LA PARTICIPACIÓN DEL PACIENTE EN EL ACTO MÉDICO
Enviado por • 17 de Octubre de 2013 • 793 Palabras (4 Páginas) • 314 Visitas
La participación, entendida como un concepto que contiene varios elementos como la intervención libre y autónoma en un determinado proceso y la toma de decisiones por medio de un pensamiento crítico; se puede aplicar evidentemente al ámbito del quehacer médico, pues el paciente acude a una consulta debido a una serie de necesidades que él mismo presenta y que requieren solución; una solución eficaz, apropiada y acorde con sus particularidades, que confía puede hallar en el profesional de la salud.
Al recibir un paciente en la consulta, es imprescindible tener en cuenta las características singulares de cada paciente, su situación emocional, social, familiar, económica y laboral, pues estas peculiaridades hacen de cada paciente un caso especial que requiere de un análisis e intervención determinada, por lo tanto no se deben seguir esquemas rígidos que no contemplen los detalles distintivos de cada paciente.
Estas particularidades se traducen en determinantes de la salud o enfermedad en cada individuo, y son características de la vida cotidiana de cada paciente, de su entorno, de su realidad. Esta realidad es conocida desde la propia experiencia del paciente, él sabe conoce muy bien cuáles son sus necesidades, sabe cuáles son los problemas más apremiantes que debe afrontar cada día, sabe cuáles son los factores que disminuyen su calidad de vida. Como bien dijo la dra. Lila P. Dupuy, Médica de Familia (parafraseando): “uno puede llevar 15 años ejerciendo la medicina, pero un paciente lleva 40 años viviendo su vida” ¡claro que él conoce su realidad mejor que el médico! Por lo tanto se hace ineludiblemente necesaria la participación activa del paciente con la guía del profesional médico a la hora de elaborar un diagnóstico y de prescribir un tratamiento.
De esta manera, no podemos ser extremistas y tomar una actitud autoritaria imponiendo al paciente una serie de tratamientos sin incluirlo para nada en el proceso, pues si una persona no sabe el propósito, el contenido o las consecuencias de determinado procedimiento, difícilmente cumplirá a cabalidad con este; o si se determina un manejo de la enfermedad sin tomar en cuenta las particularidades del paciente se podría generar un efecto contraproducente que conllevará a una falta de adherencia o incluso al abandono del proceso, repercutiendo negativamente en la salud del individuo y en la percepción del médico y de la práctica médica en general.
Por otro lado, no resulta ser correcto dejar toda la responsabilidad de la toma de decisiones sobre los hombros del paciente, pues es por un motivo que este acude en busca de ayuda al consultorio médico, y es el profesional el que cuenta con los conocimientos y habilidades para colaborar con la resolución del problema que presenta el paciente. Así, es importante no dejarse llevar por los conceptos que tienen las personas sobre su enfermedad y
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