adoramos señor, y te bendecimos. Cristo Jesús, por esta primera caída, te encomiendo a tus jóvenes, a tus seminaristas, dales a todos, perseverancia y fortaleza; si alguno cae, señor levántalo para que siga en pos de ti.

 Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

CUARTE ESTACIÓN: Jesús encuentra a su santísima madre, camino al calvario. Te adoramos señor, y te bendecimos. Madre del eterno sacerdote, por aquel dolor tan profundo que traspasó tu corazón, te ruego llenes la soledad de los sacerdotes. Que en ti vean a la madre que los consuela y los alienta.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

QUINTA ESTACIÓN: el Cirineo ayuda a llevar la cruz. Te adoramos señor, y te bendecimos. Cristo Jesús, por aquella mirada de amor que dirigiste a Simón de Cirene cuando te ayudó a llevar la cruz, te ruego por tus sacerdotes, que cuando la cruz les parezca más pesada, sientan que Tú la llevas con ellos y los miras con amor.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SEXTA ESTACIÓN: La Verónica enjuga el rostro de Jesús. Te adoramos señor, y te bendecimos. Señor Jesús, en aquel momento todos te daban la espalda, solo ella se atrevió y te limpio el rostro. Te ruego, señor, que nunca vuelva yo la espalda cuando tus sacerdotes necesiten mi ayuda. ¡Señor que sea valiente!

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

SÉPTIMA ESTACIÓN: Jesús cae por segunda vez. Te adoramos señor, y te bendecimos. Señor Jesús, agotado por el peso de la cruz volviste a caer. Te ruego por este dolor, por tus sacerdotes en edad madura. Aumenta su fe, sostenlos y, si algunos se encuentran caídos, levántalos con tu misericordia.

Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

OCTAVA ESTACIÓN: Jesús consuela a las mujeres de Jerusalén. Te adoramos, señor, y te bendecimos. Cristo por aquellas palabras “no llores por mí, llorad más bien por vosotras y nuestros hijos”, danos lagrimas de arrepentimiento verdadero, por nuestras culpas, y llena el corazón de tus sacerdotes de amor a la penitencia y la oración.

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