Abogados Buenos Malos
Enviado por lissyelias • 17 de Julio de 2014 • 1.240 Palabras (5 Páginas) • 578 Visitas
ABOGADOS BUENOS-BUENOS, BUENOS-MALOS, MALOS-BUENOS Y MALOS-MALOS
Por: Hilda Lissy Elías Castrillo
La palabra ABOGADO, proviene, como muchos quizá ya conocen, del latín advocatus que significa, llamado junto a; según el Diccionario Jurídico Polilingüe de Machado Schiaffino, Abogado es un “Perito en el derecho que se dedica a defender en juicio los derechos e intereses de los litigantes...”.
El concepto de la palabra es muy relevante, sino fundamental, para poder establecer la importancia de la participación de un abogado dentro de la sociedad, al ser éste, según Robespierre “apoyo de la inocencia y azote del delito”, y sobre todo, al utilizar como instrumento de trabajo, el Derecho, producto de la sociedad, para defender entre otros, los principales bienes jurídicos, vale decir la vida, la libertad y el honor.
En realidad cabe evocar que el jurista, en un momento dado de la historia, tuvo gran relevancia al cumplir con lo que se le encomienda, es decir velar por la justicia y la paz social, sin embargo, se preguntarán qué sucedió?.
Desde un punto de vista bastante particular, podría decir que los factores por los cuales la ética del profesional abogado se ha visto mellada, son varios, por lo que a continuación me permito hacer un esbozo de los principales factores.
El primero de ellos, para quien escribe, se debe a la flexibilidad con la que se transforma la sociedad, lo justo rápidamente se convierte en injusto y la paz en convulsión social. Todo esto causa pequeñas réplicas en el entorno legal, puesto que van generando relaciones socioeconómicas que a su vez engendran la norma legal, base del jurisconsulto, de ahí que el concepto de la abogacía haya cambiado con la propia evolución del derecho y de la sociedad, llegando a la conclusión de que la moral del abogado traduce la moral de la sociedad, ya que la profesión opera con instrumentos de orden social, es por eso que el abogado no puede dejar de reflejar, traducir o expresar la influencia de la sociedad en que actúa. De ahí que la llamada crisis de la ética de la abogacía no es sino el reflejo de la crisis general de la sociedad en que actúa el abogado.
En un segundo lugar y unidas a las causas derivadas de las relaciones estructurales de la sociedad, están las que se originan en la deficiencia de las Facultades de Derecho. Se debe llegar al análisis de que la formación ética del profesional ha de empezar con la formación ética del estudiante, lo que equivale decir, que no se podrá ser un profesional probo cuando se fue un estudiante inmoral.
Personalmente surge la impresión, de que en muchas universidades del País, no se presta la merecida atención al problema de la formación ética del estudiante, lo que trae como lógica consecuencia el descenso de la ética en los profesionales abogados. Esta formación del estudiante es la parte inicial de la formación ética del abogado; por lo que la enseñanza de la ética constituirá un factor importante para que los flamantes abogados escojan los caminos de la abogacía leal y proba y repudien la abogacía desleal.
Otro factor importante, se encuentra inmerso en la docencia jurídica ya que buena parte de la abogacía o de la magistratura corresponde al docente jurídico. Mal podría el maestro que incumple o burla sus obligaciones exigir del discípulo conducta moral y responsable. Es obligación del docente transmitir sus conocimientos de manera que cultive permanentemente la ciencia que profesa, sin dejar de lado por ningún motivo, ni por un instante, el cultivo de la conciencia de justicia en el espíritu del pupilo, dejando de lado la improvisación y la demagogia en sus clases. Y en este sentido creo necesario nombrar a Domingo Buonocore, escritor del libro “Sobre pedagogía Universitaria y Técnica del Trabajo
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