TALLER COLA-COLA CAMILA

Introducción

me arriba si usted ha escuchado esto antes. Jóvenes universitarios brillantes

sentado en un dormitorio están inventando el futuro. Sin hacer caso de las fronteras,

poseído de las nuevas tecnologías y entusiasmo juvenil, construyen

una nueva empresa desde cero. Su temprano éxito les permite

recaudar fondos y llevar un nuevo producto al mercado increíble. Ellos

contratar a sus amigos, armar un equipo súper estrella, y se atreve el mundo a

detenerlos.

Hace diez años y varias startups, que era yo, la construcción de mi! Primera

empresa. Recuerdo especialmente un momento de aquel entonces: el momento en que me di cuenta de mi compañía iba a fallar. Mi cofundador

y yo estábamos al final de nuestro ingenio. La burbuja de las punto-com se había reventado, y nos

había gastado todo nuestro dinero. Tratamos desesperadamente de recaudar más

de capital, y no pudimos. Era como una escena de la ruptura de un

Hollywood película: estaba lloviendo, y nos estaban discutiendo en el

calle. No podíamos ni siquiera ponerse de acuerdo sobre dónde caminar al lado, por lo que

raya en ira, ir en direcciones opuestas. Como una metáfora de

el fracaso de nuestra empresa, esta imagen de los dos de nosotros, perdido en la lluvia

y distanciamiento, es perfecto.

Sigue siendo un recuerdo doloroso. La compañía fue cojeando a lo largo de meses después, pero nuestra situación era desesperada. Al tiempo,

parecía que estábamos haciendo todo bien: nos lo pasamos genial

producto, un equipo brillante, asombrosa tecnología, y la idea correcta en

el momento adecuado. Y nosotros realmente estábamos en lo cierto. estábamos

la construcción de un camino para que los universitarios a crear pro online! les para la

propósito de compartir ... con los empleadores. Vaya. Pero a pesar de una

idea prometedora, sin embargo, estábamos condenados desde el primer día,

porque no sabíamos el proceso que tendría que utilizar para turnbecause no sabíamos el proceso que tendría que utilizar para convertir

nuestras ideas de productos en una gran empresa.

Si usted nunca ha experimentado un fallo de este tipo, es difícil

describir la sensación. Es como si el mundo estuviera cayendo por debajo

usted. Te das cuenta de que has sido engañado. Las historias en las revistas

son mentiras: el trabajo duro y la perseverancia no llevarán al éxito. Peor aún, las muchas, muchas, muchas promesas que ha realizado en los empleados,

amigos, y la familia no va a hacerse realidad. Todos los que

pensabas que eras tonto para salir por su cuenta será

dado la razón.

No se suponía que resultó así. En revistas y

periódicos, películas taquilleras, y en innumerables blogs, escuchamos

el mantra de los empresarios de éxito: a través de la determinación,

brillantez, gran oportunidad, y-sobre todo-un gran producto, usted también

puede alcanzar la fama y la fortuna.

Hay una industria de creación de mitos trabajando duro para vendernos esa historia,

pero he llegado a creer que la historia es falsa, el producto de

sesgo de selección y la racionalización después de los hechos. De hecho, después de haber trabajado con cientos de empresarios, que he visto! De primera mano cómo

a menudo un comienzo prometedor lleva al fracaso. La triste realidad es que la mayoría

nuevas empresas fracasan. La mayoría de los productos nuevos no tienen éxito. Más nuevo

empresas no viven de acuerdo a su potencial.

Sin embargo, la historia de perseverancia, el genio creativo, y el trabajo duro

persiste. ¿Por qué es tan popular? Creo que hay algo profundamente

atractivo de esta forma moderna de la historia la pobreza a la riqueza. se hace

éxito parece inevitable si sólo tienes el derecho stu /. Esto significa que

los detalles mundanos, los estu aburrido /, las pequeñas decisiones individuales

no importan. Si lo construimos, ellos vendrán. Cuando fallamos, como muchos de nosotros lo hacemos, tenemos una excusa preparada: no teníamos la

derecho stu /. No fuimos lo suficientemente visionario o no estábamos en la derecha

colocar en el momento adecuado.

Después de más de diez años como empresario, llegué a rechazar

esa línea de pensamiento. He aprendido tanto de mis propios éxitos

y los fracasos

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