La Lecto-escritura: entre lo analógico y lo digital.

La Lecto-escritura:

entre lo analógico y lo digital.

Romina Soledad Macenchuk

Profesora en Portugués

Especialista en Docencia Universitaria

Maestrando en Semiótica Discursiva

Traductora M.S.T.J N° 625

Docente Asociado  - Universidad de la Cuenca del Plata

macenchukromina_pos@ucp.edu.ar

Hablar de las nuevas tecnologías presupone pensar en instrumentos que favorezcan a la comunicación y al intercambio. El uso de las TICs fue ganando aceptación a través de los años, algunos sujetos fueron incursionándose por mero interés y otros por necesidad. De esta manera surgen dos grandes comunidades, conformadas por sujetos de diferentes generaciones: los nativos y los inmigrantes.^[1]     

[pic 1]

A pesar de existir desfasajes entre los sujetos de diferentes generaciones, nos une el interés por el intercambio, el conocimiento, el saber y en muchos casos el entretenimiento. Al mismo tiempo, estas herramientas facilitan la comunicación, el intercambio y el trabajo; de modo que son generadoras de espacios donde se ponen en prácticas las competencias lingüísticas.

Si bien la lecto-escritura en el espacio digital fue una de las más criticadas en los últimos tiempos, podemos observar que de algún modo fueron permeando nuestra cultura, nuestras formas de comunicación y hasta nuestras costumbres; favoreciendo –o no- al crecimiento del lenguaje. Incrementando nuevos términos, modismos que caracterizan a los grandes grupos constituidos por sujetos de diferentes sociedades, portadores de diversos idiomas e incluso con intereses distintos (personales, sociales y económicos); unidos por un mismo medio: internet.

Los diferentes factores que condicionan la lecto-escritura en el contexto de las TICs, pueden resumirse en la rapidez del avance, las transformaciones y las exigencias que rigen en torno de un manejo eficaz de las nuevas tecnologías. Al mismo tiempo nos llevan a pensar en las transformaciones tanto de la escritura (uso de nuevas palabras, abreviaturas, códigos creados por pequeños grupos), como de la lectura (lectura selectiva, sin profundizar, el sujeto elige rápidamente el texto en un abanico de opciones). Según Chatier “…la revolución digital transforma profundamente las modalidades de las argumentaciones y los criterios o recursos que puede movilizar el lector para aceptarlas o rechazarlas. Por un lado, la textualidad electrónica permite desarrollar las argumentaciones o demostraciones según una lógica que ya no es necesariamente lineal ni deductiva, (…)sino que puede ser abierta, expandida y relacional gracias a la multiplicación de los vínculos hipertextuales…”^[2]

 Estos factores evidencian las profundas transformaciones que surgen de manera espontánea en el mundo actual y que implican cambios profundos en las prácticas comunicativas.

Ahora bien, hablar de nuevas tecnologías implica también pensar en propuestas innovadoras de enseñanza y aprendizaje que busquen poner en práctica el saber, el conocimiento y las experiencias – áulicas, ¿Por qué no?- por medio de la utilización de estas herramientas que nos ofrece el avance tecnológico.  

El uso de las TICs en el contexto de la educación, impactaron de manera transformadora en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Tomando palabras de Cassany- Ayala “…nuestros jóvenes están aprendiendo de manera informal, fuera de la escuela, por su cuenta, un conjunto de habilidades y técnicas de acceso, manipulación y circulación de la información, que muchos padres y madres, maestros y adultos ignoramos. Lo que ha provocado todo este revuelo son las TIC (las denominadas Tecnologías de la Información y la Comunicación), pero está claro que los protagonistas más importantes somos las personas.”^[3]

...