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El Primer Canto Cristiano


Enviado por   •  12 de Febrero de 2014  •  1.377 Palabras (6 Páginas)  •  415 Visitas

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Incursionar en el desarrollo de la Música Sagrada, nos lleva primeramente a pensar acerca de cómo serían los primeros cantos de la cristiandad, los textos, sus melodías. Nuestra primera fuente, por lo tanto, es la Sagrada Escritura.

FUENTES BÍBLICAS

Leyendo los evangelios descubrimos que el mismo Señor Jesús en unión de sus apóstoles oró cantando. Se narra que lo hizo durante la última cena (Mc 14, 26)

“Después de cantar los himnos se dirigieron al monte de los Olivos”

Y seguramente lo hizo así cada vez que celebró la Pascua a la usanza Judía.

Los textos

En las reuniones de las primeras comunidades cristianas, predominó el uso de textos provenientes del Pentateuco, los Profetas, los libros Sapienciales, los Salmos, pero interpretados y entendidos ya en “clave cristológica”. Pero también a través de las cartas apostólicas, y más específicamente de las de Sn Pablo, recibimos datos de la práctica musical de la naciente Iglesia. Destaca su exhortación a alabar a Dios con “salmos, cánticos e himnos espirituales...” (Col 3, 16), así como la inclusión de los textos de algunos de ellos, ya de composición eclesial, insertados en el cuerpo de sus cartas. Estos son prueba fundamental de la vitalidad musical de las primeras comunidades cristianas. Como es de comprenderse, las melodías precisas se han perdido, pero podemos señalar con absoluta certeza que estos textos estaban destinados a cantarse.

Como ejemplo tenemos:

1. Filipenses 2, 6 y siguientes:

Cristo, a pesar de su condición divina,

no hizo alarde de su categoría de Dios;

al contrario, se despojó de su rango

y tomó la condición de esclavo,

pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,

se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,

y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo

y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;

de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble

en el cielo, en la tierra, en el abismo,

y toda lengua proclame:

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

2. Efesios 5, 14 ss: “Despierta tú que duermes, y levántate de entre los muertos y te iluminará Cristo”

...porque todo lo que se pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: Despiértate, tú que duermes, levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará.

3. Colosenses 1, 12-20: “Él es imagen de Dios invisible, primogénito de la creación...”

Damos gracias a Dios Padre,

que nos ha hecho capaces de compartir

la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,

y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,

por cuya sangre hemos recibido la redención,

el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,

primogénito de toda criatura;

porque por medio de él

fueron creadas todas las cosas:

celestes y terrestres, visibles e invisibles,

Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;

todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.

Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.

Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,

y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.

Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:

los del cielo y los de la tierra,

haciendo la paz por la sangre de su cruz.

4. Apocalipsis 5, 9ss: “Eres digno de abrir el libro y romper sus sellos, porque fuiste degollado, y compraste para Dios con tu sangre, hombres de toda raza...”

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos,

porque fuiste degollado

y con tu sangre compraste para Dios

hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;

y has hecho de ellos para nuestro Dios

un reino de sacerdotes,

y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado

de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría,

la fuerza, el honor, la gloria y la alabanza.

No tenemos entonces ninguna duda que, desde un principio, nuestros hermanos en la fe usaron estos y otros textos, además de otras expresiones como "aleluya", o "amén".

Lo dicho hasta aquí concierne únicamente a los textos. Pero, ¿qué podríamos decir acerca de sus melodías o de la música empleada en la naciente liturgia?

FUENTES Y TEXTOS NO BÍBLICOS

Asimismo, en el principio de la Iglesia fueron componiéndose

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