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VIA CRUCIS


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2022  •  Práctica o problema  •  3.322 Palabras (14 Páginas)  •  79 Visitas

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EL BENDITO ROSARIO DE MARÍA DE MANOS DE SANTA FAUSTINA,

 APÓSTOL DE LA DIVINA MISERICORDIA

Juan Pablo II enseña que María es la que más conocer a fondo el misterio de la Misericordia divina. Conoce su precio y sabe cuán alto es. Ella como nadie ha experimentado la Misericordia del Señor, ya que fue preservada del pecado original y enriquecida con dones naturales y sobrenaturales en abundancia. Como nadie, ha hecho posible la revelación de la Misericordia de Dios en Jesucristo, siendo llamada a la misión de acercar a los hombres al misterio de la Misericordia Divina.

En las Bodas de Caná ejerció en favor de los hombres su intercesión misericordiosa obteniendo para sus hijos la gracia de la fe.

En la Salve Regina la llamamos Madre de Misericordia y suplicamos que vuelva hacia nosotros esos sus ojos misericordiosos. San Alfonso María de Ligorio la compara con la Reina Ester que obtuvo misericordia y perdón para su pueblo ante el rey Asuero que había decretado su exterminio. A María – dice San Alfonso – Dios no le ha encomendado hacer justicia ni castigo, sino ejercer compasión y misericordia. Además, agrega que hay una ley establecida por Dios: que se emplea especial misericordia a favor de aquellos por quienes intercede la Santísima Virgen.

San Bernardo se pregunta por qué la Iglesia la llama Reina de Misericordia y responde: para que todos tengamos presente que ella reparte generosamente los tesoros de la Misericordia a su hijo Jesús.

Santa Faustina, escogida por Dios para extender el mensaje de la Misericordia divina y recordar que nuestro Padre de los cielos es “misericordioso” (Lc 6,36), amaba particularmente a María, quien le dijo “Soy no sólo Reina del cielo, sino también Madre de Misericordia”. (D.330)

Un modo de honrar a María y alcanzar su intercesión poderosa es la oración del Santo Rosario, “dulce cadena que nos une a Dios” como decía el Beato Bartolo Longo, apóstol del Santo Rosario.

Juan Pablo II en su carta apostólica “El Rosario de la Virgen María” del 16 de octubre de 2002 invita a todos a retomar con fe entre las manos el Rosario a la luz de la Santa Escritura, en armonía con la liturgia en el contexto de la vida diaria. (43).

Con Santa María Faustina Kowalska que tanto servía a la Madre de la Misericordia, cuya fiesta mariana se celebra el 5 de agosto, meditemos llenos de confianza el bendito Rosario, fuente de amor y paz, medio privilegiado para contemplar el Rostro de Cristo, oración en favor de toda la familia humana, resumen del entero Evangelio y escuela apostólica.

MISTERIOS GOZOSOS

Se rezan los días lunes y sábados

Meditar los Misterios gozosos significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido más profundo. Significa fijar la mirada sobre lo concreto del misterio de la Encarnación y sobre el sombrío preámbulo del misterio del dolo salvífico. María nos ayuda a aprender el secreto de la alegría cristiana, recordándonos que el cristianismo es, ante todo, buena noticia. (Juan Pablo, carta El Rosario de la Virgen María, 20)

Oh Virgen radiante, pura como el cristal, toda sumergida en Dios, te ofrezco mi vida interior, arregla todo de manera que sea agradable a tu hijo. (Santa Faustina)

Primer Misterio Gozoso: La Encarnación del Hijo de Dios

Palabra de Dios

“El Ángel entró en su casa y la saludó diciendo: Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo…. Concebirás y darás a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús”. (Lc 1,28-30)

Meditación de Santa Faustina

El amor más grande y el abismo de la Misericordia lo reconozco en la Encarnación del Verbo. Le ruego a la Virgen para que se digne encender en mí el fuego del amor divino que ardía en su corazón en el momento de la encarnación del Verbo de Dios.

Señor, ¿Qué templo te prepararemos? En la Santísima Virgen Tú mismo te has preparado un santuario. Sus entrañas inmaculadas son tu morada y se hace el milagro de tu misericordia. El Verbo se hace carne, Dios habita entre nosotros, la misericordia encarnada. (Diario Espiritual, 180, 114, 1745)

Segundo Misterio Gozoso: La Visita de María a Su Prima Isabel

Palabra de Dios

“Apenas ésta oyó el saludo de María el niño saltó de alegría en su seno e Isabel, llena del Espíritu Santo exclamó: Bendita entre todas las mujeres y bendito el fruto de tu vientre”. (Lc 1,41-42)

Meditación de Santa Faustina

Hija mía, le dijo Jesús, considera el amor al prójimo. ¿Es mi amor el que te guía a amar al prójimo? ¿Deseas el bien a quienes te han ofendido? Has de saber que todo lo bueno que haces con los demás lo acojo como si lo hubieses hecho a mí mismo. (D.1768)

Tercer Misterio Gozoso: El Nacimiento de Jesús en Belén

Palabra de Dios

“María dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue”. (Lc 2,7)

Meditación de Santa Faustina

Cuando asistí a la Misa del Gallo me sumergí en un profundo recogimiento en el que vi el Pesebre lleno de gran claridad. La Virgen Santísima envolvía a Jesús en los pañales absorta en gran amor. (D. 1442)

Cuarto Misterio Gozoso: La Presentación del Niño Jesús en el Templo

Palabra de Dios

Llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado el Señor”. (Lc 2, 22-23)

Meditación de Santa Faustina

María, una espada terrible ha traspasado tu santa alma. Nadie sabe de tu sufrimiento, excepto Dios. Tu alma no se quebranta porque está con Jesús. Madre une mi alma a Jesús porque sólo entonces podré resistir todas las pruebas. Virgen pura, derrama valor sobre mi corazón y protégelo. (D.915)

Quinto Misterio Gozoso: María y José encuentran a Jesús en el Templo

Palabra de Dios

“Al tercer día lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas”. (Lc 2,46)

Meditación de Santa Faustina

No busco la felicidad fuera de mi interior donde mora Dios. Gozo de Dios en mi interior, aquí vivo continuamente con Él, aquí existe mi relación más íntima con Él, aquí vivo segura con Él. La Virgen me anima a relacionarme así con Jesús. (D. 454)

MISTERIOS LUMINOSOS

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