Gary Becker

Gary Standley Becker

G. Becker (Pottville, 1930) economista estadounidense adscrito a la Escuela de Chicago, discípulo de Milton Friedman. Hijo de un emigrante empezó su formación por los estudios matemáticos en la Universidad de Princeton, posteriormente amplió sus estudios interesándose por la economía en la Universidad de Chicago. Recibió el premio Nobel de economía en 1992 por sus aportaciones microeconómicas en torno al comportamiento y las relaciones humanas.

Partiendo de su “enfoque económico”, en la que se fundamenta el análisis Beckeriano , intenta aplicar a todo tipo de actividades humanas la metodología de la teoría económica convencional. Así es como Becker investigo este supuesto en cuatro áreas de análisis:

Criminalidad:

El argumento básico de Becker es que la criminalidad es una actividad económica sujeta a un análisis costo-beneficio por parte de los delincuentes. En este sentido, la criminalidad está asociada a los costos de ruptura y condena: el crimen depende de los incentivos que el sistema legal de un determinado país ofrece para que los delincuentes actúen. Por lo tanto hay una clara relación negativa entre la criminalidad y los niveles de ingreso y desarrollo. Se comenten más crímenes en las sociedades cuyas economías se encuentran en mal estado porque los delitos aumentan cuando los salarios son bajos y el desempleo alto.

Por otra parte las altas tasas de criminalidad suelen ser fruto de la corrupción judicial y policial. Son muchos los sujetos deshonestos que están dispuestos a trabajar en la policía por poco dinero si pueden complementar sus ingresos mediante la extorsión, de hay que extorsión y criminalidad tiendan a crecer en paralelo. Esto tiene como consecuencia el retardo del desarrollo, pues ahuyenta las inversiones, especialmente las debidas a extranjeros, pues en dichos países se suele legislar a favor de las nacionales.

Por lo tanto para G.B. los individuos se vuelven criminales cuando los beneficios obtenidos por el ejercicio de actividades ilegales son superiores a los obtenidos trabajando legalmente, teniendo en cuenta la probabilidad de captura y condena, y la severidad del castigo correspondiente.

En relación con este tema Becker concluye que es necesaria una cierta proporción entre los delitos y las penas. En segundo lugar deduce que sería óptimo disminuir las penas para los insanos, menores y delincuentes impulsivos. El razonamiento se basa en el hecho de que es esperable una menor elasticidad de reacción de estos grupos. Así se podría explicar la tendencia a la caída en la duración de las penas de privación de la libertad y el mayor uso de la libertad condicional y las terapias de rehabilitación. Finalmente hace un análisis interesante: si se castiga de manera más drástica a los criminales, necesariamente deberá bajar la delincuencia. Esto es porque los individuos evalúan los beneficios y los costos, si por ejemplo se aumenta el “impuesto” a las armas (mayores condenas para aquellos antisociales que usen pistolas)necesariamente deberá bajar el uso de éstas a la hora de delinquir.

Capital humano:

Para Becker, Capital humano lo define como el conjunto de las capacidades productivas que un individuo adquiere por acumulación de conocimientos generales o específicos. Es decir, considerar a la educación y la formación como inversiones que realizan individuos racionales, con el fin de incrementar su eficiencia productiva y sus ingresos.

Por lo que las personas gastan en sí mismas de formas diversas buscando una satisfacción presente y un rendimiento futuro, sea este pecuinario o no pecuinario.

G. Becker considera que el agente económico( individuo) en el momento que toma la decisión de invertir o no es su educación (seguir estudiando o no) arbitra, entre los beneficios que obtendrá en el futuro si sigue formándose y los costos de la inversión. Es el agente el que con sus decisiones está considerando al futuro como una justificación racional para llevar a cabo las

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