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LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ EN LA PRIMERA INFANCIA


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2012  •  12.893 Palabras (52 Páginas)  •  726 Visitas

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LA EDUCACIÓN PARA LA PAZ

EN LA PRIMERA INFANCIA

Capítulo 4

EDUCACIÓN PARA LA PAZ Y FORMACIÓN EN VALORES 4.1. De la educación para la paz y la formación de valores

4.2. Definición de valor

4.2.1 Clasificación de los valores

4.2.2. Particularidades generales de los valores y la educación en valores

4.2.3 Enfoques metodológicos en la educación en valores

4.3. La formación de valores en la primera infancia

4.3.1 Enfoque de los valores en la primera infancia

4.3.2 Relaciones de los valores con los hábitos, habilidades, conocimientos y capacidades

4.3.3 Estrategias, metodologías y formas organizativas de la formación de valores en la educación

4.3.4 La evaluación de la educación en valores

4.4 La formación de valores y su significación en la Educación para la Paz

Capítulo 4

EDUCACIÓN PARA LA PAZ Y FORMACIÓN EN VALORES

4.1 De la educación para la paz y la formación de valores

Durante el transcurso de las anteriores unidades se ha hecho hincapié en plantear que una concepción de la paz y una cultura de paz implica necesariamente considerar varios aspectos que son consustanciales: educación moral, derechos humanos, formación ciudadana y formación de valores. De su unidad e integridad, concebidas dentro de un sistema de influencias educativas de educación para la paz, depende en gran medida que los niños incorporen dentro de su personalidad en formación aquellas rasgos, normas, reglas, sentimientos, y comportamientos que como adultos les posibilitarán desarrollar una conducta activa hacia la paz y la aceptación de una convivencia pacífica con los demás. Una conducta activa que conlleva no una simple educación sobre la paz, que podría referirse solamente a recibir y trasmitir información sobre los avatares políticos del mundo actual, la relación entre los países ricos y los países pobres, el devenir de la humanidad y sus conflictos, sino una educación para la paz, enfocada a como trasmitir dicha información para que se convierta en parte intrínseca del mundo afectivo e intelectual del individuo, y su relación con el auto conocimiento o el enriquecimiento personal.

Educación para la paz que considera inseparables la forma y el contenido, y que ha de combinar la enseñanza y el aprendizaje de muy diversas cualidades y destrezas, tales como la cooperación, la solidaridad, la comprensión y aceptación de la multiculturalidad, entre las primeras, y la asertividad, el pensamiento crítico, la resiliencia, entre las segundas, así como la formación de actitudes y de conocimientos, que en su conjunto determinan que la misma no sea un simple contenido teórico, sino una condición que debe caracterizar toda la actividad del sujeto.

Dentro de este enfoque general de la educación para la paz, un planteamiento fundamental ha sido el considerarla como una forma particular de la educación en valores, que supone educar determinados valores que se consideran positivos para la personalidad y la cultura de la paz, tales como la justicia, la cooperación, la solidaridad, el desarrollo de la autonomía personal y la toma de decisiones, entre otros, y al mismo tiempo que aquellos que son anti-éticos y contradictorios con las mismas, como son la discriminación, la intolerancia, el etnocentrismo, la indiferencia e insolidaridad, el conformismo, etc.

Es decir, hay posiciones teóricas respecto a la educación para la paz que la considera sinónima de la educación en valores. Por supuesto, los valores impregnan todas las áreas del desarrollo de la personalidad, y desde ese punto de vista todo lo que forme parte de la conciencia social y moral del individuo son valores, pero la realidad es que el hombre no solo está constituidos de valores, sino que también tiene emociones y sentimientos, actitudes, habilidades, conocimientos. Los valores caracterizan a la educación moral, a los derechos humanos, a la formación ciudadana, pero la educación de la paz conlleva a su vez información, comunicación, conocimientos y otros contenidos cognoscitivos, medios de enseñanza y evaluación, que forman parte de un programa o sistema de influencias educativas dirigidas hacia la paz.

Por ejemplo, la educación en su sentido general, y la de la paz en su específico, y los derechos humanos, están íntimamente ligadas a los procesos de formación de la cultura desde los espacios de socialización. Ello implica, por supuesto, la formación en los valores que la democracia requiere, pero también nuevas perspectivas de la educación en la preparación del niño en los saberes que el desarrollo técnico-económico le exige.

La esencia de la educación moral - axiológica radica en la formación de valores que permite una conciencia moral, unos sentimientos morales, hábitos y costumbres que exige la sociedad del momento.

De igual manera, en la formación moral – axiológica del hombre es importante tener presente que la conducta moral no sólo está caracterizada por los valores, sino por un sistema de conocimientos, habilidades, hábitos, que conduce a una acción.

Según hemos visto, la moral es una categoría de la conciencia social que implica un sistema de principios, exigencias, normas y reglas que regulan la conducta del hombre en todas las esferas de la vida social. Ésta no sólo nos establece los elementos necesarios para determinar cómo actuar, sino además que trata de explicar por qué es necesario actuar de una manera y no de otra.

Si lo moral constituye uno de las categorías de los valores y la temática de la educación axiológica es más amplia que la educación moral, entonces debería asumirse esta dirección del trabajo educativo como esencia de la formación de la personalidad.

Para lograr la formación de actitudes altamente morales hacia las demás personas, el humanismo, es necesario la formación de valores como la honradez, la honestidad, la responsabilidad, el patriotismo, la solidaridad, la laboriosidad, y la comprensión y aceptación de los demás.

En realidad cuando se educa se trasmite de manera consciente o inconsciente una escala de valores. Educar conscientemente para la paz supone ayudar a construir unos valores y actitudes determinados tales como la justicia, libertad, cooperación, respeto, solidaridad, la actitud crítica, el compromiso, la autonomía, el diálogo, la participación.

En el mundo de hoy día esto cobra particular significación. Al respecto son significativas las palabras del Director General de la UNESCO cuando señala: "En estos tiempos se necesitan más que nunca valores, puntos de referencia, y es necesario y urgente un plan

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