Las Prácticas Escolares Con La Lengua Oral Y Escrita Y Su Repercusión En El Desarrollo De Las Competencias Comunicativas De Los Alumnos De La Escuela Secundaria
Enviado por jealsama • 13 de Agosto de 2014 • 1.822 Palabras (8 Páginas) • 1.421 Visitas
prácticas escolares que se emplean en los colegios han tenido grandes lagunas y deficiencias; debido a que la gran mayoría de los profesores no dan la importancia suficiente a dichas actividades orales y escritas. En la actualidad el uso y manejo de la lengua oral y escrita dentro de las escuelas tiene connotaciones tradicionales, como un sistema de sonidos, unidades de significados, sintaxis... siendo esto un error porque la lengua es una herramienta para transmitir significados, con función social.
Las acciones escolares, constituyen un conjunto de actos con sentido que se desarrollan en el interior de la escuela; son una serie de quehaceres con enfoques al desarrollo de las habilidades comunicativas. Dichas prácticas dentro de los salones de clase no han sido orientadas hacia el fomento de la lengua oral y escrita; como bien sabemos, nosotros como docentes encaminamos nuestras prácticas a una tendencia tradicional y no tratan de innovar buscando el interés de los educandos hacia el uso de la lengua.
La enseñanza y aprendizaje de la lectura y escritura, es planteada frecuentemente como un proceso de adquisición de nuevos códigos que nos abrirán las puertas al lenguaje. Para iniciar hay que definir qué se entiende por competencias, Nájera (1995) explica que “son aquellas capacidades que posee el ser humano por un conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes que permiten la realización de determinadas tareas y funciones.” (p.79); con referencia a lo que menciona el autor, las competencias nos permitirán abrir camino y hacer un panorama general de lo que el estudiante a través de éstas, podrá lograr los objetivos que el docente tiene previstos por medio de los trabajos y recursos escolares y a su vez el alumno pueda ser competente para expresarse de forma oral y escrita.
Con base a mis prácticas de conducción de clase, resulta difícil que los educandos puedan expresarse de manera oral y escrita, esto se debe en parte porque por lo general, en los trabajos escolares que dejamos hacia los estudiantes solemos hacerlo sin mencionarles la importancia, utilidad y objetivo que implica hacerlo, no les decimos el sentido que tiene y por lo cual la gran mayoría de ellos lo toma a la ligera.
Los profesores no han dado sentido a las prácticas escolares; tal es el caso de los libros de texto, las tareas escolares, la lectura, exposiciones…; siendo que éstas han pasado a lo tradicional; como el dictado, hacer resúmenes, contestar preguntas sin darles enfoque, leer sin comprender…. Los maestros debemos darle la importancia necesaria y desarrollar en los alumnos competencias que generen en ellos el funcionamiento de la lengua oral y escrita para que en un futuro tengan elementos con qué apoyarse y se hagan uso adecuado de éstas.
El libro de texto es un elemento que forma parte de las prácticas escolares que puede contribuir al desarrollo de la expresión oral o escrita en los estudiantes siempre y cuando demos direccionalidad a éste instrumento, sepamos manejarlo para facilitar y reforzar el aprendizaje y evitar lagunas en la educación del alumno; además el libro se utiliza para planificar, desenvolver las actividades académicas y evaluar, con la pertinencia que considere favorable el catedrático.
El libro es una herramienta importante para el buen desarrollo de cualquier clase, no necesariamente debemos seguirlo al pie de la letra; podemos seguir un orden lógico que considere conveniente con base al programa, sin embargo, Sacristán (1998) señala que los libros de texto “pasan a ser los verdaderos vertebradores de la práctica pedagógica” (p.126).
Desde mi perspectiva un libro de texto puede ayudar en las tareas que el maestro desarrolle, porque contiene ejercicios, actividades y sugerencias con las que trabajan los educandos y catedráticos siempre y cuando no se haga abuso de esto hasta cierto punto.
De acuerdo a mis prácticas de ejecución, he observado que los libros de texto para la mayoría de los profesores en servicio, ha constituido una herramienta indispensable porque en función de esté lleven a cabo su labor cotidiana dentro y fuera del aula, ya que basan gran parte de las actividades de su planeación en el libro, con lo anterior no digo que sea malo pero si es preocupante porque el día que no usan este recurso, la sesión de clase se manifiesta improvisada y carente de dinamismo.
Como lo menciona García (1995):
“Los maestros utilizan el libro en cuatro formas: a) una exposición inicial sin libro y para finalizar el trabajo con el libro de texto a manera de reforzamiento; b) el trabajo de los niños solos con su libro; c) en conjunto las maestras y los niños van revisando o contestando el contenido de la lección, y d) con la lección previamente contestada, generalmente de tarea, las maestras y los niños revisan el contenido” (p.125)
Con respecto a lo que dice la autora, el libro tiene diversos usos, pero la utilidad que se debe hacer tiene que estar encaminada al fortalecimiento de la expresión oral y escrita; con el libro, el maestro puede emplear estrategias que ayuden al estudiante a estimular sus competencias comunicativas por medio de alguna lectura grupal, y que cada educando vaya leyendo por puntos o párrafos.
Otra práctica escolar importante y que es funcional para el avance del alumno en su expresión oral y escrita, son las tareas escolares. Las tareas están referidas a contenidos de la materia; se presentan como actividades de refuerzo o de ejercitación de los conocimientos vistos en clase o las habilidades que se pretenden sean adquiridos por el estudiante, además, muestran los propósitos que los maestros buscan desarrollar en sus alumnos al proponer la tarea como una actividad personal.
A través de las
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