Arroz Con Huevo
Enviado por iMau • 12 de Octubre de 2014 • 1.840 Palabras (8 Páginas) • 288 Visitas
El Arroz con Huevo: Una Señal Particular de los Ecuatorianos
¿Qué nos identifica a los ecuatorianos? Algunos dicen que es la Selección, pero como van las cosas, creo que no tanto. Otros dicen que es el Yasuní; sin embargo, como lo han convertido en asunto político, creo que tampoco califica. Finalmente, para muchos lo que nos identifica son los valores. Pero, en realidad los valores son una construcción de la humanidad, no solo de los ecuatorianos. Por tanto, propongo que lo que nos identifica es el arroz con huevo (junto a otros elementos que también son dignos de presentar). Este plato no es un asunto de comida; es, como veremos, un identificador de arraigue cultural verdaderamente ecuatoriano. Así, en este ensayo nos enfocaremos en analizar el proceso de su preparación, desde una descripción de lo que es y su significado hasta el momento de su deguste, pasando por la divertida fase de cocción. El arroz con huevo es un invento ecuatoriano. Como su nombre lo dice, el plato es el fruto del matrimonio de productos conocidos por todos. De hecho, Biachi Marquéz de la Plata (12 de enero de 2007), chef empresaria y protagonista de “La Cocina de Biachi”, señala que: El arroz con huevo nació en los Andes ecuatorianos gracias al ingenio de los campesinos que supieron conseguir un grano fino pero de larga vida que hiciera que, una vez cultivado, al hidalgo plato se lo pudiera degustar en cualquier momento. Es más, en ninguna otra parte del mundo se crían desmesurados pero hermosos huevos de gallo-y-gallina. Juntos, como sabemos, solo puede nacer algo espectacular. (párr. 12)
Entonces, no es difícil ver que la unión de estos dos productos al final nos dio a los ecuatorianos un elemento de orgullo nacional. Y, si a este cimiento se le añade virtuosos acompañantes (i.e. deliciosos trocitos de maduro frito, una rodaja de aguacate en su punto y, para los amantes de la carne, un suculento chorizo frito), entonces es fácil entender por qué en todas las encuestas que se han realizado para saber qué piensan los ecuatorianos sobre sus rasgos de identidad, el arroz con huevo siempre sale ganando. Claro, también influye si se lo sirve con la famosa ensalada de lechuga, tomate y curtido de cebolla; pero, como sabemos, eso es aburrido porque los ecuatorianos verdaderos preferimos un montón de salsa de tomate. Gino Molinari (2009), reconocido chef ecuatoriano, en su estudio del uso de la salsa de tomate en el arroz con huevo resalta que: “La salsa de tomate fue introducida al plato ecuatoriano en 1945, después de la
Segunda Guerra Mundial, como recordatorio de la sangre que se había derramado inútilmente” (pp. 12-13). A pesar de tener una raíz bélica, haberle bañado al plato en salsa de tomate realmente fue un acierto porque eso hizo que se diferenciara al arroz con huevo de los mejicanos, por ejemplo, que ni pagándoles probarían las dos cosas juntas. Como se puede constatar, el plato que nos identifica tiene unas raíces culturales peculiares; sin embargo, su preparación, como lo veremos a continuación, también es digna de admiración.
Verificar el proceso que atraviesan los granos de arroz y los huevos para juntarse y así constituirse en nuestro distintivo de lo ecuatoriano es verdaderamente inolvidable. En primer lugar, la persona que quiere conquistar a sus comensales debe levantarse muy temprano para asistir a las plazas donde los campesinos ofertan sus rebosantes costales del grano andino y sus imperecederas cubetas de huevos de gallo-y-gallina. El que llegó tarde tendrá que esperar hasta la próxima semana, y punto. Luego, una vez conseguidos los productos, se los lava y, en el caso del arroz, se mide la porción necesaria para empezar su cocción. Se lo hace en una olla arrocera que se distingue por ser de aluminio, de fondo pesado y que debe, por obligación, tener una tapa por encima y una lata por debajo, que hará que el arroz se cocine lentamente, mientras los niños están en el recreo o jugando en el patio. Sin embargo, no se debe olvidar que al conjunto de granos se los debe cocinar sumergido en la porción de agua correspondiente. El arroz estará listo cuando el agua se haya evaporado en el tiempo establecido. El arroz más rico, como es de esperarse, es el que ha alcanzado una textura suave en cada uno de sus granos. Por su parte, al huevo simplemente se lo casca y se lo invita a formar parte de la misma piscina en que entró el arroz, solo que para él debe ser de aceite, y no de agua. El favorito huevo frito de los ecuatorianos es el que mantiene su yema blanda y su amarillo resplandeciente. Claro, otro distintivo del huevo frito ecuatoriano es que es casi completamente seco –hasta parecería que nunca hubiese sido bañado en aceite–. Con todo este esplendor, no es de sorprenderse que juntos, arroz con huevo, sea nuestro verdadero signo de identidad. Es más, cuando se los ve detenidamente, son dignos de abrir el apetito a quien lo contemple, como veremos a continuación.
Mis abuelos me enseñaron que la sencillez es la base sobre la cual se construye el buen gusto. Y, el arroz con huevo fue justamente el motor de ese aprendizaje. Así, para nuestros indígenas el blanco y el amarillo constituyen la mejor combinación estética y nutricional ; se ve apetitoso y, además, el arroz blanco nos provee de carbohidratos; y el huevo, de proteínas –es decir, una combinación perfecta. Esto se lo puede constatar en la figura 1 que aparece a continuación.
Figura 1. El arroz con huevo: La base de la identidad ecuatoriana
Si observamos con detenimiento, reconoceremos que ya se nos abrió el apetito sin habérnoslo propuesto. ¿Con qué bebida acompañarlo? Éste, se puede decir, es
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