EL Principe
Enviado por s22180191 • 29 de Agosto de 2013 • 1.570 Palabras (7 Páginas) • 303 Visitas
“El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo
El libro trata sobre las estrategias para construir un principado poderoso y sobre todo con buenos cimientos.
Se desarrolla en Florencia del renacimiento y aporta las bases para la creación de la teoría del estado.
Maquiavelo a lo largo del libro utiliza varias frases que son bastante interesantes y que pueden ser aplicables a la vida diaria del lector.
De las frases que más captaron mi atención fueron:
“El que ayuda a otro a hacerse poderoso provoca su propia ruina”
“En tiempos de paz hay que pensar en la guerra”
“Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen”
“El que es elegido príncipe por el favor popular debe conservar al pueblo como amigo”
Estas frases parecen estar dirigidas a algún mandatario pero no, una persona común y corriente también las puede adoptar y llevar a cabo pero no para poder conquistar un reino o mantener y hacer prospero un principado, sino para conquistar el éxito y ser una persona prospera y de bien y para lograr una organización exitosa.
Es una guía de cómo poder construir un imperio exitoso y conservarlo, claro con la ayuda de los asesores tanto de guerra como de gobierno, y por supuesto teniendo contenta a la gente que habita en los nuevos principados, de esa parte del libro (primeros 5 capítulos) resalto las estrategias que escribe Maquiavelo, quizá la que mas captó mi atención fue la que dice así: “hay tres modos de conservar un estado que, antes de ser adquirido, estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad: primero destruirlo; después radicarse en él; por último, dejarlo regir por sus propias leyes, obligarlo a pagar tributo y establecer un gobierno compuesto por un corto número de personas para que se encarguen de velar por la conquista”.
Otras de las estrategias que nos menciona el libro son:
Venganza: A los hombres se les ha de consentir o acabar, pues se vengan de ofensas ligeras ya que de las graves no puede, es decir, si se decide aplastarlos, debe ser tan fuerte que no haya miedo de una venganza.
Resistencia a los cambios. El ser humano vive tranquilo si se mantiene mucho tiempo en una forma de vida. No creen en nuevas ideas hasta que no logran experimentarlas. Resulta fácil convencer al pueblo pero difícil mantenerlo convencido.
Iniciar el combate. No se deben arrastrar los problemas ya que da ventaja a alguno para iniciar la guerra.
Imitar a los hombres. El hombre prudente imita a los sobresalientes para analizarlos y no cometer sus errores pero si utilizar sus enseñanzas.
Recompensas. Una recompensa nunca borrara una injusticia que se le aplico a alguien.
La crueldad: Se puede hacer un buen o mal uso de la crueldad. Positiva será cuando se aplique de una sola vez y de golpe, asegurándose que ya no se intente ninguna sublevación sobre él. Pero será mal utilizada, cuando vaya aumentando poco a poco sin ayudar, y solo se atribuirá fama de benévolo o cruel.
Las injusticias y los favores: Las injusticias se deben hacer todas a la vez, para que hagan menos daño (y no tengan ocasión de venganza), mientras que los favores se deben hacer poco a poco con el objetivo de que se aprecien mejor. Es decir, los hombres de quien reciben un bien, no le causarán un mal, ya que se sienten con obligación; y por lo tanto, el pueblo le tendrá afecto al príncipe.
Contraer Obligaciones: Por el simple hecho de querer vivir en sociedad, el hombre contrae la obligación-derecho de hacer favores.
La apariencia de las cosas: La persona debe ser prudente, ya que si hace las cosas inmediatamente sin razonar, no se percata de que éstas en ocasiones traen consigo problemas.
Prudencia: EL que no detecta los males cuando nacen, no es verdaderamente prudente.
El arte de la guerra: Un príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, aparte de estar siempre atento, nunca podrá ser apreciado por sus soldados ni tampoco fiarse de ellos.
Lo que se debe hacer: Quien deja a un lado lo que se hace por lo que se debería hacer, inicia el camino a hacia su ruina.
Generosidad: Hay que ser liberal con todos aquellos a quienes no quita nada - que son muchísimos - y tacaño con todos aquellos a quienes no da, que son pocos. Con aquello que no es suyo, ni de los súbditos se puede ser considerablemente más generoso, ya que el gastar lo de los otros no le quita consideración, antes que la aumenta.
Castigos: Con pocos castigos ejemplares será más clemente que aquellos otros que, por excesiva clemencia, permiten que los desórdenes continúen, de lo cual surgen siempre asesinatos
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