Calidad Educativa

Hacia una mejor calidad de nuestras escuelas

La educación en México según el punto de vista de distintas personalidades, ya sean los mismos actores de la escuela como maestros o alumnos, agentes externos como padres y personas de la comunidad, o incluso conocedores en la materia, saben demasiado bien ya sea por experiencia propia o distintas fuentes de información que el sistema educativo mexicano enfrenta diferentes adversidades en algunos puntos de su estructura. Pero tal parece que hasta hace poco tiempo las mayores autoridades escolares se han percatado de la mayor necesidad que pueden tener, la cual podría llegar a ser el eje de la mayoría de los problemas que se suscitan en las escuelas, y para quienes aún no tengan idea de a que me refiero, hablo de la calidad.

Antes de entrar en detalles me gustaría darles una idea de a que nos referimos cuando hablamos de calidad. La calidad puede definirse como la capacidad de lograr objetivos de operación buscados. Pero, nosotros nos referimos a la calidad educativa. Esta simple y sencillamente puede definirse como la fluidez que existe en todos los factores necesarios para que se dé un buen aprendizaje. Y a que nos referimos con esto, imaginemos un salón de clase hecho con láminas, sillas totalmente deterioradas, un pizarrón sin gises, un grupo multigrado y aún más sumémosle a esto un maestro sin una preparación adecuada para poder enseñar en este tipo de situaciones. Es evidente detectar que esta no es la calidad educativa de la que tanto énfasis hacemos.

Ya que tenemos una idea planteada de la calidad educativa sería bueno el entender cómo es posible llegar a ella con una especie de “atajo” y este son los padres. Así es, muchos pueden pensar que lo primordial son los alumnos y tal vez estén en lo correcto, pero aun así es necesario entender que el mejor apoyo que puede tener el profesor son los padres, ya que estos son los que de alguna manera se benefician de la calidad educativa, pues después de todo, cualquier padre desea que su hijo sea preparado de la mejor manera posible.

Ahora bien debemos tomar en cuenta que es lo que podemos hacer nosotros para mejorar la educación, para muchos es fácil pensar “yo que puedo hacer, solo soy una persona” pero es necesario entender que el cambio está en nosotros mismos. Todo se trata de dar el primer paso al cambio, y aunque parezca difícil saber por dónde empezar la respuesta está delante de nuestras narices. Simplemente donde comienza el aprendizaje que es el aula. Este es el mejor lugar para comenzar a atraer la participación de los padres, logrando que se integren al aprendizaje de sus hijos. La participación de padres y comunidad genera mejores niveles de aprendizaje de los alumnos.

Hay diferentes implicaciones necesarias para que exista calidad en la educación lo primero que podríamos señalar es la crítica y la autocrítica. Los seres humanos somos cambiantes, siempre buscamos la innovación y el progreso, y al momento de enseñar es necesario saber que no somos perfectos, tenemos errores como cualquier persona, y es indispensable para cualquiera el aceptar las opiniones de los demás, ya que a través de ellos es como iremos teniendo una perspectiva totalmente distinta a la nuestra y encontraremos errores que tal vez nosotros pasemos por alto. Ahora bien con la autocrítica trata algo totalmente distinto, esta nos exige evaluar nuestro desempeño, de esta manera tenemos que estar cuestionando constantemente nuestro desempeño para así llevarnos a nosotros mismos a un cambio para un bien mayor.

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