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Escuela Inclusiva


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2012  •  2.282 Palabras (10 Páginas)  •  506 Visitas

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Instituto Superior del Profesorado

Nº 16

“Dr. Bernardo Houssay”

Postítulo en Gestión Institucional

Seminario de Introducción

Prof.: Lucía Corallo

Alumna: López, Hilda Susana

DNI: 21.521.820

Fecha de entrega: 23/12/10

Año: 2010

Introducción

“Una relación pedagógica exitosa,

se apoya en un vinculo de confianza”.

“Ser maestro/directivo en una escuela inclusiva

significa compartir la idea de que todos los alumnos

son sujetos con posibilidades y que en el vinculo

que establezcamos con ellos está la clave

para que logren constituirse como tales”.

Tres casos que enriquecen la escuela

Los medios de comunicación han mostrado, en las últimas semanas, algunos casos de adolescentes con síndrome de Down que, con su esfuerzo y en escuelas comunes, han llegado lejos. Tal es el caso de Juliana, Leandro y Fernanda ( diario La Capital, 27/11/10).

¿Qué es el síndrome de Down?

El síndrome de Down es una alteración genética que se produce en el momento mismo de la concepción. “La causa que la provoca es, hasta el momento, desconocida. Cualquier persona puede tener un niño con síndrome de Down, no importa su raza, credo o condición social”. La definición la ofrece la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA). Advierten que es clave para ayudar en el proceso de inclusión en todos los ámbitos, que estos niños reciban tratamiento de estimulación temprana ya que son personas con una disminución en su capacidad intelectual pero con gran capacidad de aprender otras actividades (como artes, música, etc.) y de insertarse en la vida social con una riqueza de valores y autonomía personal.

Es cierto que las acciones a favor de los chicos especiales en las escuelas comunes aparecen insuficientes, pero sobre la base del trabajo comprometido y el amor se pueden lograr buenos resultados. Así lo han demostrado estos tres estudiantes y la comunidad educativa a la que concurrieron.

Ellos son ejemplos concretos de que la integración de niños con NEE (necesidades educativas especiales) a la comunidad se puede llevar adelante y puede lograrse en la escuela común.

Esto supone una escuela estructurada sobre la base de la diversidad, pensada y organizada en función da la aceptación de las diferencias individuales de sus alumnos. Una escuela en la que el diálogo entre los distintos actores de la institución sea fluido, donde estas cuestiones sean discutidas y consensuadas por todos los actores involucrados y no, que exista verticalidad en las decisiones. Este sería el ideal a alcanzar. Pero en nuestro medio la inclusión educativa aún sigue siendo un desafío: no todos integran, muchos discriminan y no alcanza sólo con que el equipo docente/directivo de una escuela integre, sino que la sociedad toda debe acompañar. “Enseñar en la diversidad con fortalezas y debilidades”.

El trabajo en equipo en las instituciones es fundamental, en proyectos pedagógicos que contemplen las adaptaciones curriculares, la flexibilidad en las acciones/ estrategias y la evaluación, teniendo en cuenta la mediación entre las posibilidades de cada niño integrado, las exigencias escolares, el estilo de aprendizaje y el estilo de enseñanza de cada institución.

El artículo de referencia, nos presenta a tres estudiantes integrados a escuelas comunes, que aprendieron más y mejor con el estímulo de sus compañeros y de docentes que no le temieron al desafío de enfrentarse sin prejuicios, a una tarea enriquecedora, que enseñan desde el currículum común lectoescritura, cálculo, etc. con los contenidos adaptados a lo que cada uno de estos chicos podía responder.

Para ellos, la escuela fue un lugar de aprendizajes, no sólo de socialización.

En el caso de estos adolescentes con síndrome de Down, dentro de un marco institucional integrador, han podido finalizar sus estudios secundarios, han aprendido a ser autónomos, independientes, con autoconciencia de sus posibilidades, de sus dificultades, pero, también de cómo superarlas.

Es destacable que desde las instituciones escolares donde concurrieron estos alumnos, todos los actores involucrados hayan logrado:

*No evaluar lo que no podían hacer los estudiantes, sino evaluar qué podían hacer. Para qué cosas estaban capacitados o tenían habilidad. Las dificultades que tenían… sólo las tuvieron en cuenta para no ofrecérselas (es el caso de Juliana que fue eximida de Matemática e Inglés).

*Hacer un plan de integración, pensando en positivo qué apoyos necesitaban para avanzar en sus conocimientos (en el caso de los tres alumnos el primer paso lo dieron sus padres asegurándoles una atención temprana, que se continuó luego en sus trayectorias escolares, de mano de especialistas, como psicopedagogos, maestros integradores, etc.). Estos objetivos, basados más en lo que necesitaban en su realidad familiar y comunitaria… que en los objetivos académicos. Y apoyarlos con estrategias de aprendizaje funcionales… es decir, de acuerdo a sus necesidades.

*Apoyar y alentar a los estudiantes a trabajar en el aula como uno más… no como un alumno “exclusivo” con necesidades educativas especiales.

*Realizar las adaptaciones curriculares en base a lo que los estudiantes podían aprender…no en base a lo que el programa “dice” que deben aprender los alumnos… entendiendo que esto sería trabajar con la frustración que no es positiva para nadie: estudiante, maestro, familia, compañeros, escuela.

“El proceso de inclusión en las escuelas se está dando, pero con obstáculos. Estaría faltando un esfuerzo más de parte de quienes tienen las decisiones políticas, para brindar apoyo a las escuelas.

Es común que los docentes digan: “no estoy preparado”. Pero, ¿quién está preparado para aquello que no ha vivido todavía? Hay dos itinerarios posibles a recorrer: el actitudinal, que e la sensibilización en relación al tema y la disponibilidad (aparece el cómo lo hago) compromiso de acción de los docentes.

Cuando hablamos de inclusión, no hablamos de niños y de familias que se tienen que acomodar para entrar al sistema educativo; son ciudadanos sujetos de derecho que han venido con dificultades y que requieren respuestas. El apoyo lo tiene que dar la sociedad en su conjunto. No se trata de acomodar al chico con discapacidad en la escuela como

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