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La Alhambra De Granada


Enviado por   •  26 de Noviembre de 2012  •  3.439 Palabras (14 Páginas)  •  392 Visitas

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Espacio geográfico: Granada (ESPAÑA)

Marco cronológico: siglo XIII

Aproximación Histórica: La rápida conquista de la península se efectuó, después de la batalla de Guadalete (711) y la desaparición del ejército visigodo, en forma de capitulaciones o pactos con comunidades o nobleza hispanovisigoda (así el caso del walí Muza ibn Nusayr, de su lugarteniente Tarik y de su hijo Abd-al-Aziz, y puede darse por terminada en el 714, después de ocupar Toledo, el valle del Ebro y alcanzar las estribaciones de la cordillera Cantábrica. Los posteriores gobernadores fracasaron en el intento de llevar la conquista más allá de los Pirineos, (derrota de Poitiers, 732).

Etapas históricas de Al-Andalus. Desde el punto de vista político, la historia de Al-Andalus se divide en cuatro etapas:

a) Emirato dependiente del califato omeya de Damasco (711-756), en que Al-Andalus era una provincia con gobernadores árabes muy relacionados con el centro políticos de Kairuán, en el norte de África.

b) Emirato independiente de Bagdad (756-929). Fue obra de Abd ar-Rahman I, de la familia de los Omeyas, y respondió al primer fraccionamiento político general del impero islámico. Al-Andalus adquirió desde ese momento conciencia de su personalidad política, coincidiendo con la etapa en que se arabizó más decididamente.

c) Califato de Córdoba (929-1031), que representó el máximo apogeo económico, político y cultural a través de las fuertes personalidades de sus dirigentes (Abd ar-Rahman III, Al-Hakam II, Al-Mansur) que intervinieron en el norte (saqueo de Santiago, León, Pamplona, Barcelona).

d) Estados Taifas y su vinculación a los imperios norteamericanos del Mogreb (1031-1ª mitad siglo XIII), que acabaron absorbiéndolos.

e) El último estado musulmán seria el reino nazarí de Granada, que se mantendría desde mediados del siglo XIII hasta su conquista definitiva por los Reyes Católicos el año 1492.

La fuente de riqueza de Al-Andalus fue la agricultura triguero-olivera de secano en grandes latifundios en las huertas cercanas a las ciudades. La agricultura era de secano, el autoabastecimiento de trigo y la exportación de aceite. Amplias huertas cercanas a las ciudades proporcionaron una rica variedad de productos, algunos introducidos por los musulmanes (caña de azúcar, arroz…). Fue extraordinario el desarrollo que dieron a los árboles frutales y al cultivo de la vid, a pesar de la prohibición coránica de beber vino.

Una industria basada en la pequeña producción mercantil-artesanal y un comercio dinámico desarrollado sobre todo en el zoco (suq) dentro de la medina de la ciudad, donde se hallaban grandes almacenes -depósito de mercancías (funduk) y posadas (jan) para los comerciantes, preferentemente árabes, sirios y judíos.

Parece seguro que los conquistadores musulmanes no cambiaron sustancialmente el sistema de latifundio - colonato hispanorromano-visigodo, y que los grandes jefes hispanorromano-visigodos que se sometieron al poder musulmán conservaron sus grandes propiedades y rentas.

Durante la conquista, un quinto de las tierras útiles (jums) abandonadas por por los jefes hispano-visigodos, pasó a manos del Estado, que las cultivaba directamente o las arrendaba. Las otras cuatro quintas partes pasaron a manos de los jefes conquistadores y fueron explotadas mediante un sistema de aparcería.

El estado y los grandes latifundistas fueron pues, los que se apropiaron y comercializaron la mayor parte del excedente agrícola.

Resulta más difícil conocer el sistema de propiedad de las huertas de regadío cercanas a las ciudades, aunque hemos de suponer que el sistema de aparcería seria el mismo y que una parte de los propietarios podían ser ricos “burgueses” artesanos o comerciantes.

Los conquistadores, árabes, sirios o beréberes, se asentaron en las viejas ciudades romanas como dominadores militares o como burócratas del nuevo Estado musulmán. El reparto de tierras y el cobro de impuestos les convirtió en rentistas, acaparadores y consumidores de productos campesinos o de productos manufacturados. De ahí que las ciudades de Al-Andalus se conviertan en: Mercados de productos agrícolas, Centros de producción manufacturera, Centros de comercio y Centros de atracción de inmigrantes.

Estas ciudades poseían un núcleo amurallado (medina), que se extendía por las calles y las plazas estrechas y sin aparente estructura, donde se encontraban la mezquita, el alcázar militar y el zoco o mercado. Fuera de la medina la ciudad se extendía en arrabales, aislados unos de otros, donde vivían grupos de artesanos y grupos étnicos distintos (beréberes, judíos, mozárabes).

A través de la burocracia y del ejército, el Estado se convirtió en el más importante consumidor. Ello explica que Córdoba, principal centro burocrático y lugar de concentración del núcleo fundamental del ejército fuera al mismo tiempo el primer centro político-económico de Al-Andalus.

Al-Andalus formó parte del circuito económico mercantil del Islam:

Revitalización de antiguas rutas marítimas del golfo Pérsico y mar Rojo hacia la India, de las rutas terrestres de Mesopotamia, Siria y Meseta del Irán (ruta de la seda con China) y la ruta marítima del Mediterráneo.

Las rutas comerciales de Al-Andalus:

La ruta del oro del Sudán, que desde Tombuctú, en el Níger, alcanzaba Sijilmasa y Fez, Tánger o Tlemecen.

Las rutas hacia Europa, por tierra (comercio de esclavos a través de Pamplona y Barcelona) o por mar (ruta Almería-Ródano).

Al-Andalus importaba productos de lujo de Oriento, especias, esclavos, y exportaba al norte de África y a los estados cristianos de la Península, tejidos, aceites, armas, cueros, cerámica…

El sistema monetario de Al-Andalus se basaba en el bimetalismo: el dinar de oro (imitación del sólido bizantino) y el dirhem de plata (producción de las minas de Murcia, Alhama y Hornachuelos) La relación era de 1 dinar por 10 dirhemes.

Al-Andalus en el momento de su máximo esplendor (califato de Córdoba s.X), debió alcanzar una población de unos 7 millones de habitantes.

La sociedad de Al-Andalus presentó una gran variedad de grupos étnicos:

La minoría árabe, organizada tribalmente y con grandes latifundios en el valle del Guadalquivir.

Los bereberes, que formaron el grupo mayoritario de las tropas invasoras y de los mercenarios de los ejércitos califales.

Los judíos, extendidos un poco por todas las ciudades, donde ejercían

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