MATERIA: MÉTODOS Y TÉCNICAS DE EVALUACIÓN

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UNIVERSIDAD VIRTUAL DEL ESTADO DE MICHOACÁN

LICENCIATURA EN PLANEACIÓN Y EVALUACIÓN EDUCATIVA

QUINTO CUATRIMESTRE

MATERIA: MÉTODOS Y TÉCNICAS DE EVALUACIÓN

TUTOR: LIC. ENRIQUE RAMÍREZ SOSA

GRUPO: 01

UNIDAD: 1

ACTIVIDAD: 1

ALUMNA: MARÍA BEATRIZ SERNA SÁNCHEZ

MATRÍCULA: 723202

CIUDAD DE MÉXICO, A 04 DE JULIO DE 2019

Introducción:

En la actualidad existen cuestionamientos a las doctrinas y sistemas que desde el campo social y económico han influido en la pedagogía; situación por lo que la evaluación es hoy quizá uno de los temas con mayor protagonismo dentro del ámbito educativo, y no porque se trate de un tema nuevo, sino porque administradores, docentes, padres, alumnos y toda la sociedad en su conjunto, son más conscientes que nunca de la importancia y las repercusiones del hecho de evaluar o de ser evaluado.

Asimismo, existe por parte de las instituciones una mayor consciencia de la necesidad de alcanzar determinados niveles de calidad educativa, de aprovechar adecuadamente los recursos, el tiempo y los esfuerzos. Por otra parte, el nivel de competencia entre los individuos y las instituciones también es mayor; entonces por lo anterior mencionado, es que se plantea la necesidad de que exista congruencia entre lo que hacen las Instituciones educativas y las exigencias de la sociedad.

El propósito de este artículo es analizar la importancia que la cultura de la evaluación ha cobrado en las últimas décadas en lo referente a la Educación Superior en México; destacando las posibilidades que ofrece para la acreditación, certificación y la mejora de la calidad educativa, y en donde se destaca que la cultura de la evaluación, aunque incipiente, está reconfigurando de forma significativa la Educación Superior en México.

Desarrollo:

La interrogante que surge de los integrantes de la comunidad educativa es, en la mayoría de las ocasiones ¿Para qué nos van a evaluar? Esta incertidumbre tiene mucho que ver que la cultura de la evaluación tiene una historia relativamente reciente en México por lo que existe cierto recelo por la misma, y es aquí en donde creo pertinente citar a Pérez Gómez (1998) que señala; “la Institución educativa es un encuentro de culturas, una encrucijada que provoca tensiones, restricciones y contrastes en la construcción de significados” Por lo que considero, esas actitudes reflejan temor e incertidumbre respecto al impacto que puedan tener los resultados de la evaluación dentro de la institución educativa.

Y cabe mencionar que la falta de control de esas emociones va a determinar la forma en que se constituya una cultura de evaluación dentro de la institución educativa. Por ejemplo, Tirado (2003) afirma que “existe una resistencia hasta cierto punto natural de los docentes hacía la evaluación”, y esto se da porque es más cómodo y tranquilo no tener que rendir cuentas.

Pero si se quiere cambiar la manera de aprender hay que cambiar la manera de enseñar y un elemento clave de la forma en que un docente enseña es su sistema de evaluación, ya que tradicionalmente, la evaluación se ha venido aplicando casi con exclusividad al rendimiento de los alumnos, a los contenidos referidos a conceptos, hechos, principios, entre otros; adquiridos por ellos en los procesos de enseñanza.

Aunque cabe mencionar que a partir de los años sesenta, la evaluación se ha extendido a otros ámbitos educativos: actitudes, destrezas, programas educativos, materiales curriculares didácticos, la práctica docente, los centros escolares, el sistema educativo en su conjunto y la propia evaluación. Y es ahí precisamente, a raíz de la extensión del ámbito evaluador cuando surgen una serie de modelos de evaluación de gran relevancia en diferentes ámbitos.

Esta extensión de la evaluación a otros ámbitos tuvo lugar en los Estados Unidos a finales de los años 50 debido a circunstancias tales como; la crítica a la eficacia de las escuelas públicas, la gran inversión dedicada a la educación que exigía una rendición de cuentas (Accountability). Por tanto, el campo de aplicación de la evaluación se extendió a alumnos, profesores, directivos, instituciones, la administración, entre otros.

Brunner, José Joaquín (1994), comenta que “se ha llegado de forma desplazada a los sistemas de evaluación y acreditación que se tienen como paradigmas de otros países entre ellos Estados Unidos y Canadá”, ya que al firmarse el tratado de libre comercio, esto provocó que las diferencias existentes en los sistemas educativos y en especial en México se escrudiñarán provocando comparaciones no sólo a nivel económico sino educativo.

Es aquí donde Pallan (1993) refiere, cómo las instituciones y los directivos notaron la necesidad de igualar sus sistemas escolares principalmente las Instituciones de Educación Superior, para poder capacitar a su plantilla docente y alumnado conforme las estipulaciones laborales de los tres países con el fin de hacerlos competitivos, pues al graduarse se espera que sean insertados en el mercado laboral eficientemente.

Por lo que en el acuerdo de dos de los capítulos del TLC con Estados Unidos, México y Canadá, (1990), se hace mención al intercambio e ingreso de profesionales y las condiciones para los reconocimientos recíprocos, razón por la que se hizo necesario implementar organismos evaluadores mexicanos que están directamente relacionados con la acreditación, certificación y evaluación de los programas ofertados en las IES con el fin de garantizar la calidad educativa.

En cuanto al término calidad, cabe mencionar que éste hace referencia a los resultados académicos, a los medios y procesos empleados, a la infraestructura institucional, a las dimensiones cualitativas y cuantitativas del servicio prestado y a las condiciones en que se desarrolla cada institución; por lo tanto cuando los resultados son los esperados y cumplen con los requisitos y estándares planteados existe calidad.

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