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Via Crucis


Enviado por   •  21 de Abril de 2014  •  3.246 Palabras (13 Páginas)  •  340 Visitas

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GUIÓN PARA VÍA CRUCIS VIVIENTE

Lector 1: El Centro educativo Heidi, quiere que juntos meditemos el Vía Crucis. La Pasión y Muerte de Jesús. Pedimos que todos nos acompañen en cada una de las estaciones orando, y haciendo silencio cuando tengamos que hacerlo.

Lector 2: no queremos que interpreten este vía crucis como un simple teatro. No es para detallar la vestimenta, las expresiones, sino para que en nuestro interior, meditemos seriamente sobre nuestro compromiso, con la Iglesia, el Cristo Salvador. Y nuestros propios hermanos, que muchos de ellos viven la repetición del camino de la cruz y dejamos que pasen ante nuestros ojos sin querer darnos cuenta.

Escena: Jesús caminando con sus discípulos

Judíos: Miren es al que llaman Maestro, Jesús de Nazaret

Jesús: (sonriendo y bendiciendo) la paz sea con ustedes

Mujer: (con un niño y llorando) Señor mi pequeño no puede ver ni hablar, ayúdame por favor

Jesús: no llores mujer nada es imposible para el Padre del cielo (tocando la cabeza del pequeño, este puede ver y hablar abraza a su madre)

Mujer: Gracias Señor, gracias.

Jesús: Hermanos, discípulos míos, debo hablar con mi padre acompáñenme al Monte de los olivos.

1º Escena: Jesús en el Monte de los Olivos

(Jesús orando a lo lejos arrodillado, cerca Pedro, Santiago y Juan, durmiendo. Esta escena se vive en silencio. Llega Judas con un grupo de hombres armados con espadas y palos, los tres apóstoles se despiertan y van donde Jesús cuando Judas lo besa)

Lector 1: Jesús estaba hablando todavía cuando llegó Judas, uno de los doce discípulos, acompañado de unos grupos de gente armados con espadas y palos, enviados por los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo.

Judas les había dado esta señal:

Lector 2: Es aquel a quien yo de un beso, deténganlo. Inmediatamente se acercó a Jesús, lo besó y le dijo:

Judas: -¡Maestro, buenas noches!

Jesús: - Amigo has lo que vienes a hacer. (Se dirige a la gente); y ustedes ¿porqué vienen a detenerme con espadas y palos como si fuese un ladrón?, acaso no me sentaba junto a ustedes en el templo para enseñar y no me detuvieron, pero otra vez se cumplen las Escrituras.

Soldado: -¡no lo escuchen es un charlatán, arréstenlo y llévenselo de una vez que es muy peligroso!

Pedro: -Maestro nosotros te defenderemos! (y sacando su espada le corta la oreja a un soldado).

Jesús: -¡Pedro! Regresa esa espada a su sitio, pues quien usa la espada, perecerá por la espada, ¿no crees que puedo llamar a mi Padre y Él al instante me enviará un ejercito de ángeles.

(El grupo de hombres armados llevan a Jesús, luego, de cerca lo siguen temerosamente los apóstoles)

Lector 1: El beso forma parte del ritual de encuentro entre lo hombres, los niños dan besos llenos de pureza y alegría y entre los amigos el beso es cordialidad y simpatía. Pero en Judas el beso tiene el sabor amargo de la traición. La más injusta de las compra-ventas de toda la historia del mundo. Por aceptar treinta monedas por la venta de su amigo.

Lector 2: La respuesta de Jesús ante el beso injusto mantiene la última posibilidad de la mano tendida, el gesto cálido, el posible retorno al camino de la libertad, “EL PERDÓN”, por eso le dice a Judas “Amigo” aun sabiendo que le va a traicionar.

2º Escena: Jesús comparece ante el Sanedrín

Lector 1: Quienes habían arrestado a Jesús le lo llevaron a la casa del Sumo Sacerdote Caifás, donde comenzaron a reunirse los escribas y los ancianos para una reunión urgente.

Era la madrugada del viernes y los sumos sacerdotes y todo el consejo trataban de buscar legalidad en el juicio más injusto y sin oportunidad para Jesús ya que la sentencia estaba dada, antes de haber comenzado a juzgarlo.

Lector 2: Querían condenarlo a muerte y serían capaz de hacer cualquier cosa, con testigos falsos. Varios se presentaron a acusarlo, pero no tenían suficientes fundamentos, hasta que uno de ellos pasó a declarar y dijo.

Testigo: -Yo escuché decir a este hombre, que él puede destruir el templo de Dios y reconstruirlo en tres días! (Jesús callado)

Sumo Sacerdote: -¿qué es esto que declaran en contra tuya? ¿No te defenderás? ¿Por qué no hablas como lo hacías con tus seguidores, donde están ellos ahora? ¿Qué les enseñabas?

Jesús: -Yo he hablado abiertamente al pueblo, he enseñado en la casa oración y en el templo, en los lugares donde se reúnen todos los judíos. No he dicho nada en secreto. ¿Por qué me preguntas a mí? Pregúntaselo a los que me han escuchado, ellos saben lo que dije.

Sirviente: -Esa es la manera de contestar al sumo sacerdote? (y le da una bofetada).

Jesús: -Si he hablado mal dime en qué, pero si he hablado bien ¿porqué me pegas?

Sumo Sacerdote: -(se acerca) Dime ¿eres tu el Cristo, el hijo de Dios, quien llaman el Mesías, el Rey de los Judíos? (Jesús permanece callado, el sumo sacerdote se enoja y vuelve a preguntar) ¡En el nombre del Dios viviente! Te ordeno que me respondas: (silencio)

Jesús: Tú lo has dicho, lo soy, y en adelante verán al hijo del hombre sentado a la derecha del Dios Poderoso y viniendo sobre las nubes.

(El sumo sacerdote monta en cólera y grita enfurecidamente)

Sumo Sacerdote: -¡Blasfemia! Ustedes mismos acaban de oír estas palabras escandalosas ¿para qué necesitamos mas testigos? ¿Qué les parece? ¿Cuál es el Veredicto?

Testigo: - ¡Merece la muerte!

Todos: - Si ¡Muerte al bastardo! (y comienza a escucharse un montón de acusaciones de muerte contra Jesús. Lo sacan a empujones y a golpes)

Lector 1: ¿Quiénes condenan a Jesús? Los jefes religiosos que adoran al Dios Vivo, al Padre de Jesús, esos son los primeros en rechazarlo.

Muchas muertes en América Latina son provocadas, en los últimos años, por otros creyentes que se constituyen en nuevos sanedrines, sin más autoridad que la fuerza o la violencia.

Lector 2: -Jerusalén comenzaba a despertarse lentamente en la mañana de ese día viernes, ignorando aún lo que había ocurrido en la casa del sumo sacerdote aquella madrugada donde Jesús fue condenado injustamente.

Para poder aplicarle la pena de muerte que querían para Jesús, lo llevaron rápidamente ante el gobernador romano, Poncio Pilatos para que firme la sentencia.

Pilatos: -¿de qué acusan a este hombre?

Judío: -¡si no fuera un malhechor no lo habríamos traído!

Pilatos: -¡Llévenselo y júzguenlo según su Ley!

Judío:

...

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