DE EDUCACIÓN PERMANENTE A APRENDIZAJE PERMANENTE
Enviado por Karina Quintero • 24 de Febrero de 2020 • Documentos de Investigación • 2.283 Palabras (10 Páginas) • 306 Visitas
Universidad Pedagógica Nacional.
Facultad de Educación- Departamento de Psicopedagogía.
Lic. Psicología y Pedagogía – Eje de Formación de Maestros.
Paula Acero Vargas, Angie Sarmiento Sánchez, Karina Quintero García.
DE EDUCACIÓN PERMANENTE A APRENDIZAJE PERMANENTE
La sociedad postindustrial tiene la característica de dar primacía a la producción de un tipo de conocimiento relacionado con la formación técnico y profesional, en este modelo de sociedad, se considera a la formación como un factor de desarrollo económico, subordinado a la educación permanente y a los imperativos de la industrialización, de ahí que una de las propuestas haya sido la de estimar el papel de la educación, pues, debe existir un equilibrio entre lo profesional y lo cultural. El presente documento pretende exponer las distintas concepciones de la educación permanente, partiendo de su desarrollo histórico y conceptual, además de evidenciar la relación existente entre la educación y el desarrollo del hombre y las sociedades.
Antecedentes del concepto de educación permanente
A finales del siglo XVIII, la educación permanente aparece por primera vez. Concretamente, en 1792, Nicolás de Condorcet presenta el informe a la Asamblea Legislativa en Francia, y se constituye como el primer documento de poder político que se refiere a la enseñanza de adultos; determina los sistemas educativos modernos desde un principio de derechos humanos; y posibilita una reflexión acerca de las funciones de la instrucción más allá de la escuela. Según el planteamiento de Condorcet, el individuo y la especie humana son perfectibles, y determinan su perfectibilidad en un diálogo entre la instrucción y las ciencias. Para reforzar esta idea, Condorcet establece que la educación permanente está relacionada con la educación pública, pues abarca los ámbitos del desarrollo íntegro en las sociedades y allí pertenecen todos sin importar su edad.
Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XVIII y primera del siglo XIX, tiene lugar la revolución industrial, que suscita, gracias al liberalismo económico, corrientes que tienen relación con el problema de la formación profesional de adultos. Desde este punto, se conforma toda una organización legal entorno a la educación para adultos, como es el caso de la fundación de la Asociación Politécnica de Comte y Perdonnet en 1831, que consistía en enseñar de forma gratuita ciencias aplicadas a jóvenes de clase industrial cuando finalizaban su jornada laboral. Al respecto y teniendo en cuenta la coyuntura política y económica de este período histórico, (Marx, 1867) hace una crítica a la economía política desde su obra más célebre: El Capital. Esta publicación suscita que algunos representantes del movimiento obrero y socialista consideren que el desarrollo industrial demanda, junto con un cambio social, el desarrollo de la movilidad profesional, la institución de una educación integral y especialmente la extensión del tiempo libre para todos.
Ahora bien, en el siglo XX, en el año 1919, se comienza a proyectar la educación de adultos como una necesidad permanente y la educación permanente de adultos. En 1936 se crea la subsecretaría de estado para el tiempo libre y de los deportes, inaugurando un período favorable para las actividades recreativas populares. Por su parte, en 1938, Bachelard propone las nociones de escuela permanente y pedagogía permanente y la necesidad de una cultura continuada, de acuerdo con las exigencias de la ciencia moderna.
Después de la creación de la UNESCO en 1945, se pone en consideración a la educación permanente en relación con el aprendizaje durante toda la vida, partiendo del desarrollo integral del ser humano. Después de esto, se sitúa la Conferencia de Elisnor en Dinamarca en el año 1949, que enfatiza en la formación de adultos, en la educación democrática, en los derechos del individuo y la comunidad y el papel que cumple la educación, para que las personas cumplan funciones de tipo económico, social y político.
Luego, en 1967 el Consejo de Europa comienza la elaboración de varios trabajos entorno a la redefinición de la educación permanente, tratando de localizarla en un sistema flexible que abarque la educación general, profesional, cultural y social. En este mismo año, Dewey resalta la importancia de la experiencia y la continuidad en la educación permanente que es considerada como proceso vital en el presente y medio de formación en el futuro. De manera análoga, Schwartz hace una distinción considerable en cuanto a la educación permanente y en específico en la formación de adultos, pues clasifica la educación como: educación en medio sociocultural, que abarca la educación popular, la preparación para el ocio, y la formación del ciudadano; la educación en medio socioprofesional, que se refiere al trabajo; y por último, la educación postsecundaria, a cargo de docentes, que pone al día los conocimientos cumpliendo un proceso de reciclaje.
Consolidación del concepto de educación permanente
Lo cierto es que, en lo que respecta a la educación permanente, el encargado de la UNESCO para la elaboración de los primeros informes, Paul Legrand, entre 1969 y 1970, a través de sus obras El significado de la educación permanente e Introducción a la educación permanente, desarrolla los postulados más importantes acerca de este concepto, definiéndolo como un proceso global, unitario e integral en relación con la educación de adultos, la cual se vincula a una actividad específica. Como lo expresa Legrand citado por Debesse y Mialaret (1968):
Por educación permanente nosotros entendemos un orden de ideas, de experiencias y de realizaciones muy específicas, es decir, la educación en plenitud de su concepto, en la totalidad de sus aspectos y dimensiones, en una continuidad ininterrumpida de su desarrollo, desde los primeros momentos de la existencia hasta los últimos, y en la articulación íntima y orgánica de sus diversos momentos y de sus fases sucesivas. (p. 32)
Esta noción totalizadora de la educación permanente, comprende la formación del ser humano y la transformación de la educación. Cabe aclarar; que para Legrand; limitar la educación permanente a un grupo de edad es una contradicción entre las definiciones de educación permanente y educación de adultos. Las necesidades educativas que la sociedad contemporánea plantea no pueden ser satisfechas en su totalidad, ni por la educación de adultos, ni por la educación restringida a un único período de la vida.
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